domingo, 20 de octubre de 2019

Turbulenta campaña por alcaldía de Ibagué

Por Nelson Lombana Silva

La contienda electoral que se viene desarrollando por la alcaldía de Ibagué (Tolima), carece de las más elementales normas éticas. El todo vale, se impone. El elector en vez de recibir claridad sobre por qué hay que votar, recibe a diario desinformación, alimentando los instintos primarios: Odio, sectarismo,  grupismo y rabia. Nada de ideología, nada de programa, nada de ética. Parece una batalla campal sin reglas de ninguna naturaleza.


Fluyen en los medios de comunicación la mentira y la calumnia. Resulta siendo la campaña un verdadero campeonato de agravios insulsos y circulación de dinero de dudosa procedencia en cantidades industriales. Así, no es quién expone más y mejores ideas en favor de la ciudad de quinientos mil habitantes, sino quién compra más electores a punta de lechona, tamal o pequeños mercados.

Algunas de estas campañas cumplen el horario del delincuente: Duermen de día y “trabajan” de noche. En oscuros vehículos polarizados salen a la caza del ingenuo líder o lideresa llevando consigo verdaderos “costalados” de plata. Todos los días salen a flote rumores escalofriantes. El más reciente es que una campaña vendría siendo financiada por “el socio”, narcotraficante que purgó algunos años de cárcel.

Ante este escándalo cuatro candidatos se unieron para hacer una declaración pública y redactar un documento con destino a los organismos de control. También se puso en evidencia la directa participación del gobernador, Óscar Barreto Quiroga, en el juego sucio y directo en la escogencia de su sucesor, el alcalde de Ibagué y los demás puestos a proveer en el departamento. Ya había dicho un contratista: “Ese man sí sabe para qué es el poder”.

Se han venido filtrando supuestas conversaciones en las que el gobernador coordina directamente la campaña ofreciendo toda clase de canonjías, haciendo renunciar a unos candidatos con la promesa que lo “acordado está garantizado”. Es lo más sucio y ruin.

Entre la turbulencia la decencia




En ese mar embravecido de cruda turbulencia, la campaña de la Colombia Humana – Unión Patriótica, se presenta como una lucecita tenue en el centro de la tempestad. Al lado de la Convergencia, se destaca la campaña realmente política con ideas claras, posibles y realizables. Es una campaña digna, patriótica.

La candidatura por este colectivo la lidera el ex parlamentario Hugo Ernesto Zárrate. Rodeado de lo más granado de la izquierda, entre ella, el Partido Comunista, su propuesta se caracteriza por la transparencia y espíritu programático.

Esta candidatura también está respaldada por el Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC). Una fuerza fresca y promisoria que se abre paso en medio de la violencia que azuza el mismo estado colombiano con el accionar del binomio militar-paramilitar.  Esta fuerza política tiene la candidatura a la asamblea del Tolima del ex comandante Donald Ferreira, cuyo nombre real es: Gustavo Bocanegra Ortegón.  Con la fe del carbonero, sorteando toda clase de vicisitudes, el dirigente de izquierda se mueve por el departamento proponiendo una forma distinta de hacer política, dándole fuerza y dinamismo a la esperanza en una sociedad justa, humana y socialista.

Zárrate afirma que hay cien mil ibaguereños que todavía no han definido su voto; cree que serán definitivos y confía que la decisión de éstos, se incline en favor de su candidatura. Por eso sigue su campaña casa a casa, sin maquinaria extravagante y falsas promesas. De su equipo, hace parte el joven dirigente comunista Andrés Hernández, quien marcado en el tarjetón con el número 2 y avalado por la Colombia Humana – Unión Patriótica aspira a ocupar un escaño en el concejo municipal de la ciudad musical de Colombia.


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