lunes, 1 de junio de 2020

¡En pie el pueblo estadounidense!

Foto: John Locher AP
Por Nelson Lombana Silva

No hay que perder de vista la situación internacional, en momentos de extrema globalización. Si el imperialismo ha hecho del planeta una aldea solo para explotarla de una manera salvaje y despiadada, los pueblos estamos en el sagrado deber de globalizar la solidaridad y la lucha sin cuartel contra el principal enemigo de toda la humanidad: El gobierno de Estados Unidos, su régimen imperialista.


La humanidad está concatenada, para bien o para mal. En ese sentido, lo que suceda en otras partes del mundo, afecta a Colombia, para bien o para mal. No somos islas. Desde esa perspectiva, se hace indispensable observar y analizar las protestas multitudinarias que se vienen sucediendo en Estados Unidos. Son impresionantes las multicolores y combativas movilizaciones en casi todos los estados de la unión americana.

No es, a nuestro modo de ver, protestas espontáneas y circunstanciales o accidentales, son protestas que tienen un profundo sentido político, que retratan muy bien la dramática situación del pueblo americano. La crisis socio económico, ambiental, saludable y humanitario que padece el pueblo estadounidense, no es de poca monta, ni virtual, como dice su demente presidente, Donald Trump. Las contradicciones de clase se acentúan y de qué manera en la considerada primera potencia mundial.

Parece increíble e insólito decir en pleno siglo XXI, que en este país aún predomina el racismo, la xenofobia y la discriminación por su condición sexual. El hambre es el pan diario del pueblo americano en los grandes suburbios y cavernas, en las calles cercanas de los rascacielos y de los suntuosos apartamentos donde una inmensa minoría mantiene sumergía en el lujo, en la cruda y desmedida opulencia. 

La gran y costosa publicidad nos muestra un país de blancos, monos y semidioses que pueden hacer y deshacer sin pedirle permiso a nadie, pasar por encima de los demás estados y llevar la muerte a los rincones más distantes donde los pueblos comienzan a demandar independencia. Se dan el lujo de montar conflictos bélicos donde no los hay y calificar a los demás países a su antojo de acuerdo al interés económico particular.

Ese país de fantasías no existe en la realidad. La realidad es una desigualdad social impresionante, una sociedad tomada por los estupefacientes y la venta de armas de destrucción masiva. Una sociedad sin horizonte, sin perspectiva y sin amor. Ese Estados Unidos que nos vende la publicidad no existe, es una engañifa total. Allí, están todas las lacras del mundo generadas por el imperialismo gringo.

No hay que hacer grandes elucubraciones, simplemente pensar con criterio propio y sin ningún apasionamiento o sectarismo. Caso concreto la pandemia de la Covid – 19. Van más de 200.000 muertes y el mandatario vive preocupado exclusivamente de su reelección y de la economía imperialista. La vida humana para este bandido no vale nada, vale el petróleo venezolano, sus bellas esmeraldas, sus cristalinos ríos, su posición geográfica estratégica. Y, mientras los países se unen para combatir la pandemia, Estados Unidos, coloca en marcha invasión militar contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, usando para ella a gobiernos sumisos como el colombiano. Qué contraste: Mientras Cuba exporta médicos y medicamentos, Estados Unidos, exporta armas, violencia y muerte.

Así las cosas, las protestas que se vienen sucediendo en este país, tienen una razón de ser. Traen un mensaje claro para Colombia que hay que asimilar y poner en práctica. Dos cosas deberíamos defender a capa y espada: El Acuerdo original de paz de la Habana y la no intervención de Colombia en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela. Dos temas fundamentales para la movilización en toda Colombia. Hay que acoger el ejemplo heroico del pueblo estadounidense y actuar ahora, antes que sea demasiado tarde. Expresamos nuestra admiración y solidaridad al pueblo de Estados Unidos. ¡Vencerá!

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