martes, 6 de febrero de 2024

Quijotes de la lectura por el cañón del Combeima

 


Por Nelson Lombana Silva

Como dos quijotes de la lectura se mueven las bibliotecas públicas Combayma y Cañón del Combeima por esta extensa región tutelada por el moribundo nevado del Tolima y bañada por el río Combeima y cualquier cantidad de quebradas y pequeñas corrientes hídricas.

La idea general es fomentar la lectura en chicos y grandes, generar el encuentro placentero entre el lector y el libro, de tal manera que se cree una especie de simbiosis sólida y permanente, consciente y fructífera, en beneficio del desarrollo humano y la conservación del medio ambiente.

Mientras la comunidad no sepa el ideal comportamiento consigo misma y con su entorno, el peligro de la hecatombe será total y permanente. Es imposible amar sin conocer la persona amada, es imposible conservar el equilibrio ambiental sin conocer la dinámica de la naturaleza en su conjunto.



Hay que tener conocimiento y dicho conocimiento se encuentra en los libros y los libros en las bibliotecas Combayma en el corregimiento 7 de Juntas y la biblioteca Cañón del Combeima en el corregimiento 8 de Villa Restrepo.

En el transcurso de la presente semana, visitamos los colegios que se encuentran ubicados en el caserío de Chapetón. Inicialmente, la Institución Educativa Técnica Ambiental Combeima y después, la Institución Educativa Agropecuaria Mariano Melendro.

La pertinaz llovizna no fue impedimento para hacer presencia en estas instituciones educativas. Sorteando dificultades estuvimos con Nayi Carolina Molina Cruz, muy temprano, dispuestos a socializar la propuesta lectora con las directivas de estos colegios. No contentos con este proyecto, teníamos en mente proponerles la creación de un semillero de investigación con los niños y niñas de los grados séptimo, octavo y noveno. “Quiero esforzarme al máximo”, decía Nayi Carolina armando la propuesta.

La gira resultó satisfactoria. Encontramos receptividad y reconocimiento en las directivas que nos atendieron en ambos colegios. Hay que hacer causa común para desarrollar tan loable labor, fue como la síntesis del recorrido.

Ayer, visité las escuelas Olaya Herrera en la vereda Llanitos y la institución educativa de primaria Nicolás Esguerra, en la vereda Pastales. La finalidad, coordinar el plan de trabajo para el presente año. Fue emotivo el recibimiento por parte de los docentes, pero, aún más emotivo con los niños y las niñas. Los pequeños de tercero salieron en estampida a saludarme, todos y todas, querían saludarme de primera. Fue hermoso e inenarrable este momento.

Son escuelas con nóminas de docentes extraordinarios, desde la perspectiva intelectual como humana. La mayoría coincidieron en destacar la labor de las bibliotecas y la necesidad de hacer causa común en el utópico proceso educativo. La cartelera de la escuela Olaya Herrera es inmensa y muy rica en contenido, sobre todo en los valores humanos que se han venido tan apique en la sociedad capitalista. Por su parte, la escuela Nicolás Esguerra cuenta con una cancha deportiva importante para el ejercicio y el entretenimiento de los pequeños en el recreo.

Hay un ambiente magnífico en estas escuelas y seguramente en las demás, como El Retiro y El Secreto. Igualmente, hay bastante trabajo y, desde luego, mucha voluntad para hacerlo de la mejor manera.

No es fácil la tarea. Pero, la vida está hecha de desafíos. La construcción de una nueva sociedad, basadas en valores y oportunidades no se construye de la noche a la mañana, es todo un proceso con avances y retrocesos, que hay que saber asimilar con decisión y coraje. Ciertamente, la labor de las bibliotecas es silenciosa, pero bastante efectiva. Hay que persistir e insistir en el maravilloso encuentro del lector con el libro, vencer las dificultades y caminar por esta extensa región bajo el sol o la lluvia como verdaderos quijotes de este tiempo de cambio y de esperanza.


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