martes, 16 de octubre de 2018

Vida y obra del camarada Camilo Alberto Zuluaga

Por Nelson Lombana Silva

El camarada Camilo Alberto Zuluaga, militante de la juventud Comunista del Tolima, cayó el 11 de octubre de 2001, en el municipio de Dolores (Tolima), cuando cumplía con miembros del Partido Comunista, labores humanitarias, pues era Defensor de Derechos Humanos y de la comisión de solidaridad.


Murió comenzando a vivir, dejando truncado todos sus sueños revolucionarios forjados en el alma mater de la universidad del Tolima como activo militante de la Juventud Comunista (Juco). Al parecer cayó, paradójicamente, en una emboscada tendida por la guerrilla a paramilitares de la región que actuaban con el aval de las fuerzas militares de la zona. La comisión del Partido y la Juco, no acató al parecer las recomendaciones del movimiento guerrillero presentándose siniestro y lamentable desenlace. 

El pasado 13 de octubre, militantes del Partido Comunista, la Juventud Comunista, amigos y simpatizantes, se reunieron en la sede principal del Partido en Ibagué, para recordar su corta vida y obra revolucionaria. En el marco de este encuentro se proyectó una película sobre Carlos Marx.

El colectivo de la Juventud Comunista del Tolima lleva su nombre, nombre que es destacado al lado de la camarada Norma Patricia Galeano, quien fue asesinada por miembros del ejército nacional, mientras lideraba una huelga en defensa de la educación pública en esta universidad. Los criminales militares ingresaron a la universidad del Tolima y le dispararon a sangre fría, asesinándola.

Comprometido con la revolución

Al evocar la vida y obra del compañero Carlos Alberto Zuluaga, Jésica Cárdenas Arandia, militante de la Juco, dijo que hablarle a la juventud de mística revolucionaria en la actualidad, no es nada fácil, por cuanto los jóvenes están dispersos en cosas demasiado banales. “Los jóvenes y las jóvenes, están dispersos en una cantidad de cosas banales, absurdas de la cotidianidad y la eventualidad que el sistema les da. Se contentan con eso”.

Agregó: “Recuperar esa mística revolucionaria no es nada fácil, y es una tarea cotidiana tal vez importante. Por eso, poder recordar a Camilo como ese joven estudioso, a Norma Patricia como esa joven estudiante también resulta sumamente importante en estos momentos”.

Jhonatán Varón Posada, dirigente comunista y miembro directivo de la CUT Tolima, subrayó: “De Camilo y Norma nos queda el baluarte de la lucha, el baluarte del ejemplo y de la abnegación por entregar todo, incluso, la vida, por este importante proyecto. Solo nos queda recordarlos a ellos en momentos de dificultad, en alguna situación que nos haga dudar de este hermoso proyecto revolucionario”.

Claudia Melo Nieto, simpatizante del Partido, señaló: “Yo conocí a los dos camaradas: Camilo y Norma. Algo que los caracterizaba era su cuadro familiar. Su militancia política se desarrolló de una manera muy especial y muy comprometida. Los caracterizaba su disciplina política y académica”.

Fabián Hernández, dirigente comunista: “Norma es un mito urbano, prácticamente, dentro de la universidad del Tolima. Como lo decía al principio, ella merece que nosotros hagamos mucha memoria”.

Ruth Nieto Martínez, secretaria general Partido Comunista Local Ibagué: “Cuando desaparecieron al compañero Conde en Dolores (Tolima), Camilo que era miembro del comité de solidaridad y Hugo Alejandro Melo, del SENA, se fueron a prestar su solidaridad. Se fueron en una camioneta con más compañeros del Partido y su escolta que también era del Partido”.

“A ellos, les dijeron que no se debían venir por ese camino, porque les estaban haciendo puesto a unos paramilitares que habían por ahí, que era muy peligroso que se vinieran por ese lugar. Sin embargo, el compañero del Partido no acató esa orientación y se vinieron por el mismo camino. Cuando llegaron a cierto punto salieron  y dicen los que estaban ahí en la camioneta que el primer disparo que hizo el grupo armado fue para Camilo. Cuando Hugo le manda la mano para agacharlo, ya estaba herido. O sea, él quedó de una vez en el camino. Mataron el escolta, el compañero del partido quedó herido, también Hugo”.

“Ellos pudieron salir caminando hasta una carretera, donde pararon un bus de Autofusa y lo subieron. Hugo llevó al compañero al hospital y se perdió para no ser implicado en esas cosas. Lo llevó al seguro social y él se fue para la casa. Llegaron muchos compañeros de derechos humanos, del magisterio y del Partido a brindar solidaridad en esos momentos de confusión”.

“Recuerdo que cuando Camilo prestó el servicio militar, lo hizo en el INPEC, me decía que se impactó cuando se asoma al patio número 3, y lo primero que mira es una pintura del Che, un mural ubicado en una celda. Va a mi casa y me dice: Doña Ruth, en un patio hay una pintura del Che. Él pensaba que como era cárcel, no había oportunidad de que la gente se expresara. Le dije: Esa celda es de un compañero que trajeron de Medellín”.

“Cuando pudo entrar al patio (No lo dejaban entrar porque era muy joven y era un patio peligroso), él escribía notas y a escondidas las dejaba abandonadas para que los compañeros las leyeran y mitigaran su pena, diciéndoles que no estaban solos en la lucha, ni abandonados. En cierta oportunidad, me dijo con mucha alegría que había pasado por una celda y había visto pegado en la pared sus escritos, sus notas y sus poemas”.

“El día antes de la tarea de solidaridad, se quedó en mi casa y salieron muy temprano. El carro los recogió bien de mañana”.

“Norma Patricia, también trabajaba con la comisión de solidaridad. Ese día anunciaron que había tropel en la universidad. Yo me quedé en la casa escuchando noticias en una grabadora, mientras cocía. Cuando me llamó una amiga de Palmira y me dice: ¿Qué mataron a Norma Patricia? ¡Cómo así!, le digo, estoy escuchando noticias y no he sabido nada. Aquí, no se sabía nada, en cambio a nivel nacional sí”.

“Para nosotros que éramos del Partido la noticia fue muy dolorosa, como la noticia de la caída en combate de otros compañeros que habían tomado una forma distinta de lucha. A pesar de la adversidad, la convicción revolucionaria en nosotros aumentaba. Ante esos dolorosos hechos uno se vuelve más fuerte en esta lucha revolucionaria, porque todos los jóvenes que llegaban a nuestro Partido, siempre los hemos querido mucho y son muchas las juventudes que han pasado, mientras nosotros hemos estado militando”.


Juan Pablo Montero, dirigente del Partido Comunista, indicó durante este conversatorio: “Una vez el ejército nacional asesina a Norma el 7 de septiembre de 1994 en la universidad del Tolima, la juventud entra en un proceso de dispersión muy grande. Pero, posterior a esto, varias compañeras, sobre todo mujeres, asumen la dirección o la reconstrucción de la juventud en la región. Habían pocos compañeros hombres en esa tarea”.

“Camilo en el 97, participa del festival mundial de la juventud que se realiza en Cuba, siendo estudiante de once del colegio San Simón. En 1998, entra a pagar el servicio militar en el INPEC, penal de la calle 10 y Picaleña. A él le gusta estar cerca de los patios de los presos políticos. Les dejaba noticias a los camaradas detenidos, se las tiraba clandestinamente para que leyeran y sintieran que no estaban solos. Era una actividad de mucha solidaridad”.

“Después, 1999, entra a la universidad del Tolima a estudiar Sociales. Ese año es clave, porque, prácticamente, en el 99, se inician los diálogos de paz entre el gobierno Pastrana y la guerrilla de las Farc en el Caguán.  Una tarea era que la Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios, organización creada en el congreso de Cartagena en 1998, trabajara en las audiencias por la educación pública en el Caguán, lo mismo que una audiencia de jóvenes”.

“Era un momento especial de la Juco y Camilo Alberto Zuluaga estaba al frente de este proceso. Era un hombre muy reservado, muy estudioso, muy serio, muy conspirador. Ese cuento del minuto conspirativo, Camilo lo tenía muy claro sobre todo en la práctica permanente”.

“También participó en el proceso unitario de fortalecimiento de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (ACEU). Tenía bajo su responsabilidad los creados Centros de reserva de la Juco. Este compañero disciplinado, no tomaba, pero era bastante enamorado cayó, el 11 de octubre de 2001”.



Después del conversatorio sobre la vida y obra del joven comunista Carlos Alberto Zuluaga y la joven comunista, Norma Patricia Galeano, se rodó la película sobre el más grande filósofo que hasta ahora ha dado la humanidad: Carlos Marx.



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