domingo, 27 de octubre de 2013

“La dicha que fue negada”

Celebración cumpleaños Sandra Liliana Lombana Prada. Fotos Nelosi

Por Nelson Lombana Silva


El 26 de octubre se ha convertido para mí en una fecha muy especial a partir de 1.999. Es decir, hace 14 años, exactamente a las 6:53 de la tarde en que esta fecha ha entrado en mi mente y en mi corazón y reviste singular valor. Ni el tiempo, ni la distancia, ni las afujías económicas podrán debilitar el significado humano, familiar, social y político que encarna para mí esta fecha. La llevo como algo esencial en mi vida y en mi lucha revolucionaria.



La razón es elemental, quizás para muchos cursi e intrascendente en un régimen tan deshumanizado como es el capitalismo: Es el día que nació mi hija Sandra Liliana, en el hospital Local “San Juan de Dios” del municipio de Anzoátegui, Tolima, hospital que está en la mira de convertirse en simple puesto de salud gracias a los efectos de la Ley 100 de 1993, obra del triste célebre Álvaro Uribe Vélez. Personaje siniestro que aspira a ser senador aprovechando el analfabetismo político de muchos colombianos y colombianas, que ingenuamente han caído en la red mentirosa del padre putativo de la comedia de Santa Fe de Ralito.

 

Celebración cumpleaños Sandra Liliana Lombana Prada. Fotos Nelosi


Se nos suele a acusar con bastante frecuencia a los Comunistas de que no tenemos sentimientos, no lloramos, no reímos, no tenemos capacidad de asombro, porque supuestamente somos de “hierro”, “materialistas” en la peor interpretación que de este concepto o término se pueda hacer. “Los Comunistas no tienen corazón, no tienen sensibilidad”, nos dice la oligarquía con frecuencia.


¡Qué infamia! ¡Qué calumnia! ¡Qué injusticia! Si hay persona humana demasiado humana, como diría Federico Nietzsche, es precisamente el Comunista; tal es su humanismo que está dispuesto a entregar su vida por sus semejantes a cambio de nada. Un Comunista de verdad, por supuesto, siente, sufre, goza y lucha, las angustias, las esperanzas y las perspectivas de cambio con pasión, con entrega total. No tiene fronteras. A nadie odia. A nadie señala. A nadie desprecia. Frei Betto – por ejemplo – comparó la vida del guerrillero heroico Ernesto Che Guevara con la vida de Jesús y llega a la conclusión que ambos se inmolaron por la causa de la humanidad.


Al comenzar el siglo XXI, ¿Quién está dispuesto a sacrificarse sinceramente por los demás? Los Comunistas. ¿Quién más? Lo que sucede es que la fuerte alienación de los medios masivos de comunicación, las religiones y el mismo pensum académico, nos impiden hasta ahora hallar esa nítida realidad.


Sin embargo, esta alienación no será eterna. El pueblo romperá esa venda y encontrará el camino hacia la realización humana de conformidad con su antropología sin privilegios de ninguna naturaleza. El destino de la humanidad es la felicidad, no es la desgracia.


Por eso siento esta fecha con alegría, porque fue el día en que nació mi vida misma personificada en esa personita que crece en medio del sistema nauseabundo de los antivalores.


Hubiera querido estar las 24 horas a su lado diciéndole cuánto la amo, cuánto espero de ella, pero de igual manera, cuánto espera de ella la humanidad y a su vez, cuánto espera la humanidad de ella. Todo porque nadie es una isla. Somos parte de la humanidad y lo que hagamos o no hagamos, influye para bien o para mal. La relación individuo – sociedad no es mecánica, ni casual, ni opcional, es dialéctica y dinámica. El ser humano solo no existe, ni tiene razón de ser, todos estamos atados a la humanidad, dice John Dalton. 


Celebración cumpleaños Sandra Liliana Lombana Prada. Fotos Nelosi
El régimen capitalista no permitió que estuviera con Sandra Liliana las 24 horas, pude estar con ella solamente dos cortas horas, 120 minutos. Fue un encuentro fugaz pero muy intenso, emocionante. Solo un almuerzo a toda prisa, la partida de la torta, un par de carcajadas, algunos consejos y algunas anécdotas y ya.


De todas formas fue el tiempo “necesario” para decirle que la amo, que es lo mejor que me ha pasado hasta ahora en mi taciturna existencia y que creo ciegamente en la autocrítica y la superación personal y colectiva. “El destino del ser humano es la felicidad – le dije – pero esa felicidad hay que lucharla con estoicismo y profundo sacrificio, pues nada está dado de una vez y para siempre y menos sin sacrificio”.


De ese efímero encuentro fueron testigos la madre sustituta del ICBF, su hermanita María Paulita, mi hermana Gladys, los compañeros de seguridad y un perrito de dos meses y medio de nacido, negro y de raza Schnauzer llamado “Otto”. Hasta ese momento nadie más se daba cuenta de esta efeméride tan importante para mí. ¿Por qué la felicidad es tan corta? ¿Qué hacer para que la tragedia sea corta y la felicidad larga?


Todo fue tan lisonjero pero tan corto que omitimos cantar el cumpleaños. No lo cantamos, lo expresamos con las acciones de todo corazón. Tuvimos tiempo para reír, bromear y pensar un mundo humano para todos y todas. Mi querida “gurrecita”: ahora y siempre feliz cumpleaños para usted y todos y todas los que hoy tuvieron la fortuna de nacer en el mundo como el primo Carlos Alberto Cifuentes. Unidos por siempre.




1 comentario:

  1. Mucha fuerza Nelson, estos son momentos, y usted bien lo señala, aquí todo es dialéctico; ya vendrán otros días y otras dichas.

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