sábado, 29 de noviembre de 2014

La gran obra artística de Roberto Gómez Bolaños

El gran comediante latinoamericano, Roberto Gómez Bolaños
Por: Nelson Lombana Silva


El gran comediante latinoamericano, Roberto Gómez Bolaños, dejó de existir ayer en su patria Méjico, después de las 2:15 de la tarde. Un hombre extraordinario que le dio brillo e identidad al humor latinoamericano, logrando con sus personajes romper el imperio del humor gringo y abrirse espacio en la televisión con qué sacrifico y decoro haciendo reír a chicos y grandes con qué facilidad e imaginación.



Se fue el creador de personajes como Chesperito, El Chavo, El Chapulín Colorado, que durante casi cuatro décadas hizo reír a millones de seres humanos con sus apuntes llenos de ingenuidad y de realismo mágico. Fueron personajes de carne y hueso que recrearon la cotidianidad de un pueblo que aún no ha roto sus cadenas pero esta en ese proceso con avances y retrocesos.


Al lado de Cantinflas logró vencer el dominio imperial de los Estados Unidos y re – crear la identidad latinoamericana con grandeza, dedicación e infinita perseverancia. Ambos lograron imponer su estilo humorístico y contrarrestar el alienante humor estadounidense. Roberto Gómez Bolaños fue un demócrata crítico del sistema capitalista, que supo llevar el humor nuestro a la pantalla chica y a millones de seres humanos en todo el mundo.


Rechazó el racismo y todos los ismos que el régimen capitalista inventa para tener esclava a la humanidad y de espaldas a su misma realidad. Culto y sobre todo humano demasiado humano como diría Federico Nietzsche. Era un humorista de grandes quilates orgullosamente latinoamericano. Era crítico del diario discurrir y de alguna manera lo manifestó en esos personajes diversos y sencillos con sabor a pueblo que tanto hicieron reír en medio de su tragedia permanente por sobrevivir. El humor está de luto. Pero también todos y todas que luchan por una segunda y definitiva independencia en América Latina, por cuanto Roberto Gómez Bolaños fue algo más que humorista, fue un humanista oceánico que hay que dimensionar sin ahorrar epítetos.


Dejó  de existir a los 85 años de edad. Se fue silenciosamente al cumplir su ciclo biológico. No fue fácil su vida. No resulta fácil enfrentar el imperialismo norteamericano. Al igual que Cantinflas, él lo hizo y con qué grandeza. Vivirá eternamente en la conciencia de un pueblo que lucha por su emancipación.


Gracias Roberto Gómez Bolaños por su forma formidable de hacer reír con la mayor sencillez. Frases como: “Síganme los buenos”, “No contaban con mi astucia”, “chanfles”, “¡Quién podrá defendernos!”, etc permanecerán sin mancha en el amplio firmamento de América Latina. ¡Paz en su tumba!

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