lunes, 28 de septiembre de 2020

Terrorismo de Estado en cámara


 Por Nelson Lombana Silva

Las masacres en Colombia se han convertido en el pan nuestro de cada día. El terrorismo de Estado se exacerba en toda la nación, mientras tanto, el títere presidente Iván Duque Márquez va a la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas, a denigrar y hablar sandeces de la hermana República Bolivariana de Venezuela y de su gobierno legítimo en cabeza del compañero Nicolás Maduro Moros.

Pero, no contento con esto, el sumiso presidente de Estados Unidos y del propietario de la hacienda El Ubérrimo, va a este importante foro internacional a mentir de una manera abierta y descarada. Cómo se le ocurre decir que está empecinado en aclimatar la paz en Colombia o conservar los nevados y humedales, cuando exactamente está haciendo lo contrario. ¿Será que este tonto presidente desconoce que el planeta hoy es una simple aldea gracias al desarrollo asombroso de la era mediática? ¿Será que considera que los demás jefes de Estado no piensan, no saben leer y desconocen de cabo a rabo lo que este vulgar presidente viene haciendo en este país sudamericano?

Lo más probable es que la triste y vergonzosa postura de Duque en este foro mundial obedezca a su marcada dependencia de Estados Unidos y del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez. Como ventrílogo de mala calidad, entre otras cosas, repite maquinalmente el discurso que le ordenan el imperialismo norteamericano y el mafioso propietario de la hacienda El Ubérrimo. No es accidental o casual la visita reciente del secretario de Estado de Estados Unidos por varios países de esta región, entre ellos, Colombia. Mike Pompeo, cruzó por esta vasta región, colocando a disposición de sus súbditos los libretos infames e imperialistas. De un lado, intensificar la agresión contra la República Bolivariana de Venezuela, interceder por Álvaro Uribe Vélez y exigir resultados al sumiso presidente Duque Márquez.

Una visita indeseada con el propósito de calentar la región, en aras de conseguir votos el presidente más mediocre y criminal que ha tenido últimamente Estados Unidos: Donald Trump. Conseguir votos sobre montañas de crímenes horripilantes de lesa humanidad, qué horror. Esto solo ocurre en el capitalismo, sistema en vía de extinción.

Detener el fascismo: Compromiso de todos y todas

Las cartas están sobre la mesa: El capitalismo en su ocaso incrementa el terrorismo de Estado, un esfuerzo desesperado por permanecer en las alturas del poder. En el otro extremo, las masas van despertando, asumiendo una postura consecuente y digna con su clase social. Se exacerba lo que el filósofo Carlos Marx, señaló sabiamente: La lucha de clases.

En esa dinámica, el asesinato de un joven estudiante de Derecho en Bogotá a manos de la Policía Nacional con cámara a bordo, tampoco es una casualidad. Es una macabra estrategia del régimen para generar miedo entre el pueblo y no se atreva a exigir sus derechos legales. El miedo, lo ha usado históricamente esta criminal oligarquía a su favor. En esa dirección Colombia ha asistido a los demenciales descuartizamientos y desmembramientos de seres humanos, líderes sindicales, campesinos, estudiantiles y de izquierda, con bastante frecuencia en todo el país.  

Tampoco es una casualidad que hoy el Estado esté ensañado principalmente contra los niños y los jóvenes, hombres y mujeres por igual. El Estado sabe que la juventud ha ido sobreponiéndose al miedo y está saliendo masivamente a la calle a exigir sus derechos. “Ya no le comemos a la furia del Esmad”, dicen jóvenes con solvencia intelectual y alto grado de conciencia de clase.

Incluso, ya la juventud se está planteando con suma claridad la alteridad política, es decir, el poder. La juventud está en una batalla denodada por sobreponerse a los distractores que ofrece el Estado para que no piense y siga sumisa. Hay una ola maravillosa y muy fuerte que se va desarrollando progresivamente en Colombia.

Ha ido comprendiendo que las políticas del régimen van contra ella de una manera monstruosa e inhumana. Igualmente, ha ido comprendiendo que solo la unidad, la organización y la acción, son factores determinantes en la construcción de una sociedad humana, con valores y derechos plenos para todos y todas. En síntesis, ha entendido que la pelea es peleando y que si bien el enemigo de clase es poderoso, no es invencible.

Ayer, se reunió un grupo numeroso de jóvenes en Ibagué con esta perspectiva. El diagnóstico lo tiene claro la juventud, hay que incrementar la acción, la organización y la iniciativa. Y, en eso, precisamente, estuvo el grupo considerando con alto grado de tolerancia y respeto por la diversidad y pluralidad. Apoyando los consensos y aceptando los disensos, esta juventud tolimense invirtió varias horas el domingo en la tarde. La propuesta más sensata es intensificar la lucha callejera y conocer bien el enemigo de clase. “Primero hay que conocer bien al enemigo”, dijo uno de los participantes. “Derrotar el miedo”, indicó una jovencita feminista.

La agenda se elaboró paso a paso, al calor de un tinto y el diálogo ameno y esperanzador del grupo. El 2 de octubre una gran campaña mediática alrededor de la paz y los acuerdos de la Habana. En estas redes sociales debe agitarse consignas como: “La paz no se detiene”, “El Tolima mueve la paz”, “Defendamos la paz”, “Tolima territorio de paz”. De igual manera, hablar de los puntos del acuerdo de la Habana.

Para el 12 de octubre, se programó una manifestación en los alrededores del Sena; para el 15 del mismo mes, el considerado día de los presos políticos una gran actividad y el 21 la gran movilización. Intensificar la campaña informativa y educativa en aras de erradicar el analfabetismo político y derrotar ese entramado perverso mediático de incomunicación, que tanto daño viene haciendo en la conciencia del pueblo colombiano. La dinámica de la juventud en esta sección del país, resulta bastante promisoria. Hay que apoyarla con decisión y coraje.

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