jueves, 25 de junio de 2015

“El tamal se acompaña con chocolate y no con Coca-Cola”

Luis Carlos Delgado Peñón, Gobernador de los tolimenses. El tamal. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva


La tradicional fiesta de San Juan Bautista en Colombia, se ha transformado en el Tolima en el día del Tamal, exquisita vianda característica de la región. Se prepara con arroz, papa, carne de cerdo o pollo, huevo, almidón, condimento, sal al gusto, alverja y se envuelve en hojas de plátano sancochada. Se sirve en fiestas especiales y se consume acompañado principalmente de arepa, chocolate y pan.



El gobierno departamental mediante ordenanza declaró el 24 de junio como el día del Tamal y así se viene desarrollando en la tierra del Bunde. En el caso particular de Ibagué, las principales autoridades se congregan en el parque Manuel Murillo Toro – frente a la gobernación – a departir el manjar en horas de la mañana.


El gobernador de los tolimenses, Luis Carlos Delgado Peñón, su esposa y el gabinete casi en su totalidad departieron ayer como cualquier ciudadano el desayuno consumiendo el delicioso tamal.


Entre la muchedumbre, el bullicio, las notas musicales y folclóricas un buen número de tolimenses se congregaron para departir el día del tamal, entre los que se contaban naturalmente las autoridades del orden departamental y municipal, las reinas del folclor, los turistas y los politiqueros de oficio, por supuesto.


Pero también personalidades críticas y analíticas. Una de ellas, es el compañero Carlos Alberto Castaño que con su lento crítico y meticuloso tomó registros fotográficos para eternizar el momento de la fiesta bajo un solo metálico y espléndido. “Hay que destacar y apoyar las tradiciones ancestrales”, sostuvo el hacedor cultural duramente amenazado.


Rechazó categóricamente el dominio imperial de la venenosa bebida Coca – Cola. “El tamal – dijo – se acompaña de arepa, pan y chocolate y no de Coca – Cola”. No se podía tomar otra bebida, la exclusividad aberrante era esta marca que al parecer apoya el paramilitarismo en Colombia y además, es un veneno para salud. Pocos saben que en los Estados Unidos esta bebida es utilizada para despercudir  sanitarios y aflojar tornillos mohosos.


Ibagué por estos días está “prendida” con las tradicionales fiestas. Las calles se hacen insuficientes para albergar a la gente bulliciosa y parrandera, hay reinados por todas partes. La algarabía es total.


Todo sucede en una ciudad sin agua. Todos los días se va. La inseguridad cunde y la corrupción galopa. El anuncio del gobierno municipal de que hay que pagar nuevamente los micros medidores del agua a precios exagerados se olvida por estos días, la preocupación reaparecerá cuando comience la resaca.


Muchos y muchas, seguramente sacarán sus ahorros para despilfarrarlos por estos días, otros estarán dispuestos a llevar sus aparatos a la prendería, otros mascullarán en silencio la frustración de no tener dinero para la diversión y otros aprovecharán para buscar algún centavo que mitigue en parte la miseria galopante bajo el sistema capitalista, el sistema de los antivalores.


Ibagué (Tolima) por estos días es una verdadera torre de Babel. Música y parranda. Alegría y dolor. Esas son las fiestas, que vivan las fiestas.


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