Complejo orden público en el Tolima

Joven Johan Ferney Aguilar González. Foto: Internet

 Por Agamenón


La campaña electoral en Colombia, que ha entrado en su recta final, se encuentra complejizada e incluso, violenta en el departamento del Tolima, por la serie de asesinatos y el hostigamiento de fuerzas al margen de la ley.  El miedo recorre caminos, veredas, avenidas y barrios del departamento “corazón de Colombia”. Las garantías para algunos candidatos y los mismos electores, son mínimas cercenando así la democracia y la posibilidad de un debate democrático, en paz y en igualdad de condiciones.

Según la misma comunidad, estaría circulando dinero de dudosa procedencia en cantidades industriales, obligando a los contratistas a conseguir cierta cantidad de electores, haciendo promesas inverosímiles y repitiendo el discurso bélico y agresivo, que nada tiene que ver con un debate político inspirado en el argumento, en las ideas, en la controversia civilizada.

En las últimas horas fue asesinado en Falan (Tolima), al norte del departamento, el joven Johan Ferney Aguilar González, hijo de Wilmer Antonio Aguilar Rodríguez, accionante de la tutela contra la empresa Miranda Gold, connotado dirigente comunitario y de Derechos Humanos en la vasta región, quien había denunciado amenazas de muerte contra su integridad física, en asamblea popular donde asistieron más de setecientas personas.

La situación en municipios como el Fresno, Honda, Mariquita, entre otros no es la ideal. Por el contrario, la violencia es latente y la comunidad siente miedo e incertidumbre.

“Si por el norte llueve por el sur no escampa”

Si la situación de orden público en los municipios del norte es bastante compleja, en el sur resulta peor. Los campesinos se mueven entre la espada y la pared, entre la zozobra e incertidumbre permanente. Hombres y mujeres, se sienten inmovilizados y encarcelados en sus mismos territorios.

Según información de fuentes creíbles, hay por lo menos cinco grupos armados que patrullan y ejercen autoridad en casi todos los municipios de esta región del departamento. Muchos de ellos, dedicados exclusivamente a la extorsión y a la intimidación, mientras otros, se reivindican la lucha revolucionaria que encarnó las Farc-Ep.

Los asesinatos de campesinos, las extorsiones, las amenazas e intimidaciones, se constituyen en el pan nuestro de cada día. Municipios como Planadas, Rioblanco, Chaparral, Ataco, Coyaima, Natagaima, Ortega, San Antonio, etc son escenarios de estos grupos.

Patrullan la extensa región, grupos armados, entre otros: La Dagoberto Ramos, Ismael Ruiz, Bloque occidental  de Gentil Duarte y Mordisco, Frente 59 de la Nueva Marquetalia y la columna Adán Izquierdo.

Por estos días, está circulando un panfleto supuestamente a nombre de las Farc – Ep, en el que restringe la actividad proselitista a los candidatos de extrema derecha en cabeza del centro democrático y el partido de la U, lo mismo a las personas que ya fueron alcaldes.

En un acápite, dice el comunicado: “Por eso le enviamos este comunicado a toda la población en general para que despierten y se quiten esa máscara de la cara y elijan una persona nueva que se esfuerce por dar resultados a los municipios y verdaderamente se vea el cambio, aunque sea arreglar las carreteras y no guardar los presupuestos para cada cuatro años engañar la gente con lo mismo…”

Según el comunicado, esta organización impedirá la compra de votos y de líderes comunitarios. “Se requiere que todos los candidatos hagan una campaña limpia sin corrupción”, señala.

Remata el comunicado: “Nosotros como combatientes de las Farc de la Nueva Marquetalia rechazamos la corrupción por eso nosotros no pedimos vacunas ni cobramos impuestos porque eso es corrupción y nosotros rechazamos la corrupción de que se tiene que acabar ya no jueguen más con los campesinos”.

Arde la situación de orden público en el Tolima. Los amigos de la violencia insisten en esta dinámica, saboteando los esfuerzos de paz del gobierno nacional. En esas condiciones, hay que apoyar la propuesta de paz total, el diálogo civilizado, sacando la política del conflicto armado. No puede continuar la política de terror del uribismo, tampoco malograr el momento histórico que estamos viviendo con el Pacto Histórico. La unidad alrededor de la paz total es el camino.