jueves, 9 de septiembre de 2021

Cañón del Combeima acompaña funeral de niño estudiante

Intevención del bibliotecario durante el funeral de Ian Manuel Sierra García. Foto JMC

 Por Nelson Lombana Silva

La comunidad del Cañón del Combeima en gran número acompañó el funeral del niño estudiante de la escuela Olaya Herrera, Ian Manuel Sierra García de escasamente siete años de edad, quien fue víctima de un absurdo accidente automovilístico al ser arrollado, mientras intentaba cruzar la carretera a la altura de la Invasión, en el restaurante El Peñón.

Sus compañeritos de estudio hicieron calle de honor al ingresar sus despojos mortales al templo de  Pastales, donde se ofició la misa exequial a cargo del sacerdote de Villa Restrepo, Hugo Yesid Barragán Orozco. El templo se llenó. También asistieron los docentes de las escuelas de la región y la misma rectora del colegio Ambiental Combeima con sede en Chapetón.

Funeral del niño Ian Manuel Sierra Garcia. Foto JMC

 Después de la homilía, su cuerpo fue transportado al cementerio de Villa Restrepo, acompañado de un desfile automotor, bajo un sol metálico. La comunidad compungida expresó la más profunda solidaridad con los padres del niño, sus hermanos, familiares y allegados. Lamentó profundamente el accidente y convocó a redoblar esfuerzos en la conservación y protección de los niños de la región. Se dijo que en lo que va corrido del presente año, tres niños han perdido su vida en este cañón, lo que naturalmente, prende las alarmas. El funeral se llevó a cabo a las once de la mañana y el acto exequial se consumió después de las doce.

Pido de corazón: ¡Cuiden los niños!

Con la voz fragmentada por la melancolía, José Santos Rivera, líder comunitario de la región, expresó su sentimiento de pesar y de solidaridad con la familia. Dijo que era una tragedia para los familiares del niño, pero también para los familiares de la persona que ocasionó el siniestro. “En medio del dolor nos tiene que embargar una esperanza que es un ángel que Dios lo recogerá en su santo seno. A su familia mi saludo sincero, fraternal con el dolor de padre que el dolor le embarga, como estas madres que tienen a sus hijos, aquellas madres que han perdido sus hijos, hoy los recuerdan más que nunca el dolor que se siente. Sé del dolor que tiene la madre de Ian Manuel. Igual al que nosotros sentimos. Fue una situación del destino. Aquí, no podemos buscar culpables: Ni a él, ni al conductor del carro. Estaba trazado el destino   del niño. Dios se lo llevó, que lo tenga en su santa gloria. Todos estamos tristes. Me embarga la tristeza, el dolor que siento, lo siente cualquier padre, cualquier madre. Pido de corazón: Cuiden los niños. Qué tristeza da despedir una criatura, un niño, un angelito”.

El sacerdote destacó la presencia masiva de la comunidad. “Es importante no dejar a la persona sola en momentos de dolor”, dijo. También expresó su preocupación hacia los niños por cuanto en lo que va corrido del presente año, tres niños han fallecido accidentalmente. En ese sentido, el religioso instó a estar más pendiente de los pequeños, llamado que extendió a los papás, a los familiares, pero también a los docentes. “Todos tenemos el compromiso de velar por los niños”, señaló.

Por su parte, el guardián mayor del Cañón del Combeima, dijo: “Tercera vez donde nos encontramos en estos actos de la solidaridad y de la esperanza. Ojalá que estas muertes tan seguidas que hemos tenido en nuestro cañón, nos sirvan para que la unidad, el amor, el respeto, sirvan en nuestros corazones para ser mejores cada día”.

Agregó: “Cuando se habla del acercamiento en temprano adiós es porque él ya cumplió su misión. Nos queda a nosotros, seguir llevando la nuestra”.

La rectora de la institución educativa Ambiental Combeima, María Dilma Ferro Rivera, expresó también el saludo de solidaridad a la familia del niño fallecido. Señaló: “Doy mis sinceras condolencias a los padres, a los hermanos y a los demás familiares, que convivieron con ellos estos siete años. En nombre de todos los docentes de la parte directiva, de la parte administrativa y de todos los estudiantes de la institución, les decimos a Ian Manuel, que no lo vamos a olvidar este estudiante que pasó por este claustro”. Subrayó: “Felicitarlos a todos por esa unión, y decirles a los padres y a la familia que mi Dios les dará toda la fortaleza y nos la dará a todos para seguir adelante. La vida son momentos. Por eso, cada momento que vivimos en la tierra, tenemos que hacerlo de manera feliz con todos los valores que podemos nosotros como seres humanos tener y transmitirlos para esos seres humanos que estamos formando desde el Ambiental Combeima”.

La familia agradeció públicamente la solidaridad y el acompañamiento: “De parte de la familia Sierra Yaima, quiero dar los agradecimientos a cada uno de ustedes por este acompañamiento en este momento tan difícil, en especial a la señora rectora María Dilma Ferro Rivera y a la profesora Alcira Mejía Ossa, por la colaboración que nos han prestado en estos momentos”.

Por último, la joven que leyó este comunicado comentó lo que ella dio en llamar “la carta de Ian Manuel”: “No he muerto, solo me fui antes, solo tomé un tren, primero que ustedes. No te preocupes por mí, no sufran más por mi ausencia, saben bien que esta es la ley de la vida”.

“No culpes a nadie, ni te sientas culpable por nada, si no me distes un abrazo cuando me tuviste, si no me dijiste cuánto me amabas, olvídalo, tu dolor dice todo”.

“Anda, piensa que estoy bien, sonríe cuando te acuerdes de mí. Recuerda los mejores momentos que compartimos. Las veces que reímos juntos”.

“No recuerdes cómo fue mi partida.  Eso te hace más daño. Desangra tu alma y tu corazón, no te tortures más. Cuando te sientas solo, solo alcanza tu mirada al cielo. No importa si es de día: Me verás en las nubes, el que esté más cerca. Si es de noche, búscame en las estrellas, la que más brille, ahí estaré. Viéndote y mi brillar te responderá”.

“Acuérdate que no es un adiós, es simplemente un hasta luego, que solo me fue antes que ustedes. Pero, primero, mientras tenga vida mi memoria, yo viviré en cada uno de ustedes”.

“No me he muerto. Solo me fui antes y quiero que me recuerden con lágrimas como aquel que no tiene esperanza”.

“No he muerto. Aunque mi cuerpo no esté, siempre mi presencia te hará sentir. Seré el silencio en nuestro hogar que tanto compartimos, seré la brisa que bañará sus rostros, será un recuerdo dulce que asiste a tu memoria, será una página bonita en tu historia”.

“Perdona todo. Tomé solamente uno de  los trenes anteriores. Se me olvidó decirles: No estoy muerto. Solo me fui antes”.

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