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| Presidente Iván Duque y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Foto: El Tiempo |
Por estos días el gobierno colombiano se encuentra en Estados Unidos. Una comitiva amplia se hace presente en el corazón del imperialismo. No hay que hacer grandes elucubraciones para pensar a qué asiste el gobierno colombiano.
Con qué dignidad puede asistir un gobernante que permite la existencia en su territorio de numerosas bases militares gringas, entre ellas, la que se encuentra en la entraña del departamento de Tolima, Melgar.
Abre sus fronteras para que mercenarios ingresen con fines específicos y perversos, atentando contra la dignidad y la soberanía nacional. Permite la dictadura de las multinacionales y transnacionales. Regala los recursos naturales y lo más aberrante: Presta su territorio para agredir desde aquí los demás países del área, entre ellos, la hermana república bolivariana de Venezuela.
Se reúne con un presidente norteamericano desprestigiado, torpe y medieval que solo sabe hablar de guerra. Le besa las botas y seguramente le dirá como manso y sumiso cordero: “¿Qué más hay que hacer señor Donald Trump?”. El abuelo ministro de defensa colombiano dijo gangueando que se reuniría con la CIA. A eso sí hay que pararle bolas.
La CIA ha estado como protagonista central en todos los golpes de estado que se han sucedido en este continente y en los demás continentes. Ha tenido que ver con el asesinato de líderes mundiales incluso, de su mismo país. De igual manera, montó el plan pantomima para asesinar al caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán y seguramente tiene que ver con el asesinato del general Rafael Uribe Uribe, y tantos otros.
Director por excelencia de la terrible escuela de las Américas, donde se enseña a torturar, matar, desaparecer, hacer falsos positivos, etc y todos los generales colombianos tienen necesariamente que asistir a estas charlas y prácticas que ordena el pentágono. Aireó la masacre de las bananeras de 1928 con el único propósito de defender los intereses económicos de su multinacional gringa, United Fruit Company.
La CIA es de las más terroristas que hay en el mundo y que ejerce cruda injerencia en los asuntos internos de los países, antes con los golpes fuertes y hoy con los golpes denominados blandos. La CIA no duerme.
Estados Unidos en el marco de la doctrina Monroe planteada inicialmente en 1823, ejerce sin ambages lo que se considera como “la diplomacia del dólar”. Persiste en considerar el continente americano como su patio trasero, de tal manera que no comparte y convence, sino que impone, ordena, manda.
Y como de esa órbita se liberó con toda dignidad Cuba, la mayor isla caribeña desde el primero de enero de 1959, y en las últimas décadas han iniciado ese mismo camino patriótico países como la hermana República Bolivariana de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador en su momento, la misma Argentina y Brasil, entre otros, los Estados Unidos han desarrollado una contraofensiva violenta con el fin de recuperar su maltrecho liderazgo en esta parte del hemisferio occidental.
Combinando todas las formas de ejercer violencia, el Tío Sam siente el sol a sus espaldas, y en un acto de desespero acude a su método que siempre le ha generado dividendos: El terrorismo. El mayor terrorista que hay en el mundo tiene nombre propio: Estados Unidos.
En ese plan imperialista, encuentra gobiernos sumisos, incondicionales, perros falderos, como el colombiano liderado por el binomio Uribe- Duque.
Las numerosas bases de los Estados Unidos en Colombia, al parecer tienen una misión secreta más ruin y miserable: Mantener intacto el narcotráfico. Germán Castro Caicedo, en su libro: “Nuestra guerra ajena”, demuestra claramente que el narcotráfico es un negocio exclusivo de los Estados Unidos. Este país es el mayor traficante. ¿Quién se mueve en Colombia libremente y entra y sale del país sin ser requisado? Solamente los gringos, los estadounidenses. Ni siquiera un general colombiano puede entrar en sus bases militares y moverse libremente.
Si Estados Unidos tuviera voluntad política de acabar con este flagelo mundial lo hubiera hecho hace rato, pero al parecer, lo único que ha hecho y hace es tomar este negocio exclusivamente para él. ¿Quiénes son los mayores consumidores de alucinógenos en el mundo? Los Estados Unidos. Allí, se comercializa públicamente como el cigarrillo en Colombia.
Y naturalmente, en todo ese proceso oscuro y de muerte, la CIA es el alma y nervio de todo. Luego, resulta bastante preocupante el encuentro del gobierno colombiano con la CIA. ¿Se decidirá la invasión directa militar a la hermana República Bolivariana de Venezuela? ¿Le ordenará otras tareas contrarrevolucionarias en otros países del área?
Los pueblos del continente americano deben estar a la expectativa y en constante movilización y organización política, de Donald Trump y de la postura genuflexa del gobierno colombiano, todo lo peor se puede esperar. Hay que rodear a Venezuela y tomar conciencia que una invasión militar a este país hermano, es una invasión militar a Colombia. Armamento de destrucción masiva no hará diferenciación entre un país y el otro. Es más: Será pueblo contra pueblo. Los gringos no van al campo de batalla, mandan a sus mercenarios. Es la cruda realidad. Hay que persistir en la paz internacional y la libre autodeterminación de los pueblos. A la guerra nada, a la paz todo…
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