Foto: Archivo |
Por Nelson Lombana Silva
Todavía hay parroquianos que preguntan sobre el sentido de la movilización, no encuentran el significado y más bien se pegan al torrente desinformativo mediático, repitiendo que es una manifestación violenta que busca desestabilizar las instituciones democráticas y la tranquilidad nacional.
La movilización popular del pueblo es la más genuina participación de las masas, ya sea para rechazar una iniciativa o, sencillamente, para apoyarla. Es la democracia en el mejor sentido de la palabra. Antes del actual mandatario, no había democracia, las movilizaciones eran reprimidas violentamente con el criminal esmad y una sarta de leyes y decretos, todos represivos.
El actual mandatario, que es pueblo por antonomasia, considera que lo más importante es la democracia, donde el pueblo pueda expresarse libremente y decir estoy de acuerdo o en desacuerdo con esta o aquel iniciativa. En este caso, no habrá esmad reprimiendo, ni conmoción interna, habrá ha dicho el presidente Petro, plena libertad para que el pueblo se manifieste tranquilamente en la calle.
En la movilización de hoy, por ejemplo, hay dos razones fundamentales sobre los cuales el pueblo debe pronunciarse con responsabilidad y masivamente: De un lado, brindarle el apoyo al gobierno del cambio que lideran nuestro presidente Gustavo Petro Urrego y nuestra vicepresidenta Francia Márquez.
El pueblo debe entender el esfuerzo que ha hecho el mandatario por cumplir con lo propuesto en campaña. Igualmente, saber la forma socarrona y descarada como la sucia y mafiosa oligarquía se ha atravesado para impedir el cumplimiento de estas importantes iniciativas que se agitaron ampliamente en campaña y por las cuales el pueblo votó masivamente.
Del otro lado, hoy el pueblo colombiano se moviliza para rechazar la postura de la Corte Suprema de Justicia, de negarse a nombrar la fiscal de la terna que oportunamente presentó el presidente Petro tal como dice la Constitución Nacional. El repudio al actual fiscal Francisco Barbosa y su vicefiscal Martha Mancera, quien al parecer sería pedida en extradición por los mismos Estados Unidos.
Es un hecho vergonzoso y por demás peligroso que esta Corte se niegue a cumplir con sus obligaciones constitucionales, simplemente por hacerle el juego a la extrema y corrupta derecha que ha gobernado el país por más de doscientos años y que actualmente se aglutina en el partido de la muerte, el Centro Democrático.
Ante estos hechos tan claves y dicientes, el pueblo no puede quedarse cruzado de brazos mirando desde la barrera cómo se desarrollan los acontecimientos. No puede guardar neutralidad, sería extrema ignorancia política y por demás, cobardía. Debe pronunciarse y fijar claramente su posición. En esta aguda lucha de clases no caben términos medios.
A pesar de la cruda incomunicación mediática, el terrorismo permanente de estos supuestamente medios de comunicación, el pueblo la tiene clara y saldrá masivamente a fijar sin rodeos su posición. Todos sabemos que el poder reside en el pueblo. Seguramente, el pueblo le brindará una vez más un sólido espaldarazo al gobierno del cambio y ordenará a la Corte Suprema de Justicia que cumpla con su deber.
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