martes, 20 de diciembre de 2016

Comunista tolimense reivindica la obra del comandante Fidel Castro

Evelio Villarreal Herrán. Foto: (Archivo) Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

 El dirigente regional del Partido Comunista, Evelio Villarreal Herrán, estuvo en Cuba hace cuatro años. Fue acompañado de la compañera Doris Romero Hernández y su hija Adriana.



Paso a paso comprobó los alcances del Socialismo que se viene desarrollando en esta isla caribeña, la obra del comandante Fidel Castro Ruz. Se movió como Pedro por su casa por la Habana. Preguntó y contra preguntó libremente, con amplio espíritu periodístico. Profundizó el tema del transporte, su profesión de casi toda su vida.


Mitos contra Cuba cayeron estrepitosamente. Es un pueblo humilde pero digno. Hay libertad religiosa. No todos son comunistas. Hay libertad hasta para criticar al gobierno, libertad para decir, opinar y decidir.


Además, la cultura es elevada. Cada taxista es un verdadero guía turístico que muestra con entusiasmo los logros del Socialismo y la obra universal del comandante Fidel Castro Ruz.


El pasado domingo 18 de diciembre, ante un grupo de militantes, amigos y simpatizantes del Partido Comunista, el camarada Evelio Villarreal Herrán, contó parte de su gira por la patria de José Martí. Sus gratas impresiones del pueblo cubano. Su exposición la hizo en la sede departamental del Partido Comunista en Ibagué (Tolima).


Dichas impresiones las recoge la página web: www.pacocol.org:


“A uno se le calienta la sangre cuando estúpidos (perdóname la expresión), analfabetos políticos siguen diciendo  que allá la gente está pidiendo limosna. Eso no es cierto. Las reformas que se han hecho en Cuba pasaron por todas las células del Partido, por todo el pueblo estudiándolas, discutiéndolas, apoyándolas, reformándolas e incluso, rechazándolas”.


“Con mi mujer y mi hija estuvimos en Cuba hace cuatro años. El guía turístico, en su zorra que transporta a los turistas, nos iba explicando detalladamente los cambios que se han venido suscitando a partir de la revolución socialista ocurrida en 1959”.


“Me llamó la atención que a su paso iba saludando diciendo: “Adiós, que Dios lo bendiga”. No pude aguatar la curiosidad. Le dije: “Oye compañero, en Colombia soy Comunista activo. ¿Usted es Comunista aquí?” Me contestó: “Yo no soy Comunista”.


“Le dije: “¿Usted es Católico?” Me dijo: “No, yo soy Cristiano”. Le dije: “Pero, ¿Existen templos católicos en Cuba?” Me dijo: “Aquí hay templos de la iglesia Católica, porque este pueblo es muy creyente”. Le dije: “Bueno, ¿Y el gobierno qué?” Me contestó: “Nosotros respaldamos el gobierno, porque es un gobierno bueno”.


“Eso para mí fue novedoso. En Colombia se dice todo lo contrario. Que hay en la isla una dictadura salvaje. Pedro que nos llevó de la vieja Habana al balneario El Varadero, es una empresa mixta, porque entre las reformas que hizo el pueblo cubano, ellos viven del turismo y hay capital mixto”.


“Hablé con el administrador del hotel y me habló bellezas del socialismo. Entonces, le dije: “Compañero Pedro: Yo en Colombia soy Comunista activo. ¿Usted es Comunista?” Me dijo: “No. Yo fui Comunista y pertenecí a la dirección, pero me mandaron a la Unión Soviética cuando estaba Breznev y después Gorbachov cuando la glasnot y la perestroika, duré como seis meses. Cuando regresé presenté el informe y dije que la Unión Soviética estaba mal. Los compañeros se pusieron bravos, me criticaron y me calificaron hasta de contrarrevolucionario. Resulta que al año siguiente fue el camarada Fidel Castro y vino y presentó prácticamente el mismo informe. La dirección me llamó a disculparse porque se había equivocado en la apreciación. Que volviera. Pero yo dije: No. Le dije que me dejaran suelto. Le dije: “Compañero, pero si usted no es Comunista, entonces, ¿En qué partido milita?” Me dijo: “Acá en Cuba hay sino un solo Partido: El Partido Comunista. Pero yo puedo pensar como quiera, puedo escribir y Granma publica todo lo que yo escriba. No hay censura. No hay estigmatización por pensar diferente”.


“Nos contó además una anécdota en su trabajo de conducción: “Recogí a una señora y dos señores. Los señores le echaron la madre a Ben Laden y al mismo Fidel Castro. Yo paré el taxi y les dije: “Me hacen el favor y se bajan”. Ellos dijeron molestos: “Nosotros venimos pagando. ¿Por qué nos toca bajarnos?” Les dije: “Porque ustedes están madreando a mi patrón. Este carro es de él. Me hace el favor y se bajan”. Los hizo bajar sin ser militante comunista”.


“Indignados fueron a colocar la queja en la cooperativa. Me llamaron. Expliqué el incidente. Me dijeron que me fuera que no había problemas”.


“Me llamó la atención poderosamente el transporte, porque soy transportador. Aquí, el taxista se hace $60 o $70 mil pesos diarios, trabajando de seis de la mañana a diez de la noche. En Cuba existe la cooperativa. Paga una cuota muy cómoda. El gobierno le repara el motor, le cambia el aceite, le cambia las llantas. Tiene seguridad social, tiene derecho a la formación él, su familia. La cooperativa es del gobierno, es decir, de todos. En Colombia hay clientes que tienen 100, 200 y 500 taxis, explotando a los conductores. En Cuba no se explota a los conductores. Eso quería decir. Muchas gracias compañeros”.  



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