lunes, 7 de julio de 2014

Así comenzó refacción sede comunista en el Tolima

Sede departamental del Partido Comunista en Ibagué . Foto Nelosi


Por Nelson Lombana Silva

A las 7:30 de la mañana llegamos a la sede departamental del Partido Comunista en Ibagué, este 7 de julio con el propósito de comenzar la actividad presupuestada, comentando aún con cierto aspaviento las jugadas del mundial de fútbol que se viene desarrollando en Brasil y la lamentable derrota de la selección Colombia. Se comentó de los malos artilugios del árbitro que pitó el partido Brasil – Colombia, haciendo énfasis en los comentarios formulados a través de telesur por el  ex astro argentino Diego Armando Maradona y la misma crítica a la Fifa del presidente uruguayo Mojica, quien tuvo carácter para madrear las decisiones de la máxima rectora de este bello deporte a nivel mundial, en relación con la suspensión de su emblemático jugador “mordisco”.



El día pintaba soleado. Una que otra nube en el firmamento. El primero en descender del vehículo fue el maestro de la obra Juan Carlos, secundado por el compañero Miguel. Nosotros lo hicimos de último. “¿Cómo comenzamos?”, pregunté dubitativo. “Hay trabajo para todos y todas”, dijo el maestro de la obra, colocándose el traje de fatiga. Dicho y hecho. Se trataba de despejar las paredes de cuanto cuadro, afiche o cartulina había y concentrar todo esto en el centro del segundo piso.





Esta labor la iniciamos con decisión y convicción, separando lo que materialmente no servía aparte para ser entregado al carro recolector de basura. A las ocho, después de una corta llamada, llegó el andamio. Pero antes la compañera Magda y más tarde Peter, Luisa y Camilo, lo mismo Carlos. Se sentía la presencia de la juventud en la noble tarea de refacción de la sede Comunista.  No tardó en hacer presencia Patricia, siempre con ese corazón inmenso y esas ganas de hacer cosas en comunión.


No demoró Juanito en presentarse con un termo repleto de tinto caliente, agradable al paladar. Mientras esto sucedía, el andamio estaba armado casi por sortilegio y arriba el maestro revisaba detalles con el fin de minimizar riesgos. Por allí, trepó Carlos, Camilo, Peter con el fin de arreglar el tanque elevado, cambiar el flotador, sellar las goteras. Abajo Luisa miraba meticulosa la labor de los compañeros, especialmente de Camilo. Por cada acierto que hacía el compañero le depositaba un ósculo.


Ya en la parte interna del edificio se retiró todo lo pertinente, se inició la tarea de raspar, para luego el resane, una actividad bastante dispendiosa, pero dentro del ambiente de camaradería el trabajo más arduo se hace una delicia. El compañero Gilberto llegó cumplido a la cita, como siempre con mucha voluntad y una sonrisa de oreja a oreja. “Mi misión – dijo – es hacer el almuerzo”.


Fue a la plaza de mercado y trajo lo pertinente para preparar un sancocho, el cual resultó exquisito y alcanzó hasta para la comida y ofrecer a los compañeros de la dirección local que sesionaron durante la tarde.


Más tarde apareció Danilo para abrir la oficina de la secretaria general. Por la tarde, hizo presencia el compañero Botache y ni corto ni perezoso comenzó a zarandear la arena para los resanes. “El trabajo comunitario me gusta mucho – dijo – por eso mañana estaré todo el día colaborando”.


Trabajamos hasta la cinco de la tarde. Un ligero balance y el compromiso de continuar con la obra. Ésta está comenzando y no se puede parar. Hay entusiasmo y convicción de que la unión hace la fuerza. Al decir de algún compañero asistente esta sede no se sometía a refacción seria hacía por lo menos cuarenta años.


Nadie se quedó quieto. Todos y todas estuvimos en permanente movimiento, en una dinámica laboral por convicción revolucionaria y compromiso adquirido con mucha anterioridad. En el fondo de cada asistente hubo la sospecha de que el marxismo – leninismo es ante todo teoría y práctica.


Luisa bailó, lo mismo Camilo. Carlos estuvo tentado de hacerlo pero se abstuvo. Es decir, ayer la jornada se caracterizó por la fraternidad, la solidaridad, la organización, la decisión y la alegría. ¡Qué hermosa unidad de veteranos y jóvenes alrededor de una obra común! Loable resulta decir: “El comunismo es alegría”.


Seguiremos informando…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario