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Crédito Colprensa/Reuters |
Los presidentes de la oligarquía a esta hora de su mandato no se atrevían a salir a la plaza pública porque eran abucheados por las masas indignadas y frustradas. Incluso, cuando salían a otros países eran recibidos por los conciudadanos con silbatinas a montones. Su ocaso era inevitable de una manera triste y melancólica. A Álvaro Uribe Vélez – por ejemplo – el coro era el mismo: “Uribe, paraco, el pueblo está verraco”.
Con el presidente del cambio, ocurre lo contrario. A medida que pasa los días de su mandato, el afecto del pueblo crece como la espuma. La más clara demostración se ve en la gira nacional que realiza logrando llenar las plazas públicas con increíbles manifestaciones de aprecio y admiración por la gestión brillante que viene haciendo, contra el cerrado y hostigante comportamiento de la narco oposición liderada por el centro democrático y los partidos tradicionales.
Qué no hubiera hecho el presidente Petro si esta pútrida oligarquía no se hubiera atravesado como vaca muerta. A cuantos rincones de la patria no hubiera llegado con soluciones concretas. La ciega y torpe oposición no ha hecho una sola propuesta concreta que el pueblo pudiera decir en un momento dado, es una iniciativa superior a la propuesta por el presidente Petro. Nada es nada. A la paz, la burguesía se la juega con la violencia; a la dignificación de la clase trabajadora, le sale con represión catalogándola de vaga que no quiere trabajar y que hay que eliminar las conquistas. Le parece mucho dinero el salario mínimo para el obrero, mientras para los denominados “padres de la patria”, son insuficientes más de 50 millones de pesos mensuales, más primas, más carros blindados, escoltas, celulares, minutos ilimitados, salud, etc.
Golpe de Estado
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Foto@MarcoAdrian10 |
Dentro de esas artimañas ha acariciado dar un golpe de Estado, derrocar el gobierno popular para colocar un monigote de manejo suave y obsecuente a sus mezquinos intereses de clase. Ya lo ha intentado en varias veces. Afortunadamente, el pueblo ha estado movilizado y lo ha impedido. Además, que el presidente Petro ha entendido que solo la masa defiende la masa.
Por estos días, se vuelve a rumorar el golpe de Estado. Van apareciendo nombres y hechos que reflejan el desespero de la oligarquía por recuperar el gobierno al precio que sea. Se destacan personajes que otrora posaron de demócratas e incluso, filántropos. Álvaro Leiva es uno de ellos. Se dice que viajó a Estados Unidos a buscar apoyo para ruines fines. En su loca carrera trata de involucrar a la vicepresidenta Francia Márquez, una demócrata de muchos kilates.
Leiva se revuelca como un gusano contra el presidente porque no le nombró a su hijo en un alto cargo diplomático. Qué vergüenza. Tirar todo por la borda por un simple capricho personal. Siempre había admirado a este personaje por su vocación de paz, los pronunciamientos contra el militarismo y el mismo paramilitarismo. No puede uno creer que ahora esté llamando al parecer a los residuos del paramilitarismo y algunos grupos supuestamente insurgentes a hacer causa común para sacar de la presidencia a Gustavo Petro Urrego. Qué atardecer más triste de este personaje público.
La respuesta popular ante estos rumores que van y vienen, debe ser contundente. Se trata de rodear al presidente Petro y su proyecto político con la movilización. Permanecer vigilantes para rechazar toda iniciativa perversa de la clase dominante neofascista. Nada de pánico. La lucha de clases es así, dura y compleja, pero, permanente.
Estar atentos a los medios alternativos de comunicación. Rechazar los medios golpistas como Caracol, RCN, El Tiempo, El Espectador, Blum Radio, revista Semana, etc. Rechazar con vehemencia la mentira y profundizar el conocimiento sobre la dinámica que estamos viviendo para interpretarla de la mejor manera y así, asumir una posición clara y consecuente. La neutralidad no sirve, pero para romperla hay que entender el tejemaneje de la mejor manera.
Contra un posible golpe de Estado, Resistencia Popular…
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