El alcalde de la ciudad de Ibagué (Tolima), inauguró ayer la primera fase del acueducto complementario para la ciudad musical de Colombia, lo hizo ante una comunidad expectante por la obra que se ha había convertido en el “caballito de campaña” de muchos candidatos y después alcaldes de esta ciudad.
Dijo que en diciembre de 2019, estaría entregando la obra en su totalidad, lo cual implicaba trabajar intensamente y con la mayor transparencia y celeridad. Desde la orilla del río Coello, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, criticó la postura mediática de algunos medios, al afirmar que no se atrevían a de decir lo que se estaba haciendo, sino que ocultaban la realidad deliberadamente. “Desafortunadamente no gozamos, ni siquiera yo pudiera decir, no gozamos, como uno esperaría que cuando uno está trabajando por lo menos presenten las cosas que uno ha hecho, aquí las ocultan”, afirmó.
Ante esta cruda realidad, el mandatario municipal dijo que por estos días lideró un foro sobre el tema con la presencia de tres connotados periodistas. Adicionalmente, se leyó un libro sobre ética para el periodismo, llegando a la conclusión que todos, sin excepción, tenemos que tener ética.
Señaló: “Por eso hicimos en estos días un congreso y un foro con tres importantes periodistas. Me leí el libro que el doctor Salazar habló sobre la ética y el periodismo. Y yo digo que la ética no es solamente para los periodistas, la ética es para todos nosotros. Todos tenemos que tener ética, todos tenemos que ser buenos hombres y buenas mujeres. Eso es lo que estamos demostrando aquí, que sí se puede ser buenos ciudadanos, buenas ciudadanas trabajando”.
Pero, al parecer, no contento estos “medios de comunicación” con solo criticar su administración y ocultar e ignorar los aciertos, se han dedicado a presionar a los concejales para que no aprueben la gestión del mandatario de una manera deliberada. Incluso, se afirma en la calle 12 de la ciudad que hay emisoras que estarían “pagando” a quien hable mal del burgomaestre.
Afirmó: “A toda hora nos critican los medios, la radio, la televisión, la prensa, golpean a los concejales para que los concejales no me ayuden, para que los concejales no permitan hacer las cosas, pero los concejales han entendido que estamos haciendo las cosas, que las estamos haciendo bien, que las estamos haciendo transparentemente, que las estamos haciendo honestamente”.
¿Cuál es la misión del periodismo?
Quienes tuvimos la oportunidad de ir a la universidad a estudiar comunicación social (periodismo), y hemos tenido una formación política bebiendo las fuentes cristalinas del marxismo – leninismo, tenemos claro que la función fundamental del periodismo es informar, formar, recrear, denunciar y anunciar, sin adjetivos y sobre la base de hechos reales y objetivos.
Es decir, el periodista no inventa, simplemente registra, presentando las dos caras que toda noticia tiene. Sin opinión, por cuanto se considera que el periodista da los elementos para que el televidente, oyente o lector, se haga su propia opinión. En el Tolima se juega a los extremismos, naturalmente con honrosas excepciones. Se desarrolla esta bella actividad como la calificó Gabriel García Márquez, entre la crítica sin fundamento y la adulación. Recordemos – por ejemplo – cómo se adulaba al ex alcalde Luis H. Rodríguez y, ahora, cómo se odia al alcalde médico, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez.
Casi la totalidad de los medios masivos de comunicación del Tolima, son más de incomunicación que de comunicación. Fluye por allí odio visceral, politiquería barata, violencia y subdesarrollo. Causa sorpresa como “personajes” saltan del anonimato al periodismo y de la noche a la mañana con camioneta cuatro puertas y muchas prebendas más, cuando sabemos que prácticamente en el periodismo no hay salario, pues todo está supeditado a la pauta publicitaria, en el marco del modelo neoliberal.
El periodista debe ser un fiscalizador de la cosa pública, no un juez o un emperador sin ética que cambia fácilmente una noticia por una pauta publicitaria o simple halago. El periodista debería vivir en una caja de cristal, dijo un periodista del orden nacional. Debería ser una persona equilibrada, objetiva y ética. ¿Un periodista puede ser alcalde, diputado, concejal, etc? Claro que lo puede ser, pero su primer acto de grandeza es meter su credencial en una urna de cristal, no puede utilizar su medio para politiquear y repartir sancochos a diestra y siniestra, por cuanto un medio masivo de comunicación no es exclusivo para un sector de la comunidad, sino para los diversos sectores sociales, políticos, ideológicos, culturales y ambientales.
Desgraciadamente, el Tolima no es la excepción. Este fenómeno aberrante se desarrolla nacionalmente. Los medios masivos de comunicación los ha convertido el neoliberalismo en trincheras para agredir salvajemente a la clase social que no tiene el poder en Colombia. Alienación, desinformación y odios sempiternos, son los que a diario alimentan sin piedad alguna. ¿Cuántos odian el proceso revolucionario bolivariano de Venezuela, sin conocerlo, sin saber siquiera dónde queda geográficamente? ¿Cuántos odian al presidente constitucional Nicolás Maduro Moro, sin conocerlo, sin saber quién es? Esa es la tarea perversa de estos medios de comunicación.
Estamos, pues, ante situación mediática supremamente compleja; realmente es un peligro para la sociedad por cuanto no alimenta la paz, sino la violencia; la educación, sino la ignorancia; la cultura sino la aculturación y así sucesivamente. Hay que acudir a los medios alternativos que poco a poco van saliendo a flote, contra viento y marea. Además, exigir la democratización de la gran prensa para que cumpla con su misión ética. Ibagué, como el Tolima y Colombia, necesita una opinión pública crítica y analítica, pero con estos medios que hay, realmente estamos condenados a otros cien años de soledad como diría nuestro Nobel Gabriel García Márquez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario