martes, 5 de mayo de 2015

“Los Pijaos no eran antropófagos”

Dr. Jaime Leguizamón Caycedo, presidente Academia de Historia del Tolima. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

El presidente de la Academia de Historia del Tolima, es el doctor Jaime Leguizamón Caycedo, ex magistrado del Tribunal Superior del Tolima, personalidad democrática del Tolima y estudioso permanente del acontecer internacional, especialmente los conflictos que generan los Estados Unidos en el lejano oriente a consecuencia de su política imperialista.



Según el doctor Leguizamón Caycedo, los Pijaos no eran antropófagos como suelen decir algunos historiadores de derecha. Al parecer todo fue una infame calumnia que urdió el avaro invasor para justificar su exterminio, ante la heroica resistencia de esta tribu indígena. “Ellos tenían claro que si no los podían dominar, la misión era acabarlos, matarlos”, señala el presidente de la Academia de Historia del Tolima.


En este reportaje, el doctor Leguizamón Caycedo toca varios puntos importantes del acontecer en este departamento. Critica la posición del presidente Belisario Betancur Cuartas de acabar con el área de historia en las escuelas y colegios. Además, señala su identidad de criterios a los asumidos por el escritor tolimense, William Ospina, en cuanto a que la violencia de los 50s fue entre liberales pobres contra conservadores pobres. La oligarquía bipartidista sembró el odio visceral entre el pueblo, para ella sacar partida y consolidarse en el poder.


El reportaje es el siguiente:


-         Doctor Jaime Leguizamón Caycedo: ¿Cuál es su experiencia como presidente de la Academia de Historia del Tolima?


Soy miembro desde hace muchos años, desde cuando estaba en el Tribunal Superior de Ibagué. Últimamente, venía siendo miembro de la junta directiva de la Academia de Historia del Tolima, siendo segundo vicepresidente.


Resulta que salió el presidente titular, quedó el vicepresidente primero y yo de segundo. El vicepresidente primero, ya con cargo de presidente, para terminar el libro sobre la Historia del colegio San Simón, que a propósito yo mismo había contratado como presidente de la fundación San Simón, el doctor Clavijo pidió licencia por unos meses para dedicarse a esa obra que es muy interesante por cierto, porque tiene que ver con la historia de la educación en Ibagué, en el Tolima y en Colombia. Pidió la licencia por tres meses y ya llevo casi dos años en la presidencia.


-         ¿Qué le ha significado este tiempo en la presidencia?


Muy agradable. He tratado de ponerle dinamismo, mirar otros frentes, combinar la historia que es el pretérito nuestro con el presente. Nos tiene que ser útil lo pasado para enfocar el presente y el futuro, porque son hilos conductores de la historia que nos van señalando un camino, que cuando se desvía genera muchos problemas, muchas debilidades y mucha impaciencia en todos nosotros.


Hemos tratado últimamente de asistir a una serie de actos en la biblioteca Darío Echandía, donde inicialmente presentamos resúmenes y confrontaciones de libros publicados por la Academia de Historia del Tolima, que merecían un análisis mucho más profundo de la simple lectura de cada quien; a quien se le ha dado el libro muchas veces no lo leía, lo guarda en la biblioteca. Entonces, resolvimos que cada uno hiciera una exposición sobre esos libros.


Fue muy interesante e ilustrativo porque tocamos temas de todas clases hasta por ejemplo, los problemas de actualidad que son el libre mercado y los contratos que permiten que las mercancías entren y salgan en nuestro país libremente.


-         La historia del Tolima es muy amplia, profunda incluso, contradictoria. ¿Usted qué piensa?


Claro, como toda la historia de nuestro país. Acordémonos de dónde venimos: Venimos de un proceso de evolución, somos gentes que provenimos de animales y en el proceso de evolución de la animalidad, vino gente como Cromañón, que ya es parecido a nosotros, pero antes había gente muy pequeñita, más con cara y actitudes de simios o minios que seres humanos.


De ahí para acá, en el Tolima hay una serie de personas muy dinámicas que entraron aquí al departamento de lo que es hoy Tolima, pero también vinieron otras personas que simplemente querían hacer permanecer el poder español en nuestra tierra y no crecía. El mismo Ibagué, durante mucho tiempo no tuvo más de 30 habitantes. Eso es increíble. Eso mismo les pasaba a otros pueblos fundados en el Tolima como Mariquita, que no pasaba de 25 a 28 personas, pero con el tiempo fueron creciendo.


Hay contradicciones entre esos pueblos y los demás pueblos que van apareciendo, como por ejemplo, el mismo Mariquita que acabo de anunciar. Mariquita era muy importante en la colonia porque permitía que nos uniéramos con la parte de Antioquia. Teníamos relación con los antioqueños y también con el río Atrato, que era navegable y es navegable, pero en la actualidad no lo es, porque vino una prohibición durante la colonia, porque por allá salía la plata y el oro de contrabando. Entonces el rey prohibió que navegaran por ese lado y obligó que salieran por el río Magdalena.


Sin embargo, la relación con Mariquita y con Honda era muy evidente. Honda era la legalidad, el sitio por donde todo entraba y salía legalmente. Por Mariquita comenzó la ilegalidad y por ahí entraron una parte los antioqueños que fueron fundando los pueblos del norte del Tolima: Fresno, Falan, El Líbano, Villahermosa, Santa Isabel, Anzoátegui, etc.


Esa colonización antioqueña es muy importante. En Villahermosa hay hombres muy importantes que hacen parte de la vida colombiana.


-         Algunos historiadores sostienen que los Pijaos eran antropófagos. ¿Usted qué opina de esto?


Tenemos que acordarnos que ellos estaban en la parte media de lo que es hoy el departamento del Tolima. Me explico mejor: Ellos estaban mucho más arriba de Cuello Cocora. Ahí se han encontrado los restos. O sea, que ellos tenían a su disposición raíces, vegetales y también tenían carne, carne de monte y peces, porque en las quebradas y ríos de nuestro departamento, había mucho tipo de pescado, mucha forma de comer pescado. En cambio los españoles, como los vieron como sus enemigos, por todas partes pretendían hacerlos quedar mal y quedar ellos bien. Ellos tenían claro que si no los podían dominar, la misión era acabarlos, matarlos. Ellos, obviamente, como todo ser humano se defendió. Le colocaron los españoles el calificativo de antropófagos, cuando no lo eran. A veces podían comer carne del enemigo que sacrificaban, pero eran actos rituales; lo mismo acontecía en Méjico, donde le sacaban el corazón y se lo comían, pero no se comían el resto de las partes del ser humano. Era ritos.


El rito también está simbolizado en la iglesia católica, porque en la iglesia católica tenemos el rito de la comunión, donde se come presuntamente el cuerpo de Jesús y su sangre en el vino. A propósito, eso viene de mucho atrás, viene del culto de Baco, donde los vinos emanan vapores y se creía que eran espíritus y por lo tanto, se consumían. La iglesia adoptó este rito de comer la carne y la sangre de Cristo.


-         ¿Por qué restarle importancia a conocer la historia, el pasado?


Eso pasó en Colombia porque a raíz de un decreto del presidente de la república Belisario Betancur Cuartas, se prohibió la enseñanza de la historia. Eso me parece demasiado grave para el país. Al no enseñar historia y darle preponderancia más bien al aspecto tecnológico, se deja de construir un ser humano centrado en el ser humano.


Si uno piensa en el ser humano tiene que calificarlo de todas formas. Entonces, la historia se dejó de lado. Sin embargo, todas las academias de historia de Colombia, unida a la academia de historia de la misma Colombia, pretendemos recuperar el pasado para enseñarle a la gente lo que fue y que no incurra en los errores del pasado y encontrar unas líneas que permita mostrar cómo debe ser o cómo puede ser el país.


Me explico: Si nosotros miramos cómo fue la independencia de Caracas y Venezuela y cómo fue la independencia de Colombia el 20 de julio, se notará la diferencia sustancial. Mientras en Venezuela es un movimiento libertario de civiles con militares, en Colombia es un movimiento civil planificado. Tumbaron el gobierno previa planificación. Es un movimiento civil. En cambio en Venezuela no y por eso no es de extrañar que en la actualidad el presidente Nicolás Maduro Moros, mande como ejecutivo, pero detrás de él hay un equipo civil – militar que le indica el camino a seguir a su presidente.


Esa es una diferencia con Colombia. Recordemos, además, cómo en ese tiempo, en el tiempo de Venezuela, Colombia y Ecuador, cuando se formaron decían: Venezuela es un cuartel, Colombia es una universidad y Ecuador es un convento.


Si miramos la historia, la historia actual, si miramos los pueblos actualmente, veremos que Venezuela es un cuartel, cuartel bien conformado con los civiles, con una gran conciencia patriótica. Colombia, presume de universidad, pero también lo es ahora el Ecuador.


Aquí, más bien se ocultan las cosas, no se entrega muy bien la información, lo maneja un círculo muy estrecho de la clase elitista de Colombia, maneja por decirlo así al país, pero en cambio en los otros países que formaron la Gran Colombia, están sufriendo unos cambios muy profundos que los están llevando a ser realmente independientes.


-         ¿Para qué la historia?


La historia es maestra de la vida. Nos enseña el camino que debemos seguir, y Simón Bolívar expresó hace mucho tiempo, cerca de doscientos años, expresó muy bien lo que veía del mundo en su época; él vio cómo los Estados Unidos se independizan de Inglaterra, pero comienzan a imitar a la madre patria de ellos, y como la madre patria tenía colonias, una de las principales, en las India, por ejemplo, Estados Unidos también comenzó a tener colonias.


Nos damos cuenta que le quitó tierras a Méjico (Texas, Nuevo Méjico, California), compró otras: Le compró a Rusia, la parte norte arriba, al lado de Siberia y fuera de eso comenzó a apropiarse de Puerto Rico, invadió a Cuba. Quería todo eso. Se pasó al océano Pacífico. Allí tiene todas las islas Hawái y otras más colonias en pleno siglo XXI.


-         El Líbano es un municipio tolimense de mucha historia y resistencia popular. ¿Qué nos puede decir usted sobre el particular?


El Líbano tiene una característica en su historia, lo mismo que arriba de Cajamarca, lo que se llama Anaime. Ambos pueblos fueron fundados fundamentalmente por antioqueños; hay otra característica: Que ellos, desde el principio se sentían fundadores como antioqueños, hacían respetar eso y pregonaban eso.


El Líbano tiene un desarrollo después de dedicarse primeramente al café, y el café le permite con el tiempo tener comunicación directa con el mercado new yorquino. Todos los días sabían cómo terminaba el precio del café. Después se van extendiendo y van sembrando trigo, maíz, etc y van teniendo unas plantas, una industria que les permite hacer molinería y, obviamente, la molinería trae trabajadores.


Otra parte muy especial del Líbano es que los que vienen son librepensadores, es gente antioqueña que tienen muchas tendencias desde el punto de vista espiritual, pero fundamentalmente son librepensadores. Eso hace que choquen con la iglesia católica, porque eran librepensadores no eran dogmáticos.


Comienzan además, a tener industria. Yo recuerdo haber leído y haber visto que en el Líbano había imprenta. Y desde la época de la imprenta y del libre pensamiento, la época de una pequeña industrialización, de una agro industria, los libanenses comenzaron a ser inquietos, reformadores y luego, revolucionarios.


Porque comenzaron a seguir las ideas del marxismo. O sea, las ideas del socialismo científico y llegaron en un momento en que sus dirigentes, se combinaron con otros dirigentes del país y llegó el momento en que hicieron lo que se llamó: “La Revolución de los Bolcheviques”. Que fue luego sometida por medio de violencia y que originó muchos problemas en nuestro departamento, sobre todo para el Líbano. Asesinatos de personas muy importantes, significativas para el Líbano como fue el señor Armanza que lo llevaron a la cárcel y allá lo mataron.

-         El escritor William Ospina ha dicho que la violencia de los 50s fue entre liberales pobres contra conservadores pobres, pues los ricos de un bando y del otro nunca fueron al campo de batalla. ¿Qué opina?


Sí señor. Los partidos tradicionales: Liberal y Conservador fueron formados por camarillas en Bogotá, por el centralismo en Bogotá, y el odio que inculcaron era para ellos crecer, para sostenerse en el poder. Eso permitió que algunos (no todos) porque en la época en que comienzan a aparecer pueblos en el Tolima, hay unas tendencias donde determinados religiosos hacen que vengan a colonizar gente de un color. Por ejemplo, Conservadores y les obligan a eso, pero como la vida es tan llena de colorido, venían hacia el Tolima colonizando zonas y la nación les daba los terrenos baldíos para que se ubicaran ahí, porque en Antioquia le había dado terreno inmensos a las clases altas antioqueñas, entonces no había en dónde trabajar. Y se vinieron y por el camino cambiaron de ideales. Entonces, muchos pueblos del norte del Tolima que venían con la misión de ser conservadores, fueron de los dos partidos políticos. En unos pueblos más unos y en otros menos, pero eran ellos. Luego, la clase dirigente conservadora y luego la liberal hacen despertar en esas gentes azules conservadoras o liberales rojas, por decirlo de alguna forma, despertaron un odio entre ellos mismos y comienzan a matarse entre ellos, cuando los beneficiados eran las clases dirigentes de los partidos tradicionales.


Lo mismo está ocurriendo ahora, lo que pasa es que no pueden despertar el sectarismo que despertaron en ese entonces.


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