Júbilo mundial entre los pueblos y personalidades democráticas, ha suscitado la elección de la nueva presidenta de la hermana república de Méjico, la licenciada en física, Claudia Sheinbaum el pasado domingo, garantizando de esta manera la continuidad del proceso democrático que ha iniciado con éxito el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de la aberrante incomunicación mediática y la montaña de calumnias e improperios por la burguesía de este país, Claudia Sheinbaum dobló en votos a su inmediato competidor, obteniendo más del 60 por ciento de los votos depositados en las urnas.
Fue una victoria contundente. El pueblo no se dejó engañar de la sucia campaña mediática, ni se dejó comprar su conciencia por una miserable moneda, seguramente untada de narcotráfico. En esas condiciones, ejercerá el mandato constitucional 2024 – 2030.
La coalición estuvo conformada por su partido Morena, el Partido del Trabajo (PT) y los Ecologistas. Es una mujer trabajadora, luchadora social de vieja data e internacionalista. Su vida pública comenzó en el 2000 al ser nombrada secretaria del medio ambiente de la ciudad de Méjico; 2015 – 2017, alcaldesa de Tlalpan en ciudad de Méjico; jefa de gobierno de ciudad de Méjico en 2018, durante el gobierno de López Obrador.
Es una mujer de izquierda, convencida que el éxito del pueblo depende del grado de organización y unidad, pues considera que solo el pueblo, salva al pueblo. Continuar el proceso revolucionario que inició su antecesor con gran compromiso, es al parecer el querer de la primera mujer en llegar a esta altísima posición en la tierra de los “manitos”.
Tiene excelentes relaciones políticas e incluso, personales con nuestro presidente Gustavo Petro Urrego, lo que presagia el robustecimiento de las relaciones y la solidaridad entre los dos pueblos hermanos. Al conocer la noticia, el mandatario del Pacto Histórico, expresó con alborozo: “Que su liderazgo nos ayude a llevar a América Latina hacia una economía descarbonizada y al gran salto democrático: La Revolución de la Vida”.
El pueblo colombiano debe estar de pláceme por este rutilante triunfo de un pueblo que lucha por la paz y la convivencia social, que ha sabido sobreponerse al criminal modelo neoliberal y a la cruda violencia orquestada desde los medios masivos de comunicación, la gran burguesía y el narcotráfico. Lo que sucedió en Méjico es un ejemplo que anima al pueblo colombiano a fortalecer la unidad y la organización para darle continuidad y contundencia al esfuerzo que viene haciendo el gobierno del cambio, de la vida y de la esperanza: Gustavo Petro Urrego. Salud al pueblo mejicano…
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