viernes, 16 de noviembre de 2018

Nueva Eps sin especialistas en Ibagué

Por Nelson Lombana Silva

Mientras el presidente de la república, Iván Duque Márquez, coloca al pueblo contra la espada y la pared con impuestos de distinta índole, las empresas prestadoras de salud (Eps), hacen su agosto con el paciente, sin que nadie del Estado diga absolutamente nada. El pueblo se encuentra a merced de estas multinacionales y transnacionales que solo les anima el lucro, la ganancia, así ésta esté salpicada de sangre y dolor, tal como es la esencia y naturaleza del capitalismo, según Carlos Marx.


Un caso patético se está viviendo en Ibagué con la Nueva Eps. Hace varios días al parecer despidió al diabetólogo de apellido Pérez y no ha sido reemplazado. Los enfermos de diabetes vienen siendo remitidos a médicos generales y sin sonrojarse le suelen decir al paciente: “Eso es lo mismo”.

También han acudido a la excusa de que esa labor la puede hacer el internista. De esta manera infame y desalmada atiende al paciente víctima de esta terrible y mortal enfermedad la Nueva Eps en la ciudad musical de Colombia, Ibagué.

El paciente aturdido por la endiablada tramitología para una cita, se suele contentar con la sarta de mentiras que la pobre empleada o empleado tiene que decir a diario en defensa del interés de esos pulpos económico que en modelo neoliberal se mueven como pez en el agua, aumentando su poder en detrimento del paciente.

No es una exageración decir que estas Eps han matado más gente en Colombia que el mismo conflicto social y armado del cual trata de salir el pueblo colombiano. Adquirir un medicamento es toda una tramitología farragosa que el usuario tiene que someterse a diario para adquirir generalmente el mismo medicamento: Acetaminofén. Una cita con un especialista es prácticamente misión imposible.

Todo resulta preocupante. Sin embargo, se hace más notorio a nuestro modo de ver, el inmenso analfabetismo por parte del usuario, lo mismo que el estado de sumisión. Es como si el pueblo estuviera hipnotizado al extremo que no duda de cargar con su responsabilidad y exonerar a estos monstruos propios del capitalismo salvaje. Se niega a admitir que la salud convertida en mercancía es fruto de la ley 100 de 1993, obra del innombrable Álvaro Uribe Vélez y su partido El Centro Democrático, el verdadero Partido de la muerte.

Es decir, no quiere admitir que la tragedia de la salud en Colombia es producto de decisiones políticas tomadas por la clase dominante. Esa es la principal causalidad del drama que vive la salud en Colombia. En cambio, los descuentos sí son puntuales y cada vez más elevados.

La propuesta de la Colombia Humana, de acabar con la ley 100 y hacer que la salud vuelva a ser en nuestro país un derecho fundamental, es la iniciativa también de los comunistas, que debemos apoyar con decisión y coraje. No más paseos de la muerte, no más la carencia de especialistas en las ciudades y pueblos del país. Hagamos un esfuerzo grande y rompamos con la sumisión y la ignorancia política, exigiendo salud plena para todos y todas como ocurre en Cuba, por ejemplo.

No más Nueva Eps sin especialistas…   

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