Por Nelson Lombana Silva
Raya en la sevicia la forma miserable como los medios corporativos de la oligarquía colombiana manipula descaradamente al pueblo colombiano. No tienen el menor atisbo ético y profesional, son mercaderes y viles calumniadores. Con qué frialdad calculada mienten, desinforman y presentan verdades a medias.
La libertad de prensa en Colombia, está herida de muerte, ha sido engullida por los consorcios y monopolios. Los periodistas tienen en el cuello el censor implacable de estos avaros monopolios, quien se salga un milímetro de estos libretos, inmediatamente es incomunicado, aislado y silenciado. Los periodistas son rehenes de los propietarios de estos consorcios informativos, los han convertidos en verdaderos sicarios de la verdad y del derecho a la información libre y objetiva.
Esa revista Semana – por ejemplo – es una vergüenza. Pero, también Caracol, RCN, El Tiempo, El Espectador, El Nuevo Día, etc. Cada uno de ellos camina en contravía de la verdad. ¿Dónde están los principios básicos del periodismo de informar, educar, recrear y denunciar? No existen, porque la censura resulta ser la nota predominante.
Eso constituye un crimen atroz, un verdadero magnicidio, donde se mata la verdad simple y llanamente por salvar el poder económico de una rancia y detestable clase dominante. Así, pues, la nota predominante en estos supuestos medios de comunicación es la mentira.
Solo un ejemplo. La reciente visita del presidente Gustavo Petro. No dudaron en decir casi en coro, que el parlamento español había saboteado la intervención del presidente colombiano. No fue así. Solamente se retiró el sector fascista, la ultra extrema derecha. El impacto fue menor. El grueso de los asistentes se puso en pie, aplaudiendo el ingreso del mandatario colombiano hasta más no poder. Fue recibido por ríos de compatriotas residentes en España. La alta burocracia encabezada por el rey, brindó todo el apoyo a la paz total. De eso nada. Solo sembrar dudas y captar incautos, a partir de la mentira y la calumnia. Qué vergüenza.
Hay que multiplicar en Colombia los medios alternativos de comunicación, masificar la distribución del semanario VOZ La verdad del pueblo y popularizar más y más la página web: www.pacocol.org. Es la única manera de neutralizar estos enfermizos medios masivos de comunicación. Volver a la hoja volante si es preciso para hacer el trabajo informativo y político en el barrio o la vereda. Las reformas propuestas dependerán en grado sumo de la lucha que libre el pueblo en la calle, pero para que esto suceda tiene que estar informado correctamente.
Esa revista Semana – por ejemplo – es una vergüenza. Pero, también Caracol, RCN, El Tiempo, El Espectador, El Nuevo Día, etc. Cada uno de ellos camina en contravía de la verdad. ¿Dónde están los principios básicos del periodismo de informar, educar, recrear y denunciar? No existen, porque la censura resulta ser la nota predominante.
Eso constituye un crimen atroz, un verdadero magnicidio, donde se mata la verdad simple y llanamente por salvar el poder económico de una rancia y detestable clase dominante. Así, pues, la nota predominante en estos supuestos medios de comunicación es la mentira.
Solo un ejemplo. La reciente visita del presidente Gustavo Petro. No dudaron en decir casi en coro, que el parlamento español había saboteado la intervención del presidente colombiano. No fue así. Solamente se retiró el sector fascista, la ultra extrema derecha. El impacto fue menor. El grueso de los asistentes se puso en pie, aplaudiendo el ingreso del mandatario colombiano hasta más no poder. Fue recibido por ríos de compatriotas residentes en España. La alta burocracia encabezada por el rey, brindó todo el apoyo a la paz total. De eso nada. Solo sembrar dudas y captar incautos, a partir de la mentira y la calumnia. Qué vergüenza.
Hay que multiplicar en Colombia los medios alternativos de comunicación, masificar la distribución del semanario VOZ La verdad del pueblo y popularizar más y más la página web: www.pacocol.org. Es la única manera de neutralizar estos enfermizos medios masivos de comunicación. Volver a la hoja volante si es preciso para hacer el trabajo informativo y político en el barrio o la vereda. Las reformas propuestas dependerán en grado sumo de la lucha que libre el pueblo en la calle, pero para que esto suceda tiene que estar informado correctamente.
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