martes, 29 de octubre de 2019

Elecciones regionales 2019: Dinero, corrupción y ventajismo

Por Nelson Lombana Silva

Se realizaron las elecciones regionales en Colombia el pasado 27 de octubre de 2019, las cuales se caracterizaron por la proliferación asombrosa de dinero en las campañas de derecha, corrupción galopante y ventajismo astronómico. Podría decirse que la derecha no ganó en franca lid sus curules, las compró y a qué precio.


El electo alcalde de la ciudad de Ibagué (Tolima), José Andrés Fabián Hurtado (Partido Conservador), que según denuncias fue financiado por narcotraficantes y el gobernador tolimense, Óscar Barreto Quiroga, lo primero que hizo un día después de su elección, fue reunirse con los empresarios para ratificarles el compromiso de modificar el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), con el fin de facilitar las grandes construcciones en detrimento del medio ambiente. De igual manera, tener un funcionario en la Corporación Autónoma Regional del Tolima (CORTOLIMA), que no obstaculice estos leoninos y oscuros proyectos.

La gobernación quedó en manos de ex policía acusado de homicidio. Se trata de José Ricardo Orozco Varela, quien derrochó dinero a dos manos y convirtió la gobernación de Barreto en su principal directorio político. Tal es así que la parlamentaria Magaly Matiz al parecer fue comisionada por el gobernador para que entregara 6.400 sillas en la comuna 6 a 64 presidentes de juntas de acción comunal, según denuncia del ex candidato a la alcaldía de Ibagué, Hugo Ernesto Zárrate. En el barrio Jordán II etapa, entregó el gobernador becas en cantidad, días antes de los comicios.

Características debate electoral en Tolima

El debate electoral en el departamento del Tolima, especialmente en Ibagué, estuvo cruzado por la lluvia. En un departamento tan débil ideológica y políticamente, seguramente fue un factor importante en el alto índice de abstencionismo.

El otro factor determinante y quizás más estructural fue la ausencia de propuestas concretas y llamativas. Realmente lo que vimos fue un verdadero campeonato de improperios, calumnias, agravios e iniciativas gaseosas. El elector, en su inmensa mayoría, no fue a las urnas con claridad y convencido de la propuesta del candidato, fue con rabia, odio, sectarismo e ilusionado en el pago del voto. “Lo que me importa a mí es vender bien el voto, lo demás no me importa”, era la frase más escuchada en personas de los barrios subnormales y no tan subnormales.

En esas circunstancias, el gobernador Barreto Quiroga hizo moñona, pues el gobernador electo, Orozco Varela y siete alcaldías incluyendo la de Ibagué, son de su partido conservador. Al decir en los mentideros políticos la misión de dichos elegidos es guardar la espalda del corrupto mandatario.

De otra parte, fue tanta la corrupción que el alcalde electo del municipio de San Juan no pudo festejar su triunfo porque fue puesto preso, precisamente por corrupto.

Con las más diversas marrullas la derecha y extrema derecha jugaron una vez más en esta lánguida contienda electoral. Sin embargo, resulta pertinente analizar la conclusión de un analista político al conocer los resultados finales. “En el Tolima ocurrió algo curioso – dijo – la derecha se unió y la izquierda se dividió”.

Eso ocurrió notoriamente en la disputa por la alcaldía de Ibagué. El gobernador tenía dos pupilos: El que ganó y su primo José Barreto. Pocos días de las elecciones, convenció a su primo para que renunciara y se sumara a la campaña ganadora. En cambio, la izquierda, los demócratas, progresistas y decentes no pudieron encontrar una fórmula que les permitiera enfrentar el debate con firme criterio unitario. Ni siquiera el llamado que hizo el ex candidato presidencial Gustavo Petro Urrego fue tenido en cuenta, ni el llamado del Partido Comunista. El personalismo  impidió pensar en grande, con criterio colectivo y alto grado de responsabilidad política. 

Sin embargo, a pesar de todos esos reveses que hay que estudiar con espíritu crítico y autocrítico, tenemos que destacar aspectos cualitativos y cuantitativos muy importantes que nos debe animar a continuar la lucha sin descanso, teniendo en frente el paro cívico programado para el 21 de noviembre y a largo plazo la campaña electoral por la presidencia de la república.

Hay que destacar la derrota del uribismo. Era amo y señor del Tolima. No quedó extinguido totalmente pero su decadencia sí es evidente. La ASI ganó las alcaldías de Planadas y Piedras y un concejal en Ibagué; Alianza Verde, la alcaldía de Cajamarca, un diputado y dos concejales en Ibagué; Colombia Humana – Unión Patriótica obtuvo un escaño en el concejo de Ibagué y uno en el municipio de Líbano; MAIS, un concejal en Ibagué. “Esto no lo teníamos antes”, dijo el veterano comunista, Ricardo Castiblanco al analizar los resultados.

Los resultados son halagüeños. La Rosita (Partido FARC), con 13.959 votos en el Tolima consiguió dos curules como concejal. Por su parte, el candidato a la asamblea por este partido, Gustavo Bocanegra Ortegón obtuvo 4.152 votos. Al analizar los resultados el dirigente político se declaró satisfecho y agradeció el apoyo del pueblo tolimense: “Ganamos muchísimo, ganamos con el esfuerzo de ustedes, felicitarlos por ese apoyo tan grande que nos dieron: 4152 votos dignos, por un Tolima digno, por un Tolima sin corrupción, politiquería, sin compra de votos, sin mafias, sin negociación de un lado para otro, sin vender los principios. Logramos llegar hasta donde ustedes; 4152 votos significan esperanza, es la gente que cree en las FARC, que cree que sí podemos algún día construir una paz estable y duradera, una paz con el impulso del pueblo y para el pueblo, no solamente en el Tolima sino a nivel nacional”, dijo.

En su saludo de agradecimiento el dirigente político de izquierda anunció que en noviembre lanzaría este Partido un movimiento de unidad. “Seguiremos avanzando”, agregó.

Una vez terminado el debate electoral, la tarea prioritaria del momento es organizar y participar activamente del paro cívico nacional programado por las centrales obreras, para el 21 de noviembre. Hay que salir con todo a rechazar la política neoliberal, privatizadora y corrupta del gobierno que lidera Iván Duque Márquez, gobierno descompuesto puesto al servicio de Estados Unidos, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en contra de la paz y la convivencia pacífica en el continente y con las repúblicas hermanas y limítrofes. Hay que crear comandos de paros para agitar la movilización reivindicativa y política, con decisión y coraje en todos los rincones del departamento y de la ciudad.



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