Por Agamenón
Resulta demencial la forma como la burguesía ataca la gestión del presidente del Pacto Histórico, Gustavo Petro Urrego. No hay oposición, hay es una manada de cleptómanos viudos del poder, pataleando por recuperarlo al aprecio que sea. Sobre la base de la mentira, la calumnia y la ignominia, usando los métodos más innobles se empecinan en deslegitimar el primer gobierno popular y democrático instalado en la Casa de Nariño.
La irracional burguesía estaba convencida que estaba predestinada eternamente a mandar, a hacer y deshacer libremente en las alturas del poder, sin que nadie pudiera en un momento dado atravesarse con decisión y coraje. Ni remotamente pensaba que once y más millones de colombianos y colombianas decidieran contra viento y marea, colocar en el Palacio al ex guerrillero Gustavo Petro Urrego.
Adoloría, ha perdido toda racionalidad, usando los métodos más innobles para evitar que el Gobierno Popular cumpla con el programa agitado en la plaza pública. El miedo que el pueblo se quite esa venda que ha tenido hace más de doscientos años, es inmenso, oceánico. Su propósito es que el pueblo no piense, ni decida su propio destino, sigue pensando que pensar y construir el futuro es paternidad de ella.
Todos los días hay un escándalo, un show mediático contra el presidente Petro. Qué no se ha inventado esta pútrida oligarquía colombiana liberal – conservadora contra el mandatario, jefe del cambio y de la esperanza. Realmente, es demencial, criminal, insólita.
Lo último es su salud. Toda una perorata mentirosa contra el mandatario acerca de su salud. Tratar de crear un ambiente de incertidumbre, para de alguna manera “justificar” un golpe de estado blando. Alguien se preguntó, ¿Por qué al narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, no le insinuaron que fuera a consulta con psiquiatra después de los mal contados 6402 falsos positivos? Un psicópata de esta talla sí merecía un tratamiento especial. Sin embargo, los medios de comunicación callaron deliberadamente obnubilados seguramente por los billetes verdes del narcotráfico.
La siniestra trama contra el gobierno nacional, es un ataque más encaminado a minar la resistencia heroica del presidente Petro que con solvencia moral e intelectual poco a poco va desenmascarando la podredumbre que encarna la oligarquía colombiana, su mundo proceloso, mafioso y criminal que le ha caracterizado.
En el marco de la lucha de clases, los procesos siguen su dinámica y el porvenir de una sociedad humana y justa se avizora allá en el horizonte. Por eso, el deber de apoyar el Pacto Histórico, la unidad de las masas, las reformas del gobierno, derrotando a esta infame clase dominante liderada por el criminal uribismo, son propósitos irrenunciables que hay que desarrollar con fuerza, organización, combatividad y conciencia de clase. Ni un paso atrás, siempre adelante. ¡La unidad es sinónimo de victoria!
Resulta demencial la forma como la burguesía ataca la gestión del presidente del Pacto Histórico, Gustavo Petro Urrego. No hay oposición, hay es una manada de cleptómanos viudos del poder, pataleando por recuperarlo al aprecio que sea. Sobre la base de la mentira, la calumnia y la ignominia, usando los métodos más innobles se empecinan en deslegitimar el primer gobierno popular y democrático instalado en la Casa de Nariño.
La irracional burguesía estaba convencida que estaba predestinada eternamente a mandar, a hacer y deshacer libremente en las alturas del poder, sin que nadie pudiera en un momento dado atravesarse con decisión y coraje. Ni remotamente pensaba que once y más millones de colombianos y colombianas decidieran contra viento y marea, colocar en el Palacio al ex guerrillero Gustavo Petro Urrego.
Adoloría, ha perdido toda racionalidad, usando los métodos más innobles para evitar que el Gobierno Popular cumpla con el programa agitado en la plaza pública. El miedo que el pueblo se quite esa venda que ha tenido hace más de doscientos años, es inmenso, oceánico. Su propósito es que el pueblo no piense, ni decida su propio destino, sigue pensando que pensar y construir el futuro es paternidad de ella.
Todos los días hay un escándalo, un show mediático contra el presidente Petro. Qué no se ha inventado esta pútrida oligarquía colombiana liberal – conservadora contra el mandatario, jefe del cambio y de la esperanza. Realmente, es demencial, criminal, insólita.
Lo último es su salud. Toda una perorata mentirosa contra el mandatario acerca de su salud. Tratar de crear un ambiente de incertidumbre, para de alguna manera “justificar” un golpe de estado blando. Alguien se preguntó, ¿Por qué al narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, no le insinuaron que fuera a consulta con psiquiatra después de los mal contados 6402 falsos positivos? Un psicópata de esta talla sí merecía un tratamiento especial. Sin embargo, los medios de comunicación callaron deliberadamente obnubilados seguramente por los billetes verdes del narcotráfico.
La siniestra trama contra el gobierno nacional, es un ataque más encaminado a minar la resistencia heroica del presidente Petro que con solvencia moral e intelectual poco a poco va desenmascarando la podredumbre que encarna la oligarquía colombiana, su mundo proceloso, mafioso y criminal que le ha caracterizado.
En el marco de la lucha de clases, los procesos siguen su dinámica y el porvenir de una sociedad humana y justa se avizora allá en el horizonte. Por eso, el deber de apoyar el Pacto Histórico, la unidad de las masas, las reformas del gobierno, derrotando a esta infame clase dominante liderada por el criminal uribismo, son propósitos irrenunciables que hay que desarrollar con fuerza, organización, combatividad y conciencia de clase. Ni un paso atrás, siempre adelante. ¡La unidad es sinónimo de victoria!
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