jueves, 21 de mayo de 2015

La Unión Patriótica es fruto del heroísmo del pueblo colombiano

Por Nelson Lombana Silva

Se equivocan quienes pretenden tomar las banderas de la Unión Patriótica como un simple escampadero, se equivocan quienes pretenden tomar las banderas de la Unión Patriótica para satisfacer personalismos y expresar frustraciones vacías de contenido.



Es más: Se equivocan los que pretenden hacer de la Unión Patriótica un simple conciliábulo socialdemócrata o socialbacanería para simplemente aparentar, porque carecen de la fuerza interna para hacer coincidir la teoría con práctica. La Up no sale de conciliábulos de clubes de la burguesía santafereña, la Unión Patriótica sale de las entrañas del pueblo colombiano, sale de las entrañas de la lucha y del heroísmo de hombres y mujeres que se inmolaron con dignidad y patriotismo, sale de la entraña de la lucha revolucionaria. La Unión Patriótica es pueblo rebelde por antonomasia que está dispuesto a romper las cadenas de la opresión del régimen capitalista salvaje e inhumano.


Por eso los Comunistas orgánicos estamos en el deber moral y político de defender esta lucha y esta esperanza que encarna la Unión Patriótica en Colombia con todas las energías que inspira la conciencia social y de clase. No puede vacilar, pues en la vacilación está el peligro latente del oportunismo que se mueve por todas partes agazapadamente utilizando distintos ropajes.


La Unión Patriótica ni se compra, ni se vende. Es un proyecto de unidad que intentó asesinar el Estado Capitalista, pero que no pudo a pesar del infernal genocidio que hoy estremece al mundo civilizado una vez se va enterando de lo que pasó con la Unión Patriótica y el Partido Comunista en este país sudamericano.


El comandante fariano y marquetaliano Jaime Guaraca, nos hace una hermosa semblanza de la Unión Patriótica en su libro intitulado: “Así nacieron las Farc”, libro documental de obligatoria lectura si se trata de interpretar la historia de nuestro país, sobre todo en los últimos cincuenta años. Allí está consignada la otra versión, la que el establecimiento oculta deliberadamente, niega o simplemente tergiversa y que es necesario conocer e interpretar para entonces sí tener elementos de juicio sobre lo que realmente viene sucediendo en este país dominado por el bipartidismo, la corrupción y la injerencia vergonzosa de los Estados Unidos en los asuntos internos del país.


En 1984 el movimiento fariano logra un acuerdo con el presidente Belisario Betancur Cuartas sobre algunos hechos puntuales: Elección popular de los alcaldes y gobernadores, descentralización administrativa y garantías para la actividad política de todos los movimientos. Se firma el Pacto de la Uribe.


No es lo máximo o quizás lo deseado pero es una coyuntura política importante para avanzar. Dice el comandante Manuel Marulanda Vélez sobre el pacto, según el comandante Jaime Guaraca: “A pesar que a la ley de amnistía le colgaron unos micos, debemos aprovecharla para aglutinar a millones de colombianos a favor de la paz con justicia social”.[i]


No le preocupa al comandante Manuel Marulanda Vélez el interés personal, le interesa lo social, sobre todo la paz con justicia social para todos y todas. Ese ejemplo lo deben asimilar los agazapados que pretenden sembrar el caos para sacar dividendos personales. Eso no se puede permitir.


Dice el comandante Guaraca: “Belisario cumple con algunos acuerdos, las Farc cumplen al pie de la letra con lo acordado y lanzan el movimiento político Unión Patriótica”. Agrega: “Es así como se elige a doce dirigentes guerrilleros para organizar este movimiento. El éxito fue total, miles de personas participaron en las manifestaciones que convocaban los insurgentes. Partidos políticos, sectores de los partidos y organizaciones de masas apoyaban la iniciativa”.[ii]


¿Cuál era el parecer del comandante Manuel Marulanda Vélez? “Marulanda estaba feliz – dice el comandante Jaime Guaraca – decía que era posible lograr la paz y dedicar todos los recursos y esfuerzos a la lucha política en dirección a un proceso que nos llevaría a una paz duradera”.[iii]


Continúa narrando el comandante fariano Jaime Guaraca: “En 1985 se realiza el primer congreso de Unión Patriótica (Up), se elige la dirección nacional, se trazan lineamientos políticos y se prepara la participación en la campaña electoral. En las elecciones de 1986, la Up elige 14 parlamentarios, 17 diputados provinciales y 135 concejales municipales. Al hacer el balance de estos resultados, el camarada Marulanda anotó que eran muy buenos a pesar de haber sido una campaña política muy corta y con pocos recursos económicos”.[iv]


“Todo iba bien, el movimiento crecía, diariamente se vinculaban nuevos sectores al proyecto, pero al mismo tiempo la oligarquía y el imperialismo se preparaban para cometer el genocidio político más grande de Colombia; asesinaron a dos candidatos presidenciables, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Osa; la mayoría de los congresistas, diputados y concejales cayeron abatidos; más de cinco mil dirigentes de la Unión Patriótica y el Partido Comunista fueron asesinados”.


A pesar de ese océano de sangre, el comandante Manuel Marulanda Vélez insiste en el proyecto, señala – dice el comandante Jaime Guaraca – “que no podíamos dejarnos arrebatar las banderas de la paz”. [v]


Persistió durante el gobierno de Virgilio Barco Vargas. Sin embargo, los distintos planes de extermino no se detuvieron. Por el contrario. Se acentuaron con más virulencia.


Hay que recordar la historia para entender con claridad la preocupación histórica de los Comunistas orgánicos en la inmensa tarea de contribuir junto a muchas expresiones sociales, sindicales, populares y políticas a desarrollar el movimiento Unión Patriótica y la unidad de la izquierda alrededor del Frente Amplio por la Paz con justicia social, la democracia y la soberanía nacional. Pedir madurez política y partidaria no es un prurito, es una responsabilidad de todos los comunistas orgánicos.


Compañeros y compañeras caídos en la lucha por la Unión Patriótica: ¡Cumpliremos!



[i] GUARACA, Jaime. Así nacieron las Farc, memorias de un comandante marquetaliano. Edición y prólogo de Jorge Enrique Botero. Ocean sur una editorial latinoamericana. Primera edición 2015. Página consultada 168.


[ii] Ibíd. Página consultada 168.


[iii] Ibíd. Página consultada 169.


[iv] Ibíd. Página consultada 169.


[v] Ibíd. Página consultada 169.

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