miércoles, 4 de noviembre de 2020

En Ibagué, peregrinación por la vida y la paz

 


Por Nelson Lombana Silva

Una impresionante exposición de fotografías de desmovilizados de las Farc – EP asesinados en Colombia, desde que se firmó el acuerdo de paz entre este grupo insurgente y el Estado, fue expuesta este cuatro de noviembre en la plazoleta Darío Echandía de la ciudad de Ibagué (Tolima).

Estupefactos unos, otros indignados y otros totalmente indiferentes, desfilaron por este crudo y espeluznante escenario, casi en silencio, haciendo quizás meditaciones muy íntimas y preocupantes.

Estas fotografías presentaban rostros jóvenes, rostros alegres y expectantes del futuro, que una mala asesina del Estado y del Paraestado apagó después de firmar el acuerdo de paz.

Este conmovedor escenario estuvo liderado por las distintas organizaciones de Derechos Humanos que hay en el departamento de Tolima y desde luego, un gran número de ex combatientes jóvenes, hombres y mujeres, que a pesar de la adversidad le siguen apostando a la vida y a la paz.

Los voceros del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), desde el corazón de Ibagué y de Colombia, ratificaron su compromiso por la paz, exigiendo del gobierno nacional asumir la misma postura. De igual manera, convocaron al pueblo colombiano a asumir una postura de unidad alrededor de la paz. “El pueblo unido jamás será vencido. En ese proceso nos dan ejemplo las hormigas y las abejas. Ellas siempre se mantienen unidas, en cambio el pueblo colombiano desunido acolitado por una clase politiquera”, dijo un ex combatiente al intervenir.

“Durante 53 años duramos haciendo política con armas porque este Estado nos sumió en la guerra, desde que surgió la Unión Patriótica y más antes por no reconocer al campesinado colombiano. Son 236 firmantes de la paz, hombres y mujeres, que le apostaron al acuerdo de paz, que han sido asesinados y nos siguen asesinando”, dijo otro ex combatiente.

“Salimos desde La Macarena (Meta), en una peregrinación porque ya no soportamos más un compañero asesinado en las veredas y calles de Colombia, desarmado. Hoy fue asesinado otro compañero. Son 237. No somos una cifra más”, agregó.

“Hay una necropolítica en Colombia. No es solamente la masacre contra el Partido FARC, es contra líderes barriales que luchan por sus barrios para que estén en mejores condiciones; es contra el indígena que lucha por su territorio para no ser expulsados por las multinacionales y transnacionales; también están matando a la nueva ciudadanía, a los jóvenes por pensar diferente, a la diversidad sexual. Es decir, en Colombia hay un genocidio social, político y cultural, que se sucede a diario”, subrayó.

El dirigente fariano denunció agresión por parte del Centro Democrático y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, al sabotear el evento político que se prolongaba hasta el cinco de noviembre. Ante esa contingencia los excombatientes regresaron a sus regiones a continuar la lucha.

Impresionada por la exposición, la lideresa de Derechos Humanos, Ruth Nieto Martínez, expresó con indignación al contemplar el cuadro dantesco: “Tanta juventud muerta con sus manos limpias”, dijo.  Por su parte, el presidente electo del Sindicato de Trabajadores Agrícolas del Tolima (Sintragritol), Gilberto Salinas Novoa, hizo un recuento histórico de las masacres que han ocurrido en Colombia, comenzando por la masacre de las Bananeras en 1928, los magnicidios de Gaitán, el general Rafael Uribe Uribe, el genocidio contra el Partido Comunista y la Unión Patriótica y la presente que se viene sucediendo en todo el país. Instó a los presentes a persistir en la paz, sobre todo, al cumplimiento del gobierno de lo pactado en la Habana y firmado en Bogotá, entre la entonces Farc – Ep y el Estado Colombiano. “Por la vida y la paz ni un paso atrás”, terminó diciendo.

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