En el mítico e histórico centro de convenciones de la Habana (Cuba), culmina el octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba, un acontecimiento histórico para el pueblo cubano por cuanto se aprueba el direccionamiento de la patria de Martí y de Fidel en los próximos cinco años. Suceso político que por supuesto, tiene grandes expectativas en el continente y en el mundo. La ratificación del Socialismo y su continuo desarrollo dialéctico e histórico, seguramente estará presente en las conclusiones generales del magno evento.
Una pléyade de delegados y delegadas, jóvenes y experimentados, hicieron parte de las deliberaciones durante este Congreso que al parecer se caracterizó por el debate franco, fraternal y unitario. Estuvo el ya legendario comandante de la Revolución, Raúl Castro Ruz, comandante supremo de las fuerzas armadas y secretario general del Partido Comunista, lo mismo que el presidente de la república, Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el carismático cuadro político, José Ramón Machado Ventura, entre otros.
Precisamente, el presidente cubano presentó a discusión de la magna asamblea el perfil del cuadro político de la Revolución en el siglo XXI. Con palabras sencillas pero contundentes Miguel Díaz- Canel Bermúdez, señaló claramente y sin ambages las características que debe tener un cuadro que abraza con seriedad y conciencia de clase la lucha revolucionaria. Preparación, capacidad de liderazgo, honestidad, sencillez, preguntar y escuchar la base, tenacidad y firmeza, son entre otras. Entrevistado por la televisora de este hermoso y heroico país antillano, dijo sobre el particular:
“Primero, profunda preparación ideológica revolucionaria, ética y profesional. Eso es lo primero que tiene que tener un cuadro de la Revolución. Por eso, siempre digo que para mí todos los cuadros en las condiciones de la Revolución, son cuadros políticos. Es una de las cosas que estamos insistiendo en las estructuras del gobierno. Los cuadros de gobierno, tienen que sentirse cuadros políticos, son cuadros de la Revolución. No pueden tener solamente un enfoque económico de los problemas. Ante todo, deben tener un enfoque ideológico, un enfoque político y un enfoque social de los problemas. Yo diría, un enfoque medioambiental también, porque aquí estamos hablando de desarrollo sostenible y está la visión de la nación. Entonces, nosotros también tenemos que ser coherentes, todo lo que nos estamos proponiendo en Cuba, con todo lo que hemos desarrollado en la conceptualización del modelo económico y social. Y, a veces esas cosas, están claras, pero no las terminamos de entender integral”.
“Los cuadros deben tener una capacidad para dirigir, no esperar indicaciones. Los cuadros tienen que pensar, tienen que tener capacidad de analizar aspectos concretos, tienen que ser capaces para cuando estén ante problemas complejos, plantear alternativas. Sin la estructura que están y ellos están pensando lo que están proponiendo, tienen que tener la capacidad para que, con ese pensamiento a las instituciones superiores a ellos, les propongan cosas. Pero, lo que nosotros sí tenemos que desechar o rechazar que el cuadro es la persona que está esperando que uno desde otro lugar le diga lo que tiene que hacer. Ese no es ni líder ni cuadro, es un “cumpletareas”. Ese no está dirigiendo, ese está esperando que le digan algo para él hacerlo. Que es muy distinto cuando una persona se deja ante un problema y por el compromiso que tiene con la Revolución, trata de buscar cómo romper el problema, cómo actuar, cómo convocar, cómo planificar, cómo dirigir cómo accionar. Esa capacidad hay que desarrollarla, si no, también aramos en el mar”.
“Hay que tener inquietud revolucionaria, como cualidad. Aquello lo llamo inquietud revolucionaria, a que me preocupe los problemas de la revolución, los problemas del país, que me preocupe que gente tenga problemas de desabastecimiento, que me preocupe los problemas que tenga la gente, que a veces no tengo la solución, pero por lo menos puedo argumentar y puedo dirigir el trabajo político, explicar por qué estamos en esa situación. El cuadro que tiene sensibilidad con los problemas de la gente, es ir constantemente a la base buscando los problemas y las respuestas en la base”.
Los cuadros tienen que tener modestia y tienen que ser humildes. Otra manera de decir esto de que los cuadros tienen que tener la capacidad para sobreponer el nosotros al yo. Una de las características fundamentales. Otra característica del cuadro: Disposición para escuchar, para debatir, debatir de verdad, porque hay gente que habla de debate, pero quieren que les oigan todo lo que uno dice, y cuando el otro va a hablar, ahí mismo se corta la comunicación”.
“Para eso hay que tener capacidad. Capacidad de escuchar, capacidad y disposición para solicitar consejos sin complejos. Si yo no sé de una cosa, yo le pregunto sin ningún tipo de complejo al que más sabe de eso, porque lo necesito para poder solucionar el problema, para cumplir bien mi función como cuadro. El cuadro de las condiciones nuestras debe tener tenacidad y firmeza. Ante el enemigo hay que plantar y con la complejidad que nosotros tenemos, debemos tener tenacidad para que a pesar que haya mucha adversidad, siempre nos estemos diciendo cómo nos vamos por encima, cómo nos vamos por encima, cómo lo hacemos mejor, cómo superamos esto”.
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