sábado, 28 de diciembre de 2013

Asesinato de guerrilleros colombianos por EE.UU primero lo denunció Fidel Castro

Por Nelson Lombana Silva

La nota periodística del “Washington Post” de estos días sobre la injerencia directa de los Estados Unidos en el asesinato de varios guerrilleros colombianos no tiene nada de “chiva”, por cuanto el histórico comandante de la revolución cubana, Fidel Castro Ruz, desde el 2010 lo había denunciado en una de sus reflexiones, exactamente en la reflexión intitulada: “Piedad Córdoba  y su lucha por la paz” aparecida el 30 de septiembre de 2010, según señala la página web: www.rebelion.org.



El líder cubano, una de las personas mejor informadas en el continente, denunció enfáticamente el acontecimiento insólito que deja mal parada la dignidad y la reputación del ejército nacional. Lo desenmascara. Desenmascara también y una vez más la vergonzante dependencia de Colombia a los dictámenes de ese país imperialista. ¿En dónde queda la soberanía nacional? ¿En dónde queda la defensa de la patria? Realmente es una vergüenza que el pueblo colombiano debe rechazar categóricamente.


En esa oportunidad el comandante Fidel Castro Ruz, escribió:


“El gobierno de Estados Unidos le suministró a su aliado más de 30 bombas inteligentes. En las botas que le suministraron al guerrillero [Comandante Jorge Briceño], le instalaron un GPS. Guiados por ese instrumento, las bombas programadas estallaron en el campamento donde estaba Jorge Briceño. ¿Por qué no se explica al mundo la verdad? ¿Por qué sugieren una batalla que nunca tuvo lugar?”


La presencia militar norteamericana en territorio colombiano no es una simple pesadilla, es una realidad inexorable. Es vox populi las siete bases militares enclavadas en el corazón de la patria, la denuncia permanente de la presencia de militares gringos en operaciones contrainsurgentes, la inmunidad y demás garantías que los convierten en “ejércitos todopoderosos e infalibles” con licencia para matar.


Gaitán ya lo había advertido cuando dijo: “El gobierno nacional tiene la metralla homicida para los colombianos y una temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano”.


Esta oligarquía no tiene patria, no tiene sentido de patriotismo, lo enceguece el dinero y el poder a espaldas del pueblo. Por eso el pueblo debe organizarse para tomar el poder y hacer que la soberanía nacional brille, lo mismo que la libre autodeterminación de los pueblos. ¿Admitiría los Estados Unidos que polizontes colombianos fueran a matar consumidores de alucinógenos en su patria?


Esta es otra razón para que la izquierda colombiana se una. Unidos seremos invencibles, dijo el libertador Simón Bolívar, lo cual es cierto. La hermosa bandera de la Unión Patriótica está predestinada a ser protagonista de la unidad, por eso debemos apoyarla ahora más que nunca, que sale del terrible genocidio donde más de cinco mil de sus mejores cuadros, militantes, amigos y simpatizantes fueron asesinados mediante planes siniestros concebidos por un sector del militarismo – el paramilitarismo con el aval de los Estados Unidos.


Esa bandera limpia y esperanzadora la enarbola en el Tolima una mujer sencilla, honesta y trabajadora, una comunista hormonal que se llama Lily Ipuz Medina, marcada en el tarjetón con el 104. Con ella a la cámara de representantes, Aída Avella Esquivel a la presidencia de la república y Carlos A. Lozano Guillén al senado marcando Alianza verde y el número 36. ¡Se puede, claro que se puede!



No hay comentarios.:

Publicar un comentario