lunes, 19 de octubre de 2015

Comunistas imprescindibles en acción en Líbano (Tolima)

De izquierda a derecha sentados: Primitivo Sierra, Roberto Gómez y Carlos Moreno. Foto Nelosi

El municipio de Líbano (Tolima) tiene toda una historia de lucha y resistencia a través de duras y dramáticas centurias que hay que conocer detalladamente para poder interpretar correctamente el presente y proyectar el futuro con claridad y esperanza. No es una frase manía decir que quien no conoce la historia está condenado a repetirla.





Hay un proceso nuevo y venturoso en esta comarca que hay que mirar con detenimiento gracias a la constancia del Partido Comunista, por cuanto a partir de allí han surgido nuevas expresiones de izquierda supremamente importantes con una visión clara de poder. En realidad es el pueblo a la carga como diría Jorge Eliécer Gaitán.


Dos fenómenos llaman poderosamente la atención: Uno, el resurgimiento de la Unión Patriótica y dos, el interés de la juventud por hacer parte activa y directa de la lucha política. La Unión Patriótica brilla sin mancha en este municipio cafetero ubicado al norte del departamento. Impregna esperanza, futuro y sueños secularmente reprimidos. Es motivante el empuje que la juventud allí le está imprimiendo a la lucha popular, campesina y obrera.

El entusiasmo de Jorge Iván Sierra, José Daniel Triana, Carolina Guevara, Tatiana Flórez, Andrés Fernando Roldán, Jhon Jairo García, Érika Sofía Bonilla, Luz Mery Barreto, entre otros y otras, causa alegría y esperanza para proyectar un municipio con verdadero rostro humano.


Sin embargo, no se puede dimensionar el papel de la juventud en este municipio e incluso, en cualquier sitio del planeta, sin antes dimensionar la proeza de los mayores que lograron vencer las artimañas del capitalismo y se mantienen firmes y consecuentes. En el Líbano, encontramos a cuatro veteranos imprescindibles en la lucha revolucionaria en Colombia: Primitivo Sierra, Roberto Gómez, Carlos Moreno y Pedro Nel Hurtado. Primitivo tiene 101 años y llegó a la manifestación de cierre de campaña de la Unión Patriótica – Alianza Verde este 18 de octubre, en silla de ruedas blandiendo la bandera de la Unión Patriótica. Lo mismo ocurrió con Roberto Gómez, Pedro Nel Hurtado y Carlos Romero. Qué ejemplo de lealtad a una causa noble como es la lucha por el Socialismo. Qué ejemplo para estas generaciones. Qué ejemplo para todos y todas.


El primero en arribar al recinto del evento (Club de empleados), fue Roberto Gómez, con quien pudimos dialogar brevemente, mientras comenzaba el vistoso cierre de campaña del candidato Julio Adrián Páez, evento al cual estaba invitado el candidato a la asamblea del Tolima por la Unión Patriótica, 52 en el tarjetón, Danilo López Carrero.


Como es apenas obvio los achaques de salud, las dificultades socio económicas, pero la moral revolucionaria intacta, expectante y creativa. La página web www.pacocol.org registró la conversación así:


-         Camarada Roberto Gómez, ¿De dónde es usted?


Yo nací en el municipio de Murillo (Tolima), parte alta, el 24 de enero de 1946.


-         ¿Cómo fueron sus primeros años? ¿Qué recuerda?


Me crecí en el departamento de Caldas porque fui desterrado, a mí mamá le tocó irse con nosotros hacia Caldas. Fui bautizado en Manizales. A los quince años volví a conocer mi pueblo Murillo.


-         Usted siempre ha militado en la izquierda, ¿Por qué?


Porque no estoy de acuerdo con los malos gobiernos que ha habido durante lo que hace que yo me conozco. Siempre he conocido mi país en violencia y la violencia la han fomentado ellos.


-         ¿Cómo fue esa violencia por los municipios de Murillo y Líbano, por ejemplo?


Fuerte. Fuerte. Eso fue muy fuerte la violencia bipartidista. En mulas traían hasta tres y cuatro muertos; uno mataba cinco o seis y en la siguiente semana los otros mataban ocho y diez. Así se mantuvo durante mucho tiempo. Una especie de ley del Talión: “Ojo por ojo y diente por diente”. Se mantuvo así hasta que los liberales organizaron la autodefensa. Porque primero todo era azotado por los conservadores. La consigna era acabar hasta con los huevos de los liberales.


-         Según su criterio, ¿De dónde vino esa violencia? ¿Por qué esa violencia?


De acuerdo a lo que yo conozco, eso vino de España y de la Santa Sede. España se propuso conservatizar a América, entre los países Colombia. Era una ley que había que acabar con el liberalismo. Yo era de familia liberal.


-         ¿Cómo llegó a hacer parte del Partido Comunista?


Hoy he perdido la militancia no porque haya querido, sino porque esto se acabó acá; yo milité hasta cierto punto y aquí he bregado a militar pero no he podido porque no hemos tenido el respaldo, tanto regional como nacional. Hubo un momento que nos representaba un amigo, representaba una célula que no existía. Solo ese compañero era pidiendo viáticos para viajar y nada. Entonces, les dije: “O nos organizamos para que haiga algo o que no haiga nada, pero no se puede representar lo que no hay, no nos engañemos”.


Por eso, aquí el movimiento está muy bajo a raíz de eso. Claro, hay otros motivos, lógico, porque la persecución que nos hicieron y el acabose con la Unión Patriótica, pues es un gran motivo, pero no por eso, debimos de haber acabado totalmente. Tenemos que no frentiar mucho a la muerte, pero tampoco correrle porque de todas maneras tenemos que llegar a ella. Y uno no muere la víspera sino el día señalado.


-         ¿Cómo fue el nacimiento del Partido Comunista en el norte del Tolima, en Murillo o en el Líbano? ¿Qué recuerda?


Recuerdo muy poco de estos municipios. Porque realmente aquí hubo una amiga llamada Gilma Salinas, ella desapareció en la avalancha de Armero. Ella me reclutó para el Partido, inicialmente. Fue una buena líder.


Claro, antes yo había oído hablar de la Unión Soviética, del Partido Comunista. Pero, realmente yo me vine a incorporar al Partido en el cañón de Cocora, municipio de Ibagué en 1968. Me reclutaron allí Rogelio Díaz y José Díaz, pero Rogelio Díaz fue el principal.


-         ¿Cómo fue la represión de esa época en contra del Partido en esta zona?


Fuerte. Una persecución fuerte. Entre ella, yo fui muy perseguido, tanto en ese sector de Cocora, como en Anaime (Cajamarca), llegando al extremo que a lo último me tocó salirme, fui desplazado.


Estuve en manos de la policía en el cuartel en Ibagué, tanto que el mismo policía que me encerró, me tenían aislado para esa noche desaparecerme, me cantó todo: “Gran hijueputa, algún día tenía que caer, ¿Usted pensó que se escapaba? Ya está en nuestras manos malparido”, me dijo.


Esa vez, una compañera de gaseosas que yo no la tenía presente, pero fue ella la que comunicó y se movilizaron José Díaz y un poco de compañeros, fueron con el abogado Rafael Aguja Sanabria y hablaron por mí. A ellos, les debo la vida. José Díaz fue un gran líder, ellos se hicieron comunistas en el Sumapaz.


Con el abogado Aguja averiguaron mi situación con un capitán o teniente y él me negó. Dijo: Muy temprano lo soltamos. Yo le conocí la voz a Aguja y lo llamé: “Compañero Aguja”, le grité y le saqué la mano por la reja. Al verme, se devolvió y le dijo al teniente: “Me responde por la integridad física y moral de ese muchacho. Me lo entrega sano y salvo”. Ellos me rescataron y si no me matan esa noche. Lo supe porque ellos mismos me cantaron todo. Salí desplazado. He estado desplazado pero no figuro como desplazado.


-         ¿Qué piensa del proceso de paz que se adelanta en la Habana (Cuba)?


Importantísimo. Es algo que hemos luchado desde mucho tiempo atrás, un sueño que siempre ha acariciado el pueblo colombiano. Necesitamos esa salida con una democracia verdaderamente justa y verdadera. No así como ha querido el actual presidente y los diferentes mandatarios que ha habido, que le echan la culpa a las Farc que no quieren la paz.


Ellos sí han querido la paz tanto como nosotros, pero son los gobiernos los que no han querido, eso lo sabemos, no han querido aclimatar la paz, porque la guerra para ellos les da muy buenos dividendos. Además, ni los hijos, ni la familia van a la batalla, sino los hijos del pueblo, a ellos no les importa un pito que muera gente del pueblo.


-         ¿Qué opina del resurgimiento de la Unión Patriótica? 


Es importante. Es importantísimo, porque cuando nacimos como Unión Patriótica, fue con la esperanza de la paz y de darle un vuelco a este país en beneficio de todos los colombianos, cosa que no le gustó a la Casa de Nariño y por eso buscaron exterminarnos. Nos tocó salir de muchas regiones. A mí me tocó salirme de Cajamarca, allí movilicé mucha gente, tenía un buen negocio y me tocó dejarlo y desaparecerme de esta región por la infernal persecución.

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