jueves, 27 de junio de 2013

Ronda la muerte contra el pueblo en Planadas, Tolima

Ausencia del Estado en temas vitales
Por Nelson Lombana Silva


Comienza a tenerse noticia de esta extensa e intrincada región cuando el gobernador de la época mediante decreto 1018 de 1920, crea la colonia penal y agrícola denominada “Sur de Atá” para que los condenados por contrabando de licores y tabaco purgaran sus penas, siendo sometidos a trabajos infrahumanos.



Esta desaparece mediante ordenanza número 72 de 1931, convirtiéndose en la inspección departamental de policía. Se crea mediante decreto 719 de 1935, la cabecera de la inspección departamental de policía Sur de Atá. En 1966, mediante ordenanza número 36, se eleva a municipio. Se presentó un error, el cual fue corregido en 1971, mediante ordenanza 52, quedando en firme esta parte de Ataco en municipio.


La extensa región se ha caracterizado por la ausencia del Estado en temas vitales como la salud, la educación, servicios públicos y créditos blandos para facilitar la producción de la ubérrima tierra habitada por campesinos verdaderamente heroicos. Solo ha imperado la militarización y la paramilitarización, la represión, es decir, el terrorismo de Estado.


Esta región fue víctima del norteamericano plan LASO, donde más de 16 mil militares dirigidos por gringos, quienes incluyendo armas bacteriológicas, intentaron minar la resistencia de los campesinos y campesinas liderados por el entonces campesino, Manuel Marulanda Vélez y 47 campesinos más. En este territorio nació el movimiento guerrillero más antiguo del mundo: Las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, ejército del pueblo, FARC – EP.


La violencia oficial, sin embargo, no es cosa del pasado. Se sigue asesinando campesinos y campesinas, se sigue deteniendo labriegos a punta de montajes y se sigue estigmatizando a la población, so pretexto de “quitarle el agua al pez” de acuerdo a los planes contrainsurgentes que  manejan los Estados Unidos, consignados en los documentos secretos de Santa Fe 1, 2, 3, 4, 5 y 6.


Hace unos años el alcalde municipal, John Jairo Hueje, de escasos 28 años de edad, fue llevado a la cárcel durante cuatro años, sindicado de tener nexos con la insurgencia que siempre ha permanecido en la zona a pesar de los exagerados operativos militares de tierra arrasada.


Hace dos meses, aproximadamente fueron asesinados, el próspero comerciante, Edgar Cubillos, en la vereda San Agustín y hace un mes, Orlando Benjumea, el cual fue sicariado en el perímetro urbano de Planadas de un certero tiro. Ambos en su momento fueron sindicados de tener nexos con la insurgencia y purgaron más de nueve meses de cárcel.


La versión que sospechosamente echaron a rodar en la comarca era que había hecho presencia un grupo paramilitar llamado “Los aguileños”, quien, supuestamente, se adjudicaba dichos crímenes. Sin embargo, el grueso de la comunidad considera que es un distractor por cuanto los verdaderos responsables serían miembros de la móvil 8 y otros batallones de alta montaña que hacen presencia en la zona.


Hay preocupación entre los habitantes, muy especialmente, entre las personas que han sido víctimas de montajes o falsos positivos. Al decir de algunos de ellos, pareciera que hubiera comenzado un plan pistola por parte de los militares contra esas personas que recobraron su libertad al demostrar plenamente su inocencia. “No creo en paramilitares en la zona, creo más en la acción de los militares”, dijo una de las personas detenidas por estos montajes que se hicieron tan frecuente durante el mandato del triste célebre, Álvaro Uribe Vélez.


Una vez más, ronda la muerte, el terrorismo de Estado y la incertidumbre entre los habitantes del municipio de Planadas, Tolima; una comunidad sufrida pero llena de vitalidad y de lucha por sobrevivir. En el 2006, este municipio fue catalogado como el primer productor de café de calidad en el departamento de Tolima, denominado: “Taza de la excelencia” promovido por “Alliance for coffe excellence”, campeón premio “Roasters Guiad Coffe of the year, gran premio que fue entregado a Edith Enciso, campesina de Gaitania que habita la vereda “Corazón Diamante”. A ese esfuerzo de los campesinos, la respuesta del gobierno nacional es el terrorismo de Estado. Así paga el diablo quien bien le sirve.

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