viernes, 15 de abril de 2022

Avanza organización campesina en Génova (Quindío)


 Por Nelson Lombana Silva

De paso por el pintoresco municipio de Génova (Quindío), la patria chica del inmortal camarada, Manuel Marulanda Vélez, nos encontramos con el destacado dirigente político y agrario, probado en mil batallas, Gustavo Osorno Zapata. Gran exponente de las ideas comunistas, la lucha campesina y popular, lo mismo que la Reforma Agraria.

En el marco de los acuerdos de la Habana, entre la entonces Farc – Ep y el Estado, el dirigente agrario está empeñado en que el gobierno cumpla lo pactado, sobre todo el primer punto relacionado, precisamente, con el sector agrario, el campo.

En esa dirección ha fundado una asociación de campesinos productores de Génova (Quindío) ASOPROFEN, cuyo objetivo fundamental es la organización campesina para exigir lo pactado en la Habana, en relación con la tierra y la vivienda digna.

 
Una lucha compleja en la que hace varios años viene empecinado el dirigente agrario, Gustavo Osorno Zapata, con verdaderos avances y retrocesos, pero siempre en la dinámica de organizar al campesinado para que solicite sus derechos secularmente conculcados por los terratenientes y la oligarquía colombiana.  


Al lado de su carismática esposa, María Orfa Durán y sus hijos, el camarada Osorno Zapata, no da el brazo a torcer y persiste en la lucha por la defensa de los más humildes de este país, acosados por un sistema inhumano, corrupto y narcotraficante en vía de extinción.

En el hermoso parque principal de este municipio, y al calor de un par de aromáticas, Gustavo Osorno Zapata, nos concedió esta entrevista, en la cual da cuenta de todas las vicisitudes que ha sorteado para que la iniciativa siga adelante y goce de muy buena salud:  

-         Camarada Gustavo Osorno Zapata, presidente de la asociación de campesinos productores de Génova (Quindío), ASOPROFEN: ¿Cuánto tiempo lleva de duración la asociación? ¿Cuál es el objetivo fundamental de esta asociación campesina?

El motivo de la creación de la asociación tiene relación con los acuerdos de la Habana, entre la entonces Farc – Ep y el Estado colombiano. Es la razón poderosa, sobre todo cuando nos damos cuenta de la aprobación del primer punto, que tiene que ver con el agro, la reforma agraria integral y la perspectiva del campo en su conjunto.

La reforma rural integral, un sueño que siempre acarició el movimiento insurgente durante sus más de 52 años de lucha revolucionaria, y que en cierta forma se convirtió en la principal génesis del movimiento armado, por cuanto la guerrilla era campesina y recibía a diario los rigores de los terratenientes y del gobierno oligarca.

Nos enteramos del contenido de este primer punto y consideramos que era necesario organizarnos en el municipio para hacer realidad esta conquista durante el diálogo de la Habana. Se habla en este acuerdo de un banco de tierras de 10 millones de hectáreas y de tres millones para los campesinos que no tienen nada de tierra. Los siete millones restantes, para formalizarlas debidamente.

He sido un permanente estudioso de los acuerdos desde que comenzaron. Además, les vengo haciendo un seguimiento detallado a los avances, a los no avances y al incumplimiento sistemático del gobierno nacional. Hay que recordar que el gobierno uribista de Iván Duque dijo desde un momento que su tarea era hacer trizas los acuerdos y a fe que viene cumpliendo su amenaza.

Hablamos de los tres millones de tierra para los que no la tienen y quieren hacerla producir, tierras con vivienda digna, lo mismo que la tierra para los que tienen poca tierra.

Consideramos que, para nosotros poder reclamar esas tierras al Estado, tenemos que estar organizados.

-         ¿O sea que el motivo de la creación de esta Asociación, es la organización de los campesinos para que se haga realidad el primer punto del acuerdo de la Habana?

Es correcto. La orientación del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), planteada en los distintos plenos que ha habido, era la organización de los campesinos, era la única forma de exigir el desarrollo de este punto y suministrar tierra al campesino que no la tenía y tenía el interés de hacerla producir.

Para nosotros tener acceso a esas tierras que el Estado estaba obligado a entregarlas, había que haber organización. De lo contrario, era imposible que el Estado cumpliera lo pactado. Hoy, nos damos cuenta que el campesino estando organizado, el Estado no quiere cumplir su parte, pero sí le exige a la guerrilla su cumplimiento.

Ese era la razón de ser de la organización del campesino y de esta asociación campesina que fundamos en este municipio de Génova. Una asociación en conjunto con las juntas de acción comunal y otras organizaciones populares afines con el campo.

Comenzamos a llamar a los campesinos de Génova, a informarles del contenido de los acuerdos y a plantearles la necesidad de la organización para exigir esos derechos. Es un trabajo que venimos desarrollando, superando las dificultades.

-         ¿Cómo es la experiencia hasta ahora de la asociación campesina en Génova (Quindío)?

Esta asociación se viene desarrollando porque entramos a poner en práctica lo que debíamos haber puesto en práctica con motivo de la ley 60, cuando se planteó la Reforma Agraria, Reforma Agraria que el gobierno echó por la borda, en defensa de los grandes terratenientes.

No había motivación por las tierras. Era como un imposible para el campesino, tantas veces engañado. No teníamos claro los derechos en cuestión de tierras. Era algo inalcanzable. Con la organización que tenemos, el campesino viene despertando y una ilusión brilla en el horizonte. Sabemos que no es fácil, pero tampoco imposible.

-         ¿Con cuántas personas comenzó a organizar esta Asociación en Génova?


Arrancamos con 38 – 40 personas. Eran amigos de aquí y amigos del campo, compañeros de lucha que estaban quietos. Con ellos nos fuimos reuniendo, alrededor de la Unión Patriótica. Todavía no estaba formado el Partido de los Comunes.

-         Es decir, comenzó la organización campesina, ¿Siendo de la Unión Patriótica la mayoría de miembros?

Efectivamente, siendo miembros de la Unión Patriótica. La Up se va quedando, va desapareciendo en el municipio y surge entonces el Partido de las Farc.

La clave, tanto de la Up como el Partido Farc era la organización. Eso lo asumimos con mucha responsabilidad. Se trataba de organizar al campesinado de este municipio. Y lo venimos haciendo. Yo tengo la cartilla de los acuerdos. Además, estoy pendiente de la información sobre el particular. Estamos a la expectativa.  

-         ¿Qué tipo de dificultades se le presentó en la creación de esta asociación campesina?

Se presentaron y se presentan dificultades. Organizar al campesino no es fácil, se presentan muchas dificultades, sobre todo en un campesinado que ha venido siendo engañado sistemáticamente por el gobierno nacional.

El escepticismo del campesino lo contrarrestábamos con la aprobación del primer punto de la Habana. Ese era como el “motorcito” para animar la participación campesina. La tierra debe ser para quien está dispuesto a hacerlas producir, decíamos insistentemente.

En realidad, no hubo grandes dificultades en la organización de la Asociación. En el momento cuenta con 88 socios. Al comenzar, alcanzamos a llegar a 160 socios, pero como todo proceso, siempre ha sido complicado, porque el campesino quiere que las cosas se hagan ya, no asimila fácilmente que todo es un proceso con avances y retrocesos.  

Las preguntas más acuciosas eran: ¿Será que sí resulta? ¿Será que demora mucho? Claro. Pasa un año y no resulta nada, pasa dos años y nada. La gente asume una postura pesimista. Algunos consideran que es una promesa más.

Adicionalmente, se presenta serias dificultades en la dirección de la Asociación. No están de acuerdo con las ideas expuestas por nosotros. Yo consideraba que era necesario tener asesores en la Reforma Agraria. Otros directivos se oponían radicalmente.

-         ¿Cómo resolvieron esta contradicción al interior de la Asociación?

Yo era miembro del consejo departamental de los Comunes. Tuve la oportunidad de conocerme con los camaradas Didier y Huber, dirigentes nacionales de Fensuagro.

En ese pleno informé lo que teníamos organizado. Entonces estos camaradas entraron a acompañarnos, a asesorarnos. Ese fue el motivo para tener que yo renunciar como representante legal, porque Gustavo Neira, economista y empresario, pero no tiene el suficiente conocimiento del agro, como sí lo tienen los camaradas Didier y Huber.

Yo me retiré de la representación legal, pero el problema no se resolvió. Por el contrario. Se agrandó. Yo me retiré. Presenté la carta de renuncia. Solo hicieron una reunión y no se volvieron a reunir. La gente no les caminaba. Prácticamente, se acabó todo. Al parecer ellos no tenían el tiempo para hacer lo que yo hacía.

Huber entra como invitado, pero acordado con todos en asamblea. Los que estaban en contra, renunciaron, dejaron acabar todo, no volvieron a reunirse. Todo se acabó.

-         Ante esa realidad, ¿usted retoma la dirección de la Asociación o qué pasa?  


Al presentar renuncia, yo les propongo organizar nueva Asociación. Les digo que quienes quieran apoyarme bienvenidos y los que quieran seguir con la que hay, sigan. No ha problema.

-         ¿No estaba usted haciendo divisionismo?


Considero que no, entre otras cosas porque luchar por el campesino, a veces toca tomar decisiones radicales y eso fue lo que yo hice, pensando siempre en la dinámica de una Asociación que respondiera a las expectativas de los campesinos de Génova. Cuando personas están llevando al pueblo al abismo, enredado y sin respuestas concretas, hay que actuar con decisión e incluso, dispuesto equivocarse. Eso fue lo que hice.

-         Actualmente, ¿Cómo considera usted que está la Asociación?  

Muy bien. La dirección está conformada por once compañeros y compañeras, donde están los cinco principales, haciendo parte cuatro mujeres y solamente yo de hombre, que soy el presidente. Son seis secretarias las que vienen funcionando. Vamos bien.

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