Por Agamenón
Roncesvalles (Tolima), es uno de los municipios más apartados de la capital del departamento. Llegar hasta allí, es una verdadera odisea, fundamentalmente por el estado caótica de la principal vía de acceso. Los abismos que hay que cruzar son impresionantes, en verano como en invierno.
La geografía en la cual está asentada esta población, es una verdadera postal maravillosa, pero llegar allí por esta escabrosa carretera es toda una odisea, por no decir que un verdadero “suicidio”.
Ante esta cruda realidad, el municipio debería contar con las mejores atenciones médicas y educativas, pero no es así. El hospital está acorralado por una deuda que supera los $1700 millones de pesos, se encuentra a punto de ser intervenido, ante la mirada indiferente de las autoridades competentes.
Al decir de los habitantes, las atenciones médicas son precarias, comenzando porque el cuerpo médico al parecer no tiene la capacidad profesional para atender al paciente. “Nos tienen como conejillos de indias, solo para experimentar con nosotros, son médicos de poca capacidad no solo para formular, sino para tratar dignamente al paciente”, señalan.
La situación es caótica, dramática y dolorosa. Hoy, precisamente, hay una audiencia pública para exponer la verdadera radiografía del centro asistencial y al parecer el alcalde, la primera autoridad, no estará presente. Una simple ecografía, el paciente se ve precisado a trasladarse por sus propios medios, hasta los municipios de Rovira o Chaparral. Es aterrador que en pleno siglo XXI comunidad tan noble, honesta y trabajadora, esté padeciendo singular situación, mientras el uribismo hacía y deshacía con los pocos recursos.
Pero, si por los lados de la salud la situación es esta, por los lados de la educación es mucho peor y deplorable. Las instituciones al parecer están a punto de caerse, la prestación del servicio es deficiente y la única respuesta del encargado es que él no es rector y su cargo está a disposición de quien lo quiera tomar. Sin embargo, al parecer, busca pensionarse con sueldo de rector.
Según la comunidad consultada, es normal que los lunes no haya clase porque algunos docentes están enguayabados. Así, pues, ver alumnos por las calles sin clase es normal en esta municipalidad.
No se puede generalizar, quienes se atreven a trabajar honradamente al parecer tienen ciertos tropiezos, dificultades al parecer serias.
Y la situación es tan compleja que cuatro concejales renunciaron al parecer declarándose impotentes, ante el poco liderazgo de la primera autoridad. El gobernador ni siquiera ha visitado esta municipalidad, según los ediles.
Ante esta cruda y escueta realidad, la comunidad espera un golpe de suerte o de pronto la solidaridad del gobierno central. No se da por vencida y espera con ansiedad una segunda oportunidad de tener salud y educación pública y de calidad.
Roncesvalles (Tolima), es uno de los municipios más apartados de la capital del departamento. Llegar hasta allí, es una verdadera odisea, fundamentalmente por el estado caótica de la principal vía de acceso. Los abismos que hay que cruzar son impresionantes, en verano como en invierno.
La geografía en la cual está asentada esta población, es una verdadera postal maravillosa, pero llegar allí por esta escabrosa carretera es toda una odisea, por no decir que un verdadero “suicidio”.
Ante esta cruda realidad, el municipio debería contar con las mejores atenciones médicas y educativas, pero no es así. El hospital está acorralado por una deuda que supera los $1700 millones de pesos, se encuentra a punto de ser intervenido, ante la mirada indiferente de las autoridades competentes.
Al decir de los habitantes, las atenciones médicas son precarias, comenzando porque el cuerpo médico al parecer no tiene la capacidad profesional para atender al paciente. “Nos tienen como conejillos de indias, solo para experimentar con nosotros, son médicos de poca capacidad no solo para formular, sino para tratar dignamente al paciente”, señalan.
La situación es caótica, dramática y dolorosa. Hoy, precisamente, hay una audiencia pública para exponer la verdadera radiografía del centro asistencial y al parecer el alcalde, la primera autoridad, no estará presente. Una simple ecografía, el paciente se ve precisado a trasladarse por sus propios medios, hasta los municipios de Rovira o Chaparral. Es aterrador que en pleno siglo XXI comunidad tan noble, honesta y trabajadora, esté padeciendo singular situación, mientras el uribismo hacía y deshacía con los pocos recursos.
Pero, si por los lados de la salud la situación es esta, por los lados de la educación es mucho peor y deplorable. Las instituciones al parecer están a punto de caerse, la prestación del servicio es deficiente y la única respuesta del encargado es que él no es rector y su cargo está a disposición de quien lo quiera tomar. Sin embargo, al parecer, busca pensionarse con sueldo de rector.
Según la comunidad consultada, es normal que los lunes no haya clase porque algunos docentes están enguayabados. Así, pues, ver alumnos por las calles sin clase es normal en esta municipalidad.
No se puede generalizar, quienes se atreven a trabajar honradamente al parecer tienen ciertos tropiezos, dificultades al parecer serias.
Y la situación es tan compleja que cuatro concejales renunciaron al parecer declarándose impotentes, ante el poco liderazgo de la primera autoridad. El gobernador ni siquiera ha visitado esta municipalidad, según los ediles.
Ante esta cruda y escueta realidad, la comunidad espera un golpe de suerte o de pronto la solidaridad del gobierno central. No se da por vencida y espera con ansiedad una segunda oportunidad de tener salud y educación pública y de calidad.
No olvidar mis Colegas docentes que la pedagogia se fundamenta en el amor a la formacion y enfocarse a la comunidad educativa.
ResponderBorrarNelson Guzman Baena.
Responsable comision tecnica e investigacion de la UIS (Union Internacional de Sindicatos) de P y J (pensionistas y Jubilados) de la FSM (Federacion Sindical Mundial). Calarca, Quindio. Agosto17 de 2022