viernes, 8 de abril de 2022

Biblioteca al Aula, escuela El Retiro


 Por Nelson Lombana Silva

En desarrollo del cronograma de actividades de la biblioteca pública “Cañón del Combeima”, ubicada en el corregimiento de Villa Restrepo, el día inmediatamente anterior, visitamos la escuela perteneciente a la vereda El Retiro, llevando el programa: “Biblioteca al Aula”. Participaron del taller 27 estudiantes y las dos docentes que laboran allí: Catalina Barreto y Karen Gisela Rivera Mercado. El torrencial invierno y la precariedad del pedregoso, empinado y estrecho camino de herradura, no fueron impedimentos para desarrollar dicha actividad durante dos largas horas.


 

Todo fue posible gracias al entusiasmo y perseverancia de las docentes. La vocación por la pedagogía le imprime una dinámica emocionante y hace que todos los días estas dos profesionales de la educación, remonten la empinada cuesta, sorteando toda clase de vicisitudes, llegando al claustro con una sonrisa y una disposición de enseñar a este ramillete de niños y niñas que espera con ansiedad y deseos infinitos de aprender algo nuevo.

Con alegría van ascendiendo, recolectando frutos que ofrece la madre naturaleza, en un ambiente de camaradería. Es admirable, la forma como trepan por este sendero sin ningún tipo de mantenimiento.

Para ir a esta escuela hay que cruzar la vereda Pastales. Dejar la vía carreteable y tomar el sendero. Ayer, a las 6:20 de la lluviosa mañana ya estábamos listos en este caserío para comenzar el escabroso recorrido. Bajo la llovizna pertinaz nos recibió las docentes con alegría, reconociendo la labor de la biblioteca. Sin ningún protocolo comenzamos el recorrido, entre risas, comentarios y apuntes humorísticos.



La profesora Catalina Barreto, lleva 16 años laborando allí. Se conoce el camino a la perfección. Se mueve como pez en el agua. Es admirable. Karen Gisela Rivera, lleva seis años y no se le queda atrás, pareciera que sus zapatos fueran imanados pegando con qué facilidad en el pedregal, saliendo con agilidad de los cangilones y extendiendo la mano generosa para remolcarnos con qué fuerza y temperamento.

La escuela una panorámica excepcional

La escuela está ubicada en lo alto de la empinada y frondosa cordillera, cuenta con una panorámica impresionante; una región con una cascada hermosísima, bastante quebradas y riachuelos, agricultura frondosa y unos habitantes trabajadores y emprendedores. Al encuentro de ellos, las profesoras van saludando con qué propiedad; de igual manera, los campesinos las saludan con efusividad, cariño y apreció. De alguna manera, la comunidad entiende que los docentes son ese “motorcito” que estimula el desarrollo comunitario. Igualmente, no soslayan el esfuerzo mágico de enseñar a sus hijos.

Admirando el entusiasmo de estas docentes durante el prolongado y escabroso ascenso, pensábamos en la necesidad de elaborar una pedagogía desde las regiones del inmenso y diverso país. No hay razón para que los gobiernos sigan despilfarrando inmensas fortunas, adquiriendo costosísimas “pedagogías extranjerizantes”, desconociendo la experiencia pedagógica del docente colombiano. En esos momentos, vino a mi memoria el docente que me enseñó a leer y a escribir, el profesor Belisario Aguirre. Pensábamos mientras trastrabillábamos: Reunidos los docentes que laboran por vocación y con suficiente experiencia, elaborando la pedagogía propia, dejando de importar modelos que no se ajustan a la realidad, a la idiosincrasia del pueblo colombiano. Una pedagogía para la liberación, descartando esa pedagogía que estimula el gobierno caracterizado por el ahistoricismo y la sumisión, con el manido cuento que solo tienen capacidad de pensar los poderosos.

Biblioteca al Aula

La actividad definida por la biblioteca Cañón del Combeima, estaba programada en tres momentos: El primero era explicar la misión de la red municipal de bibliotecas públicas de la ciudad de Ibagué, las principales funciones que presta la biblioteca y como hacer uso correcto de ella. El segundo punto, era hacer una lectura de un cuento, en este caso intitulado: “La cosa que más duele del mundo”, texto de Paco Liván y Roger Olmos, de la editorial OQO. El tercer punto, protocolizar un “Pacto por el amor y respeto hacia los libros”. Al acoger esta iniciativa, la biblioteca hizo entrega de un texto a cada niño y niña, con el compromiso de leerlo, respetarlo y tenerlo en excelentes condiciones. Por último, la biblioteca entregó a cada niño un dulce (bombón). Dijo la profesora Catalina Barreto: “Para significar que la lectura es dulce”.

Lo presupuestado se desarrolló con el concurso de las docentes. El regreso también fue placentero, no obstante que tuvimos que sortear derrumbes en el estrecho camino. Caminamos hasta la vereda Llanitos donde pudimos hablar con la profesora Alcira Mejía Ossa de la escuela Olaya Herrera, quien laboraba arduamente organizando los 18 cuentos infantiles para participar del concurso “Ibagué, te canto y te cuento”. La gira fue provechosa, lo cual nos anima para seguir la brega por desarrollar la vocación por la lectura en chicos y grandes. Como dice la canción: “Volveremos”.


1 comentario:

  1. Fenomenal experiencia! don Nelson gracias por llevar con tanto amor, dedicación y sabiduría su conocimiento y estrategias de lectura al aula. Las puertas de nuestra sede siempre estarán abiertas. Fuerte abrazo 🎋☀️🌈🌩️🌩️

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