Partidos y movimientos alternativos, ambientalistas, sindicalistas, líderes sociales y académicos unidos en una gran confluencia. Foto: Ecos del Combeima |
El movimiento “Convergencia Alternativa por el Tolima”, presentó por estos días en rueda de prensa a los cuatro pre candidatos aspirantes a suceder en la alcaldía de Ibagué, al médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez. El ejercicio democrático se llevará a cabo el 26 de mayo. Los ibaguereños podrán escoger entre los aspirantes: Marco Emilio Hincapié, Hugo Ernesto Zárate, Oscar Pardo y Marco Prieto.
El movimiento de convergencia que aglutina las distintas izquierdas, sectores democráticos, sindicales, culturales y ambientales, se fundamenta en algunos puntos “exageradamente” mínimos, en los que se pueden destacar la lucha por la paz, la defensa del medio ambiente, la depuración de lo público en el marco de la transparencia y purificación ética del ejercicio político.
Arde la dinámica política en la ciudad musical de Colombia, Ibagué. Los encuentros en oficinas cerradas de los tradicionales “varones” electorales resultan ser el pan nuestro de cada día. Se disparan las invitaciones a almorzar, cenar o departir un simple tinto.
La extrema derecha, temerosa de perder su poder, mueve sin remordimiento el tablero ajedrecista tratando de colocar sus propias fichas en el lugar ideal. Sin ética, solo inspirada en la burocracia y el poder del dinero, mucho de él seguramente mal habido, resultan ser el motor fundamental para esta casta oligárquica moverse en este departamento considerado “Corazón de Colombia”.
En ese proceso escabroso y en las primeras de cambio, ya hay aspirantes que han quedado colgados de la brocha como se suele decir. Uno de ellos, el señor Rubén Darío Correa, quien hasta último momento fue cortejado por el uribismo para que sucediera al médico Jaramillo. Se comió el hilo y la carreta del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez y sus amigotes de la ciudad musical, renunciando a la bella profesión que encarna el periodismo y que en su momento la practicó con tanto estoicismo y brillantez.
Su programa noticioso lo convirtió abiertamente en directorio político para ensalzar el Centro Democrático y desprestigiar la administración municipal del mandatario Jaramillo Martínez. Tanto así, que en la tradicional calle 12 de esta ciudad se decía que en este noticiero solo tenía cabida y todo el tiempo requerido exclusivamente quien estaba dispuesto a denigrar de dicha administración.
Los principios básicos del periodismo se hicieron añicos al extremo que ya la gente no habla de la Cariñosa sino de la “carroñosa”. A Correa le pasó lo mismo que le pasó en su tiempo a un pastuso radicado en Bogotá y que era dueño de por lo menos 20 droguerías. Se dejó ilusionar del entonces senador Santofimio, quien le prometió que encabezaría lista de concejo por esta ciudad. Invirtió más del 80 por ciento de estas droguerías en campaña y cuando armó la lista el citado senador, ni siquiera figuró como suplente.
Mauricio Jaramillo, por su parte, se reunió al parecer con el innombrable, Álvaro Uribe Vélez, con el fin de hacer una tenaza contra el poder “imperial” del gobernador Oscar Barreto Quiroga. En el escenario de la politiquería todo vale, por cuanto el fin justifica los medios como diría Nicolás Maquiavelo. Mauricio Jaramillo ha sido el cacique del liberalismo durante décadas en este departamento.
Por su parte, el gobernador se jacta de tener senador y representante a la cámara de su propiedad, quienes al parecer se han convertido en sus escuderos para que las distintas investigaciones contra el mandatario ultra godo no prosperen. Seguramente los tentáculos del Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, están metidos también en el departamento del Tolima con la consigna: “Yo te ayudo y tú me ayudas”.
Analizando la situación panorámica de la actividad política en esta sección del país, un conocido politólogo de la emblemática carrera tercera de esta ciudad, decía que todo esto se va decantando pero con dinero y cargos burocráticos.
En ese complejo y descompuesto escenario, la Convergencia Alternativa del Tolima, debe liderar un proceso distinto, enarbolando con decisión y carácter la bandera de la paz y la moralización del departamento. Para ello hay que llenar de contenido su propuesta programática, radicalizarla y masificarla. No es hora de caminar por las ramas y presentar propuestas ambiguas y mecánicas.
Lo otro es que no se puede considerar el departamento como una isla. Hay que entender que la dinámica internacional nos afecta para bien o para mal. En esa dirección hay que fijar una posición clara, precisa y concreta. América está amenazada por la política imperialista monroista de Estados Unidos. La agresión de que es objeto la hermana república bolivariana de Venezuela, es la agresión contra todo el continente. Por lo tanto, la idea no es eludiendo el tema sino enfrentándolo y asumiendo posición.
En esas condiciones, hay que considerar que allí, no está solamente en juego la soberanía nacional de la hermana república bolivariana de Venezuela o la continuidad del compañero presidente Nicolás Maduro Moros, hay algo más profundo en juego como son la vigencia del Derecho Internacional y la Libre Autodeterminación de los Pueblos.
Los candidatos deben fijar posición sobre el particular sin miedo y sin ambages.
En esas condiciones, en las primeras de cambio, así se viene desarrollando el catarro político en el Tolima. Seguramente con el transcurrir de los días la temperatura irá subiendo. El pueblo desinformado, alienado y acosado por la crisis económica, social, política y ética, en medio de la violencia, tendrá que hacer de tripas corazones para entender el mapa político y asumir una postura consecuente y decidida con su clase social. El llamado es a romper las cadenas de la sumisión pensando con cabeza propia y fortaleciendo la unidad. Unidos somos fuertes, divididos, débiles dijo Bolívar.
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