Por Agamenón
El Pacto Histórico, con todos sus defectos y cualidades, es el motor del Cambio actualmente en Colombia. En él, el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, han depositado toda la confianza para avanzar en la construcción de una nueva sociedad basada en la democracia y en la eliminación de las enormes y vergonzosas desigualdades.
En esa misma dirección, el Partido Comunista Colombiano, viene desplegando todo su poder político, convencido que el proyecto unitario juega papel capital en el proceso revolucionario y democrático que se viene dando en Colombia. El Pacto Histórico es la confluencia de fuerzas revolucionarias, progresistas e indecisas, unidas por un programa mínimo para avanzar en el duro proceso que implica luchar por una segunda y definitiva independencia.
Al calor de la lucha, la discusión y los mínimos acuerdos vamos avanzando, tal y como nos lo enseña la dialéctica, que sostiene que nada está dado de una vez y para siempre, sino que los procesos se van dando paulatinamente con avances y retrocesos, con errores y con aciertos.
Con mucho sacrificio y fruto de muchas experiencias, el Pacho Histórico ha surgido y se ha venido desarrollando lentamente. Tenemos que tener grandeza para resolver las contradicciones, para luchar contra la megalomanía, el personalismo que tanto daño le ha hecho a las izquierdas en Colombia, inclusive, en las más consecuentes y radicales. Sin embargo, no hay que dar el brazo a torcer y dentro del Pacto dar la batalla por la democracia, la depuración y el fortalecimiento del proyecto político.
Una evaluación sería y de carne y hueso se realizará este 29 de octubre en Colombia, será una especie de termómetro para medir si avanzamos, estamos estancados o estamos retrocediendo en el proceso. Así, pues, tenemos que apoyar los candidatos del Pacto Histórico, gústenos o no nos guste; si somos consecuentes con el proyecto y con la orientación política emanada del 23 congreso del Partido Comunista Colombiano, hay que depositar el voto por ellos. Ni un voto por la derecha, todos por la izquierda, por el Pacto Histórico.
El Pacto Histórico, con todos sus defectos y cualidades, es el motor del Cambio actualmente en Colombia. En él, el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, han depositado toda la confianza para avanzar en la construcción de una nueva sociedad basada en la democracia y en la eliminación de las enormes y vergonzosas desigualdades.
En esa misma dirección, el Partido Comunista Colombiano, viene desplegando todo su poder político, convencido que el proyecto unitario juega papel capital en el proceso revolucionario y democrático que se viene dando en Colombia. El Pacto Histórico es la confluencia de fuerzas revolucionarias, progresistas e indecisas, unidas por un programa mínimo para avanzar en el duro proceso que implica luchar por una segunda y definitiva independencia.
Al calor de la lucha, la discusión y los mínimos acuerdos vamos avanzando, tal y como nos lo enseña la dialéctica, que sostiene que nada está dado de una vez y para siempre, sino que los procesos se van dando paulatinamente con avances y retrocesos, con errores y con aciertos.
Con mucho sacrificio y fruto de muchas experiencias, el Pacho Histórico ha surgido y se ha venido desarrollando lentamente. Tenemos que tener grandeza para resolver las contradicciones, para luchar contra la megalomanía, el personalismo que tanto daño le ha hecho a las izquierdas en Colombia, inclusive, en las más consecuentes y radicales. Sin embargo, no hay que dar el brazo a torcer y dentro del Pacto dar la batalla por la democracia, la depuración y el fortalecimiento del proyecto político.
Una evaluación sería y de carne y hueso se realizará este 29 de octubre en Colombia, será una especie de termómetro para medir si avanzamos, estamos estancados o estamos retrocediendo en el proceso. Así, pues, tenemos que apoyar los candidatos del Pacto Histórico, gústenos o no nos guste; si somos consecuentes con el proyecto y con la orientación política emanada del 23 congreso del Partido Comunista Colombiano, hay que depositar el voto por ellos. Ni un voto por la derecha, todos por la izquierda, por el Pacto Histórico.
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