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| Foto: El Cronista |
Por Agamenón
Que una persona analfabeta política, atemorizada y engañada piense votar por ese “viejito” Rodolfo, vaya y venga. No tiene la culpa, porque no lo hace conscientemente, lo hace totalmente alienado, desconociendo el oscuro papel que las multinacionales y transnacionales, han diseñado en su dinámica de seguir explotando las numerosas riquezas nacionales. Pero, que lo haga el ya famoso escritor tolimense, William Ospina, sí realmente, como dicen los cristianos: “No tiene perdón de Dios”.
Durante la campaña este señor no ha hecho una sola propuesta seria y concreta sobre Cultura. No ha dicho nada al respecto. Por el contrario. Ha sacado a relucir la subcultura de la grosería, la patanería, el lenguaje soez, fascistoide, vulgar y burocrático. Con un “personaje” de estas características, ¿Será que la Cultura tendrá futuro en un remoto gobierno suyo? Seríamos muy ingenuos pensar en esa posibilidad.
¿Será que el escritor William Ospina es ingenuo? ¿Será que se dejó deslumbrar con la promesa de integrarlo a la burocracia de su supuesto gobierno? ¿Será que cree que este “ancianito” es el “mesías” que necesita Colombia? ¿Será que desconoce que este señor de la tercera, es el monigote de la mafia y la corrupción plena en el gobierno que encarna Iván Duque Márquez y su mentor el narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, según la CIA?
El pueblo culto, decente y amante de la literatura, se indigna en grado sumo por la postura asumida por este escritor del norte del Tolima. Claro, su postura no es nada nueva. Sus devaneos políticos son constantes. En su momento habló maravillas del matarife. O sea, para el realmente culto, decente y literato por convicción, esta postura horrorosa no es nada nueva. ¡Qué mal le hace a la vida, a la esperanza, a la Cultura y a la Democracia este gran escritor!
Tenga la plena seguridad, que ni un solo libro suyo será publicado en un eventual gobierno de este candidato que no tiene en pacho en decir que la mujer tiene que quedarse en la casa solamente procreando, que hace promesas que no cumple y se burla diciendo que eso le gusta al pueblo, que va a llevar al pueblo a conocer el mar, que se tendrá que trabajar de seis de la mañana a cuatro de la tarde, con media hora para almorzar y sin derecho de ir al inodoro. El mismo que dice que necesita los votos de la virgen y de las putas, como quien dice: No le interesa la procedencia, pues como practicaba Uribe, todo vale, según Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. El mismo que dice que no se va a subir a un taxi, sino a un Uber, el mismo que dice que al magisterio solo le va a pagar nueve meses.
Mi estimado paisano, ¿Nada de esto le dice algo? ¿Su capacidad de investigar no le da para descubrir que el agua moja? ¿Dispuesto a llevar a Colombia y a sus lectores al abismo del naufragio? Mínimamente, Colombia necesita un presidente Culto y Decente, un presidente que entienda que la revolución es hija de la cultura.
¿Será que el escritor William Ospina es ingenuo? ¿Será que se dejó deslumbrar con la promesa de integrarlo a la burocracia de su supuesto gobierno? ¿Será que cree que este “ancianito” es el “mesías” que necesita Colombia? ¿Será que desconoce que este señor de la tercera, es el monigote de la mafia y la corrupción plena en el gobierno que encarna Iván Duque Márquez y su mentor el narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, según la CIA?
El pueblo culto, decente y amante de la literatura, se indigna en grado sumo por la postura asumida por este escritor del norte del Tolima. Claro, su postura no es nada nueva. Sus devaneos políticos son constantes. En su momento habló maravillas del matarife. O sea, para el realmente culto, decente y literato por convicción, esta postura horrorosa no es nada nueva. ¡Qué mal le hace a la vida, a la esperanza, a la Cultura y a la Democracia este gran escritor!
Tenga la plena seguridad, que ni un solo libro suyo será publicado en un eventual gobierno de este candidato que no tiene en pacho en decir que la mujer tiene que quedarse en la casa solamente procreando, que hace promesas que no cumple y se burla diciendo que eso le gusta al pueblo, que va a llevar al pueblo a conocer el mar, que se tendrá que trabajar de seis de la mañana a cuatro de la tarde, con media hora para almorzar y sin derecho de ir al inodoro. El mismo que dice que necesita los votos de la virgen y de las putas, como quien dice: No le interesa la procedencia, pues como practicaba Uribe, todo vale, según Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. El mismo que dice que no se va a subir a un taxi, sino a un Uber, el mismo que dice que al magisterio solo le va a pagar nueve meses.
Mi estimado paisano, ¿Nada de esto le dice algo? ¿Su capacidad de investigar no le da para descubrir que el agua moja? ¿Dispuesto a llevar a Colombia y a sus lectores al abismo del naufragio? Mínimamente, Colombia necesita un presidente Culto y Decente, un presidente que entienda que la revolución es hija de la cultura.
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