Despojando estas festividades de fin de año de cualquier rastro místico, encontramos que es una bella tradición en la cual las familias en medio de las afujías económicas y sociales se reúnen para compartir la síntesis de un año complejo y dramático por la diversidad de acontecimientos disímiles que sucedieron durante los 365 días y que para bien o para mal afectaron el discurrir taciturno de cada hogar o familia.
El año de 2013 que languidece a pasos agigantados se caracterizó por una serie de sucesos contradictorios y complejos que vale la pena traer a colación al hacer el balance para determinar el grado de desarrollo social y político en el marco de la dura lucha de clases que cada vez se exacerba más a pesar de que algunos ahistóricos pretenden desconocerla, ignorarla o tergiversarla.
La crisis del capitalismo se sintió en distintas zona del mundo, demostrando en la práctica cada vez más su incapacidad por resolver los problemas sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales de la humanidad. Su ineptitud va en crecimiento, lo cual lo hace cada vez más agresivo y violento contra el grueso de la humanidad. Arremete contra el hombre y contra el medio ambiente en un esfuerzo inútil por sostenerse en las alturas eternamente. Su ocaso resulta dramático e inexorable. Sin querer decir, desde luego, que su muerte está a la vuelta de la esquina.
Cada vez el dinero se concentra en menos manos, lo mismo sucede con el poder; cada vez es más corrupto, salvaje e inhumano. Es decir, cada vez el rico se hace más rico y el pobre más pobre. Son leyes objetivas del capitalismo, sistema de los antivalores. Pero, a su vez, cada vez se aproxima más a su sepultura de acuerdo también a leyes objetivas que le son inherentes.
Allá, a lo lejos en la penumbra inmaculada de los tiernos amaneceres se vislumbra la luz fulgurante de un nuevo sistema, sistema humano, sistema socialista, el cual se viene construyendo, amasando con la destreza del obrero consumado que lucha desde el amanecer hasta el atardecer con estoicismo y dignidad.
Esa onda expansiva y popular se dio en Colombia durante el presente año con inusitado énfasis a través de las multitudinarias manifestaciones de obreros, campesinos, indígenas, estudiantes y mujeres en casi todo el territorio nacional. Bogotá se convirtió en la meca que concentró a miles y miles de colombianos y colombianas.
El contundente paro campesino, indígena y popular tumbó ministros y colocó en la cuerda floja la reelección del presidente Santos. Fortaleció los diálogos de paz que se adelantan entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC – EP y el presidente Santos en la Habana (Cuba). Colocó en evidencia la criminalidad de la oligarquía colombiana y demostró que el pueblo es capaz de romper las cadenas si así se lo propone. Es invencible.
El acontecimiento político más importante tiene que ver con el reverdecimiento de la Unión Patriótica, UP. A pesar del criminal genocidio, único en el mundo en este género, la UP reverdece con inmensas posibilidades. El V congreso fue sencillamente apoteósico, extraordinario, pues 1.278 delegados plenos de todo el país e importantes delegaciones internacionales se hicieron presentes para decir en la práctica que los tiranos son efímeros y los pueblos eternos.
El binomio militar – paramilitar auspiciado por los Estados Unidos y la burguesía Liberal – Conservadora, mató cobardemente a más de cinco mil militantes, amigos y simpatizantes de la Unión Patriótica y el Partido Comunista, pero jamás pudo matar el sueño de ser libres, soberanos, socialistas que significa la UP.
La decisión del atrabiliario procurador general de la nación, Alejandro Ordóñez Maldonado de sacar de la alcaldía de Bogotá al alcalde Gustavo Petro Urrego y sancionarlo con muerte política durante quince años, al igual que hizo con Piedad Córdoba y ahora va al parecer por Iván Cepeda Castro, es una puñalada trapera contra los diálogos de la Habana (Cuba).
Sucedieron hechos lamentables como la muerte del comandante Venezolano, Hugo Chávez Frías, el 5 de marzo; el líder revolucionario Nelson Mandela el 5 de diciembre; el asesinato del comandante de las FARC – EP, Alfonso Cano. Tres personajes inmensos que contribuyeron a desarrollar las perspectivas de Socialismo en el mundo entero, en América y en Colombia.
Los desafíos para el 2014 son muchos. Volver a las calles y las carreteras a la lucha popular, campesina e indígena, ante la incapacidad del presidente Santos de cumplir con lo pactado en los distintos paros.
Desarrollar un debate electoral en medio de las casi nulas garantías del antidemocrático régimen santista, apoyando decididamente el florecimiento de la Unión Patriótica votando por sus candidatos. Marcar con decisión y conciencia de clase el logo de la Unión Patriótica y en el caso del Tolima apoyar a la compañera Lily Ipuz Medina lista número 104, para el senado al camarada Carlos Arturo Lozano Guillén en la lista Alianza verde número 36 y a la presidencia a la compañera Aída Avella Esquivel.
Profundizar la unidad y defender los diálogos de la Habana (Cuba), continuar en la tarea de organizar el Sindicato de Trabajadores Agrícolas del Tolima, Sintragritol, la asociación de los usuarios de los servicios públicos domiciliarios, la unidad de la izquierda y profundizar la lucha revolucionario.
Son tareas imprescindibles que hay que dimensionar con grandeza.
Nuestro reconocimiento a los camaradas que han caído luchando por Colombia Socialista en sus distintas formas de lucha. A ellos y ellas: ¡Honor y Gloria! A los que se han mantenido firmes aún en las prisiones del régimen como David Ravelo, Huber Ballesteros, Guillermo Cano y el compañero Buitrago Cangrejo. Ellos son ejemplos de lealtad y firmeza ideológica. De igual manera, nuestro saludo fraternal a todos los presos políticos de Colombia y del mundo. Salud a todos ellos y ellas.
Saludamos a la juventud, a la mujer, a los afrodescendientes, indígenas; a los enfermos, a los lisiados y a los tristes. A todos ellos y ellas, un fuerte abrazo y admiración a nombre del Partido Comunista Colombiano, regional Tolima.
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