Llegó la hora de las definiciones en el terreno político en Ibagué, en el Tolima y en Colombia. Es el reverdecimiento de la gloriosa e invencible Unión Patriótica que hay que convalidar con decisión en las urnas este domingo. Nada de pereza, nada de fatalismo, nada de revanchismo, nada de incertidumbre. Por el contrario. Formidable entusiasmo, convicción ideológica y política, conciencia social y conciencia de clase. Es una batalla más, que ciertamente tiene características fundamentales. Bien dice el camarada Gabriel Becerra: “A juzgar por los hechos, las elecciones del próximo domingo 25 de octubre, podrían ser las últimas elecciones locales que se realicen en el marco del histórico conflicto armado interno, que afecta a la sociedad colombiana desde hace por lo menos seis décadas”.[i]
Si somos consecuentes y coherentes con este análisis, necesariamente debemos votar copiosamente por los candidatos de la paz, tenemos que asestarle una derrota contundente a los carroñeros de la guerra, los que la azuzan por doquier con la certeza de que ni ellos, ni sus hijos, ni su clase social van al campo de batalla a colocar el pecho, envían a los hijos del pueblo a matarse en defensa del régimen capitalista.
El mapa tolimense al respecto es claro. Para ninguno es una sorpresa saber que hay dos bandos bien definidos: Los partidarios de la paz y los partidarios de la guerra. A ese primer bando corresponden: Los candidatos de la Unión Patriótica (Asamblea, concejo municipal y juntas administradoras locales, Jal), Mauricio Jaramillo Martínez, candidato a la gobernación y Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, candidato a la alcaldía de Ibagué.
La campaña de estos candidatos giró en torno a la paz, la reconciliación y la defensa de los diálogos de la Habana, la defensa del medio ambiente, la defensa de lo público y lucha frontal contra la corrupción. El otro bando, por el contrario, centró la campaña en el odio, en el sectarismo y en la corrupción. Oscar Barreto Quiroga – por ejemplo – es un agente de la transnacional Anglo Gold Ashanti, siempre se ha denunciado que heredó la política paramilitar de Luis Humberto Gómez Gallo, que fue corrupto durante su administración y que siempre alimentó el conflicto con su lenguaje incendiario y agresivo. “Quiero que me salga la guerrilla a la carretera”, solía decir amenazante. Claro, en medio dos y tres batallones. ¡Qué guapeza!
Así las cosas, con su voto se están definiendo no solo el presente, sino el futuro de Ibagué, el Tolima y Colombia. Danilo López Carrero, debe llegar a la asamblea del Tolima, marcando Up y el número 52; candidatos al concejo de Ibagué, Up: Miguel Hernando Moreno, Carlos Gustavo Rojas, Jhon Edison Castellanos, Diana Cortés, Camila Robayo, John Fernando Alfonso Úsuga, Maricela Borja Montaña. Necesitamos que gane en Bogotá Clara López Obregón la alcaldía. Hay que llamar a los amigos para convencerlos; debe llegar al concejo de Bogotá los candidatos de la Up, liderados por Aída Avella Esquivel; debe ganar la gobernación de Cesar la compañera Imelda Daza Cotes; la gobernación de Norte de Santander, la compañera Judith Maldonado, solo para colocar unos pocos ejemplos.
Por lo tanto, la consigna para el domingo es votar tempranamente por estos candidatos, ayudar a orientar el debate electoral y defender los resultados de las urnas. El ex secretario de gobierno departamental, Disraelí Labrador, denunció en el marco del séptimo festival regional de VOZ La verdad del pueblo realizado en Ibagué el 17 de octubre, inminente y monumental fraude electoral de los candidatos de la guerra con la complicidad de la transnacional Anglo Gold Ashanti. Hay que montar vigilancia revolucionaria.
[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo. Edición número 2810 semana del 21 al 27 de octubre de 2015. Página consultada 5.
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