sábado, 7 de noviembre de 2020

Joe Biden, presidente EE.UU. Alegría de caballo capón


 Por Nelson Lombana Silva

Al parecer la suerte está echada. El presidente número 46 de Estados Unidos es Joe Biden, hasta el momento tiene 290 votos, mientras su contrincante escasamente arriba a los 214. En lo que atañe al voto popular, éste aventajó en más de cuatro millones de votos al criminal presidente Donald Trump. Alegría de caballo capón, como diría los abuelos, porque en realidad era una elección en que el imperialismo ganaba con cara y el pueblo perdía con sello.

Habría que hilar bastante delgado para encontrar algunas leves perspectivas. Hay una situación que podría jugar para bien o para mal en el caso de Colombia y es la posición obsecuente y sumisa que asumió la pútrida clase dirigente colombiana. Rompiendo con la tradición, ésta se puso abiertamente del lado del candidato perdedor.  Su identidad corrupta, criminal y mafiosa no daba para más.

Fue vergonzosa una vez más la postura mediática. Rompiendo toda decencia informativa, se puso descaradamente en el bando del criminal Donald Trump desde un principio y hasta última hora. Las normas elementales del periodismo quedaron una vez más en entredicho, sin pena y sin gloria. El considerado ex jefe de prensa del asesino, Carlos Castaño, Juan Roberto Vargas, eligió en más de una vez a Donald Trump. Todo era Trump. Toda la jauría mediática del establecimiento estuvo en esa dinámica sin ningún tipo de respeto por la información veraz, ágil y oportuna. No informó, manipuló descaradamente a la teleaudiencia de una manera burda y descarada. Es la misma postura que asumen los medios cuando se trata de presentar los hechos noticiosos de la izquierda colombiana. Estos son presentados al revés, fraccionados y tergiversados. Eso lleva a la necesidad de fortalecer los medios alternativos de comunicación, para que aumenten en cantidad y en calidad. No es un trabajo secundario, debería ser prioritario.

El otro aspecto a tener en cuenta es el sistema antidemocrático de Estados Unidos, país que presume ser el más civilizado del mundo. Qué vergüenza: Cinco días después del debate electoral y todavía no se sabe con certeza quien será el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Más que un debate electoral parece una puja entre multinacionales y transnacionales. Mejor dicho: Entre lo mismo y lo mismo.

Un elemento más: La postura lumpesca y camorrera de Donald Trump. Ha demostrado una vez más su talante y de qué manera. Un rufián, un mequetrefe, un patán, dispuesto a no perder las mieses del poder. Encabritado corcovea buscando contradecir los resultados, como siempre usando los métodos más innobles y miserables. ¿Le falló el fraude? Lo mismo que hizo Duque en Colombia, claro que a éste sí le funcionó el fraude y de qué manera.

El revés de Donald Trump, con todo su poder en sus manos, nos enseña que también se puede derrotar a la gran oligarquía. Eso debe subir la moral y la lucha revolucionaria en Colombia de cara a las venideras elecciones. El entramado que ha montado la burguesía colombiana, partiendo del terrorismo de estado, la promesa y el miedo, se puede derrotar con una alianza amplia, democrática y consecuente, donde no sea una simple montonera esperando que el otro trabaje y él sacar sus réditos, sino todos trabajando las 24 horas hermanados, con decisión y optimismo. Sí, se puede derrotar la criminal burguesía.

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