martes, 10 de febrero de 2015

Persistir en la unidad es tarea de todo revolucionario consecuente

Por Nelson Lombana Silva


El Tolima se encuentra descuadernado, a meced de la derecha y la extrema derecha. La crisis estructural es profunda. Afecta distintos campos como el social, económico, político, cultural, ambiental, ideológico, etc. Toca fondo. No es un invento de los comunistas, ni de los amigos consecuentes de la izquierda. Basta echar una simple mirada a vuelo de mariposas amarillas, quizás sin mucho esfuerzo crítico o analítico para percibir la realidad dramática que vive este territorio con todos sus habitantes.



Más del 80 por ciento del territorio se encuentra concesionado a las multinacionales y transnacionales en títulos mineros, unos concedidos y otros por conceder; cartas amenazantes contra el alcalde y los concejales de Cajamarca, fueron publicadas después del 27 enero en este municipio que se encuentra ubicado a solo 52 kilómetros de la ciudad de Ibagué, la capital del Tolima; se dispara la proliferación de panfletos amenazantes del paramilitarismo en varios municipios del departamento, incluyendo, la reciente amenaza contra la mayoría de medios alternativos de comunicación y de periodistas; todos los días se registran asesinatos, personas suicidadas.


Pero como si esto no fuera poco, las multinacionales y transnacionales se abren espacio a sangre y fuego, con publicidad comprada. Un alto índice de medios de comunicación y periodistas están bajo la égida de la transnacional Anglo Gold Ashanti. Con viajes al exterior y jugosos salarios dichas transnacionales vienen alineando y uniformando el pensamiento único a favor de éstas.


Al decir de los campesinos, estas vienen, igualmente, moldeando candidatos en distintas corporaciones públicas para sus intereses mezquinos e imperialistas. “Es un secreto a voces”, señalan campesinos del Tolima.


El centro democrático – el bazuco de la derecha – ganó las anteriores elecciones en este departamento, a merced de la pobre dirigencia liberal – conservadora que solo piensa en su interés personal, en la burocracia y en la corrupción bien maquillada.


El desempleo es galopante. La red hospitalaria, especialmente el hospital regional Federico Lleras Acosta, agoniza. El concejo municipal en vez de exonerar de impuestos a esta institución, exonera al negociante del club deportes Tolima, el ex senador Camargo. La universidad del Tolima hace ingentes esfuerzos por no sucumbir, se mantiene a punta de migajas que caen de la mesa de la burocracia del rico Epulón.


¿Quién puede tapar esta terrible realidad, propia del sistema capitalista? Es una realidad palpable, tangible, evidente. Sin embargo, quienes podrían dar alternativas concretas de solución, se encuentran aún cuestionándose si el agua moja. La debilidad del árbol nos impide ver el bosque. Esa debilidad qué bien la aprovecha la derecha.


La derecha – en su totalidad – ya ha salido una vez más de sus madrigueras a aceitar las maquinarias electorales; nuevamente a mentir, engañar y a ofrecer el oro y el moro. Son los mismos libretos, las variaciones son mínimas. Mientras tanto, la contraparte patina y patina, con el mismo cuento: unidad sí pero alrededor mío.


Decimos que la paz es un tema, que el ambiente otro, que el electoral otro, que la defensa de lo público otro, que la lucha contra la corrupción otro tema y así sucesivamente. Mientras tanto el tiempo pasa y pasa y al pueblo se le condena a otros cien años de soledad. Un líder de izquierda, reflexionaba por estos días y decía: “¿Cuánta agua tendrá que pasar bajo los puentes para las izquierdas entender que el único camino es la unidad?”


La batalla ideológica y política va a todo vapor. No es tiempo para desmoralizarnos, hay que persistir e insistir con decisión y coraje. Gaitán, dijo: “El pueblo es superior a sus dirigentes”. Es hora de llevar este pensamiento a la práctica. No podemos mirar la problemática del Tolima por abstracción, menos proyectar soluciones de esta forma. Resulta utópico pensar así.


La paz con justicia social por supuesto que tiene relación con el medio ambiente, la democracia y la soberanía nacional, el debate electoral, la lucha contra la corrupción y los cambios estructurales que necesita el Tolima y desde luego, el país. La paz no es un fenómeno abstracto, la paz es un fenómeno concreto, un producto de…


Muchos lucharon incluso, murieron por llegar al monte Everest. Parecía invencible, pero finalmente fue derrotado. Los tiranos son efímeros, los pueblos eternos. Ni un paso atrás, siempre adelante. La unidad sí es posible. Persistir en la unidad es tarea de todo revolucionario consecuente.


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