domingo, 31 de marzo de 2024

Impacto en la comunidad de la red municipal de bibliotecas pública de Ibagué

 


Por Nelson Lombana Silva[i]

Presentación

El consumismo no ha podido minimizar el impacto de la Red Municipal de Bibliotecas Públicas de Ibagué, en la comunidad infantil, juvenil y adultos, hombres y mujeres de la considerada “ciudad musical de Colombia”, capital de 600 mil habitantes, aproximadamente. La utopía de fomentar la lectura y el enamoramiento de los libros en esta comunidad, si bien es una actividad quijotesca en la gran era de la virtualidad, ha venido dejando su impronta y de qué manera, fruto de un trabajo silencioso, diríamos, taciturno, pero constante y perseverante.

Un verdadero esfuerzo “heroico” que no puede quedar totalmente en el olvido u ostracismo, por su profunda significación en el desarrollo integral de la comunidad. La lectura de un buen libro nos transforma, nos hace humanos y sensibles ante el dolor ajeno. Comprendemos dialécticamente de dónde venimos, qué estamos haciendo y para dónde vamos. Tenemos la posibilidad de discernir, no tragar entero y pensar que un mundo en comunión sí es posible.

El libro es la puerta idónea a la libertad, porque nos permite vivir y convivir, erradicar la violencia, la injusticia social y el consumismo aberrante de que somos víctimas a diario a través de los medios masivos de comunicación.

Así, pues, la misión del bibliotecario y/o de la bibliotecaria no es de poca monta. Con su tesonero y silencioso trabajo está contribuyendo a construir los cimientos de una nueva sociedad, un país posible al alcance de todos y todas, sin privilegios de ninguna naturaleza.

Su actividad permanente, distante del bullicio mediático, no es fruto ni de la improvisación, ni de la casualidad, es producto de un trabajo planificado y organizado, implementado con el visto bueno de la comunidad. No es un proyecto de imposición, es un proyecto discutido, analizado y aprobado por la misma comunidad, donde el bibliotecario y/o la bibliotecaria es el coordinador, el líder y/o la lideresa.

Las bibliotecas públicas de esta ciudad, tienen su propia dinámica en el marco de la programación general trazada, naturalmente, por la secretaria de cultura. Se actúa en armonía. Sin embargo, cada biblioteca tiene sus características particulares, como se dice popularmente: “Su fuerte”. La suma de esos aportes, da un gran producto que hay que visibilizar y que le da consistencia a la Red Municipal. Eso es lo que intentamos en este ensayo, tomando como referencia la biblioteca Guámbitos, ubicada en el barrio Combeima, una de las zonas más deprimida y olvidada de Ibagué, orientada por la compañera Edna Liliana Amaya Cabezas, licenciada en pedagogía infantil de la universidad Pedagógica de Pereira y el compañero Hernando Ramírez Moreno, licenciado en educación física de la universidad del Tolima, con especialización en alta gerencia en desarrollo deportivo de la universidad Andina.

Biblioteca Guámbitos, a la vera del río Combeima

Lo que era antiguamente un Centro de Atención Inmediato (CAI), hoy es la biblioteca pública Guámbitos. Lo que era considerado un centro de tortura y violación de los Derechos Humanos de la comunidad carcomida por la miseria, la venta de alucinógenos, el desempleo, la estigmatización y la falta de oportunidades, es hoy un hermoso centro de cultura, de lectura, de vida y de esperanza, no solo para los residentes de este barrio, sino también para los barrios aledaños y comunidad en general.  Se encuentra a la vera del bullicioso río Combeima, prácticamente a la orilla de éste.

Llegarle a una comunidad de estas características, no ha sido tarea fácil, una comunidad donde la única ley es la ley del más fuerte, del sobreviviente al precio que sea, obviamente, no era una tarea fácil de cumplir. Tal es así, que al principio los bibliotecarios destacados para allí fueron amenazados de muerte, pues muchos pensaron que la biblioteca era para perseguir o denunciar al infractor o consumidor de alucinógenos. Edna Liliana y Hernando, estuvieron en el filo del cuchillo, sorteando el vendaval con increíble y admirable capacidad, diríamos: Con conciencia social y de clase. Los primeros días fueron de terror y angustia. La pregunta elemental era: ¿Cómo sortear esa realidad concreta?

Lo cierto es que cuatro años después, estos bibliotecarios son queridos y admirados por la comunidad. Son respetados e incluso, “guardiados” por la misma comunidad juvenil del vasto sector. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ese cambio tan brusco? ¿Qué hicieron estos compañeros de oficio para ganarse el corazón de esta valiente comunidad rivereña? ¿Cuál es el impacto real de la biblioteca pública en esta comunidad?

Unidad y trabajo en equipo

El secreto del éxito de estos bibliotecarios está en la unidad de acción, en el compañerismo y en el trabajo en equipo donde cada cual coloca lo mejor de sí para salir adelante y cumplir cabalmente con la misión encomendada. La unidad resulta factor determinante. Unidad que se va forjando en la práctica y con el tiempo. Ha predominado la solidaridad y la fraternidad. Ninguno de ellos dice que hizo más, siempre suelen decir: Hicimos.

La sapiencia para interpretar la dinámica propia de esta comunidad, es también digna de admirar. Tampoco es tarea fácil al observar las condiciones concretas de los habitantes del sector. Resulta extraordinario la simbiosis que se ha venido configurando entre los bibliotecarios y la comunidad. ¿Qué ha pasado?

Hay varios factores que se han combinado, adecuadamente, para sacar el proyecto adelante. La capacidad interpretativa de los bibliotecarios y el interés que ha puesto la misma comunidad para aceptar con beneplácito la oferta. Naturalmente, ha sido un proceso duro y complejo como lo señalan Edna Liliana y Hernando. Un proceso no terminado. ¿Cómo fue posible la gran utopía?

“Buscamos transformar la vida de estos chicos”: Edna Liliana Amaya Cabezas

Conversar con Edna Liliana es agradable. Una mujer seria y de carácter, que mantiene a flor de piel la sonrisa. Sencilla y descomplicada, rechaza la adulación.

No fue fácil concretar la entrevista. Siempre mantiene ocupada. Ante la lluvia de interrogantes que le formulamos para conocer un poco el “milagro” y su formidable labor, sin dejar de reír, dice: “En la biblioteca Guámbitos hay diferentes procesos encaminados a estimular la lectura, la escritura y la oralidad en los chicos del sector”.

¿Cuáles son esos procesos en concreto? “Proceso en el terreno de la música, taller de danzas, taller de arte y deporte. Usamos esas estrategias para atraer a los chicos, primero a la biblioteca y después a la lectura y al contacto directo con los libros”, señala.

Agrega: “Buscamos transformar la vida de estos chicos, llevándolos a la lectura. Por norma general, a ellos no les gusta leer, más bien mantienen pendiente de la tecnología del celular y de la internet. Por medio de estos procesos, se viene llevando al niño a encontrarse con la lectura y con los libros. No es un proceso lineal. Pero, la insistencia, la perseverancia, nos ha llevado a grandes cosas en este campo de la cultura en una zona tan complicada y tan marginal”.

Al preguntársele por actividades en concreto, señala inicialmente dos: Una, tomada del libro: “El árbol de los Recuerdos” de la escritora Britta Teckentrup y la otra actividad tiene que ver con quién es el más importante para la biblioteca y los bibliotecarios. Sobre la primera actividad, comenta: “Partimos de la lectura del libro: “El árbol de los Recuerdos”. Se hace un árbol grande, ellos lo florean y en cada flor proyectan un recuerdo bien bonito que ellos tengan. Al conversar se les explica que hay recuerdos buenos y malos. La idea es recordar los recuerdos buenos. Los niños que no saben leer o escribir, expresan sus recuerdos mediante dibujos. Todos esos recuerdos colocados en el árbol, éste queda frondoso, lleno de recuerdos”.

“El impacto es grande, porque no solo leemos, sino que los niños escriben y hacen manualidades. Recuerdan los recuerdos gratos y, desde luego, los negativos. Sin embargo, dimensionamos los positivos. Es un buen ejercicio”, dice.

¿Quién es el preferido de la biblioteca?

El niño suele hacer preguntas como esta: ¿Quién es el preferido en la biblioteca? Edna Liliana, considera que es un interrogante que aparece con frecuencia. “Los niños por lo general – dice – preguntan que quién es el preferido de la biblioteca. Ese interrogante nos llevó a plantearnos una respuesta pedagógica y creíble. Después de darle vueltas y vueltas a la idea, desarrollamos un ejercicio que a la postre nos resultó altamente positivo”.

La creatividad de estos bibliotecarios es inmensa. En una cajita bien decorada, colocaron en el fondo de ésta, un espejo y una frase que dice: “Eres el más importante para nosotros”. Formaron el grupo de niños y niñas y les dijeron: Dentro de la cajita hay un secreto. Uno a uno pasa lo mira y lo mantiene en secreto. Nadie tiene qué comentar nada hasta que todos miren el contenido de la cajita mágica. Todos estuvieron de acuerdo. La expectativa era grande en los chicos. Todos sospechaban que el preferido de los bibliotecarios era Ender Andrúa Gualteros Cárdenas, niño – joven con retardo mental grave, epilepsia generalizada y deterioro del comportamiento, que de ser mudo e ignorado por la sociedad, hoy es el que más habla, lee y es puntual en esta biblioteca. Incluso, ha participado en danzas en el Panóptico, cuenta Edna Liliana. “En esa cajita está nuestro preferido”, agregan los bibliotecarios, aumentando la curiosidad en los niños y en las niñas. Al parecer, no fue fácil organizar la fila, porque todos y todas querían ser los primeros.

Al mirar el interior de la cajita aparecía el rostro del niño y/o de la niña y abajo la frase. Al terminar el ejercicio, los bibliotecarios ratificaron lo visto por los niños y las niñas: “Todos y todas, son para nosotros, los más importantes”, dijeron. Los niños aplaudieron y comprendieron que en las bibliotecas públicas no hay privilegios, todos son importantes. El bullicio fue generalizado y los comentarios abundantes.

La biblioteca Guámbitos, en el barrio periférico Combeima, se ha convertido en el punto de encuentro de los niños, de las niñas, de los padres de familia y de la comunidad en general. “Todo – dice Edna Liliana – ha sido un proceso complejo y difícil. Al principio nos tocó ir puerta a puerta a convencer a los niños. El principal argumento que exponían para rechazar la invitación era que en la escuela los ponían a leer y a escribir. Por lo tanto, ir a la biblioteca a hacer lo mismo no tenía fundamento, no les era atractivo”.

“Nos dimos cuenta que teníamos que crear estrategias para llamar la atención de los niños y los jóvenes. Surgió la idea de los procesos ya descritos. Y antes del deporte, las danzas o la música, durante treinta minutos, leíamos cuentos y comentábamos sobre la importancia de la lectura y del libro. Poco a poco, logramos despertar en ellos el interés y la importancia de la biblioteca pública. Este es un proceso no acabado”.

“La consigna central es: “Leo y escribo desde la biblioteca pública Guámbitos”. La meta que nos hemos trazado es crear en cada persona del sector vocación por la lectura; que la comunidad descubra el valor de leer, el placer e incluso, la necesidad, porque la lectura nos permite tener acceso al conocimiento, el saber de dónde venimos, qué hacemos y para dónde vamos. Adquirimos capacidad de crítica y análisis, nos hacemos más autónomos y menos dependientes. Es decir: No leemos por leer. Leemos para cambiar, progresar, vivir en paz y en armonía con todos y todas”.

Estos bibliotecarios se sienten satisfechos, porque han notado cambios muy positivos en la comunidad del sector, han ido comprendiendo la razón de ser de la biblioteca. Antes, el niño como que le molestaba la lectura de un cuento, se mantenía indiferente, ausente, ahora se nota interés, placer, opinan y participan de las manualidades con más interés y convencimiento.

Y, para los adultos, ¿Qué?

También los bibliotecarios pensaron en los adultos, seguramente entendiendo que cada veterano o veterana guarda una historia, en realidad es una biblioteca ambulante atiborrada de hechos y sucesos que nos permiten comprender mejor el presente y proyectar el futuro.

Se les ocurrió crear un espacio propio para esta generación, acertadamente llamado: “Café y Memoria”. Edna Liliana señala sin ambages el acierto, porque ha permitido acercar al adulto mayor a la biblioteca. Sin embargo, lo más importante para esta hacedora de cultura, es que el adulto mayor ha ido tomando conciencia de sí mismo, autoestima y conciencia de que es útil a la sociedad, por cuanto la experiencia resulta factor determinante en el proceso histórico de la comunidad, es un referente que algunos copian para el desarrollo de su propia personalidad.

Ender Andrúa, la evidencia contundente

Un principio marxista señala que todo problema teórico se resuelve en la praxis. El ejemplo de la “redención” de este niño-joven es la evidencia más contundente del papel transformador de la biblioteca pública. Hacemos referencia de Ender Andrúa Gualteros Cárdenas. Allí, colocaron en marcha el proyecto de lectura con los niños especiales, con rotundo éxito.  

“Ender Andrúa – dice Edna Liliana – era una personita que llevaba 25 años sin hablar. No hacía nada. Su mamá le daba temor sacarlo de su casa, mantenía encerrado allí. De vez en cuando lo llevaba a terapias, pero su evolución era, prácticamente, nula. Un día apareció su madre por la biblioteca a llevar a otro de sus hijitos. Le dijimos que por qué no dejaba al niño especial, ella se negó inicialmente, pero, finalmente la convencimos. Lo recibimos con mucho cariño, le mostramos las instalaciones, los libros, los demás niños. Dice la mamá, que, al otro día, al despertar Ender, lo primero que hizo fue señalar la biblioteca”.

“Hoy, es el niño-joven que más habla, que asiste puntual a la biblioteca, hace tareas, se aprendió las vocales, sabe escribir su nombre, firma. Él quiere hacer todo lo que hacen los demás niños y niñas, danzó en el Panóptico y sabe tocar la tambora. Está pendiente de mí, es muy respetuoso con los demás niños y no para de hablar…”

Edna Liliana, cuenta todas estas experiencias con profunda emoción, con la satisfacción del deber cumplido y con la convicción de seguir adelante. Recuerda, naturalmente, la amarga experiencia de la amenaza por el simple ejercicio del trabajo o un hurto que se presentó en la biblioteca, pero, la fortalece la respuesta de los niños: “Profes, nosotros los cuidamos. Fue cierto. A las siete de la mañana y a la salida por la tarde, numerosos niños y niñas estaban pendientes de nosotros. El cariño con ellos es recíproco. Muchos niños dicen que se sienten más a gusto en la biblioteca que en su propia casa, porque la biblioteca enseña, escucha, valora, anima y une”, señala Edna Liliana Amaya Cabezas.

Tácticas y estrategias para atraer lectores: Hernando Ramírez Moreno

Don Hernando Ramírez Moreno, de gran experiencia y compromiso social y humano, al destacar el trabajo en esta biblioteca, no duda en señalar la fuerza que implica trabajar en equipo, dentro de un ambiente de fraternidad, solidaridad y franqueza. Crítico y autocrítico, entiende que la humanidad tiene razón de ser en sociedad. Por eso, la experiencia allí, está fortalecida por la dinámica y el compromiso.

Señala sin rodeos que todo está cambiando constantemente. Es decir, nada está dado de una vez y para siempre, por cuanto cada día hay cosas nuevas y deslumbrantes que hay que asimilar y colocar en práctica. “Cautivar público lector no es tarea fácil, hay nuevas metodologías que se deben implementar y eso es lo que estamos haciendo”, señala con su elocuencia y facilidad de expresión.

Es cierto. Habla con qué entusiasmo de los mecanismos que vienen desarrollando en esta biblioteca. Dice: “Utilizamos la musicología, ambientamos los cuentos, les damos vida, desarrollando la capacidad sensorial, de tal manera que el lector sienta que está viviendo cada escena narrada en el cuento, prácticamente, que sea un actor más del cuento que se está leyendo”.

Para explicar esta tesis, don Hernando coloca un ejemplo práctico, tomando el cuento intitulado: “El Tucán y el Pájaro Carpintero”. Relata: “Este cuento se desarrolla en la zona amazónica. ¿Qué hicimos? Llevamos sonidos propios de la naturaleza, del bosque. Les hicimos cerrar los ojos a los niños y a las niñas, solicitándoles máxima concentración para identificar estos sonidos. Les presentamos el canto del Tucán, el ruido del carpintero y el bullicio de la selva, permitiendo una lluvia de opiniones y, lo más importante, el interés por la lectura, por el texto en cuestión”.

“Ayudado de lo que se podría llamar: “Eco musicología”, nos ha permitido darles vida a todas estas lecturas, desarrollando en los chicos y las chicas el interés por el texto. Atrás hemos dejado la lectura plana y fría.  En algunos casos hemos creado máscaras que representan los personajes del cuento, terminando los chicos dramatizando la historia. En el cuento reseñado, terminamos creando la máscara del Tucán, del Carpintero y del Mico, por ejemplo.

El explorador de libros y lecturas

La genialidad de estos bibliotecarios no tiene límites. Se han inventado la figura del “explorador de libros y de lecturas”, una forma de ambientar la lectura de un texto, rompiendo con el viejo y tradicional esquema. Aquí, se pone de relieve la novedad, la ambientación previa para ingresar al mundo mágico de la lectura del texto.

Don Hernando, así lo explica: “Inventamos la figura del explorador, un personaje con identidad propia que cuenta con atuendo propio y personalidad definida, que, en la universalidad de la literatura, busca el texto adecuado para el momento. Es de alguna manera, un esfuerzo colectivo de todos los involucrados. El niño se ve obligado a llamar la atención del explorador. El explorador tiene todo su equipaje en una caja portátil. Lo llamamos con entusiasmo generando un ambiente de ánimo propicio para la lectura. Todos deben participar de la dinámica. Terminamos la actividad coloreando los personajes de la historia, una manualidad que busca fomentar la destreza en el dibujo, en la pintura y las imágenes gráficas. En síntesis: Estamos dándole vida a la historia y generando en el niño interés y curiosidad por la lectura”.

¿Qué características tiene el atuendo del explorador? Don Hernando, responde: “Es un chaleco marcado que dice: Explorador de Libros, el guardián de los libros. Hay algunos que tienen un árbol hermoso y florido de libros, un gorro específico propio de un explorador y unos binóculos. Es decir, el atuendo ideal que necesita un explorador, o sea, un investigador de campo.

Amor y respeto por el medio ambiente

La biblioteca Guámbitos desarrolla especial trabajo ambiental con niñas y niños, desplegando una metodología fundamentada en la teoría y en la práctica, la cual arroja dividendos muy positivos, según relata don Hernando Ramírez Moreno.

“En relación con el medio ambiente – dice – proyectamos conversatorios prácticos conducentes a sensibilizar el niño, la niña sobre el medio ambiente, con la conservación de los árboles, el agua, la fauna y el no arrojamiento de desechos al río Combeima. Aprovechamos para criticar la comida chatarra que nos ofrece la sociedad de consumo, el daño que produce los plásticos a la naturaleza. A su vez, creamos en ellos y ellas, la necesidad de hacer pequeñas campañas ecológicas como plantar un árbol y defender los que hay en los alrededores de la biblioteca y del barrio”.

“En alguna oportunidad abrimos el debate sobre la importancia del agua. Notamos que la importancia casi que exclusiva para ellos y ellas era simplemente para el aseo. Utilizando lecturas cortas y bien comentadas les hicimos caer en cuenta que el agua tiene que ver con la energía, con los cultivos, con la vida misma, para mover la licuadora, la nevera, la lavadora, etc. Hoy, los niños y las niñas de este sector, tienen una visión distinta sobre la importancia del preciado líquido, poco a poco vienen entendiendo la necesidad de no malgastarla, ni contaminarla”.

“Los niños y las niñas no sabían de dónde venía el agua. No sabían nada de las montañas y los páramos, de la imperiosa necesidad de no talar, ni contaminar, menos el ciclo biológico del agua. En la charla preguntamos: ¿En dónde hay más desperdicio del agua? Fue una discusión interesante, una verdadera lluvia de opiniones, llegando a la conclusión que en la casa más se gasta el agua en el mal uso de la cisterna del inodoro, porque casi siempre queda una fuga, prácticamente, las 24 horas del día. Los niños y las niñas se comprometieron a revisar las cisternas para corregir la falla con la ayuda de sus padres o un hermano mayor. Se trata de culturizar al niño para evitar castigar al adulto, es como la lección de fondo que sale a flote con este ejercicio”, señala.

La carta del tiempo

Un ejercicio más para estimular la lectura nos presenta los bibliotecarios de Guámbitos. Don Hernán, lo cuenta así: “Usando el libro: Letras al Carbón, de la escritora Irene Vasco, la idea es que el niño plasme en un pergamino bien bonito, lo que está viviendo ahora, sus sueños y utopías de niño, sus fracasos y sus aciertos, guarde el pergamino donde su mamá guarda la escritura, para que lo abra, diez, quince, veinte o quizás cincuenta años después. Es una manera concreta de recordar lo que pensaba como niño y de paso, establecer un parangón con su realidad actual, en el entendido que “recordar es vivir”.

Solidaridad y apoyo económico

Toda la obra cultural, artística, social y humana que viene desarrollando la biblioteca pública Guámbitos, ha tenido el apoyo solidario y económico de un verdadero “pool” de entidades y personas, al tener conocimiento del esfuerzo consiente y tesonero de Edna Liliana Amaya Cabezas y Hernando Ramírez Moreno. El liderazgo de estos bibliotecarios, ha superado las paredes de esta biblioteca, llegando al corazón de todas estas entidades y personas.

Estas son: Rocío Isaza de Kumon; Fredy Giovani Amaya de la Asociación Paz y Alegría Diversa; Wilson Londoño de Tolienvíos; Adriana Monroy Montealegre del gimnasio infantil Creando Sueños; en el proceso de danzas nos colaboraba la señora Ofelia de Ultrahuilca. Pero, desde el año pasado nos colabora la EFAC de la secretaria de cultura; Miguel Alejandro Pérez del Centro Cultural de la Universidad del Tolima; Ricardo Henao de Simifarte de la secretaría de Cultura; Diego Echeverry, director del hospital Veterinario; igualmente, hay varias personas y fundaciones que han aportado en los distintos procesos que tiene implementado esta biblioteca pública.    

Palabras finales

Edna Liliana Amaya Cabezas y Hernando Ramírez Moreno, tienen clara la misión histórica que la vida les ha colocado. Se han conectado muy bien con el papel histórico de las bibliotecas públicas. Alguna ministra de cultura decía que abrir una biblioteca era cerrar una cárcel.

No es gratuito que don Hernando, afirme: “Tenemos una apuesta firme en lo social, en este terreno le hemos apostado buscando generar conciencia en chicos y grandes, pero también valores de autoestima, por cuanto la historia la hace la comunidad culturizada en los valores propios y en la búsqueda de un mundo más justo y humano. Esta comunidad puede salir adelante, rompiendo con el complejo de inferioridad, el divisionismo y la indiferencia. La biblioteca se hace faro luminoso para chicos y grandes en esta gran empresa a veces utópica, pero siempre emocionante”.

Agrega: “La comunidad puede salir adelante, ser los mejores en muchas áreas del conocimiento, robustecer la autoestima, el sentido de pertenencia e independencia, fomentar la cultura de la vida y de la esperanza. La comunidad está llamada a cambiar individual y colectivamente, transformar el entorno. Hemos estado allí cuatro años, tiempo suficiente para saber que hay seres humanos maravillosos con muchas cualidades y capacidades, con enorme talento humano en los niños, en la juventud y en los adultos. Sé que ellos, solo necesitan un apoyo y éste se encuentra en el conocimiento que reposa en la biblioteca pública Guámbitos”.

Edna Liliana, reflexiona partiendo de una frase de Howard G. Hendricks, que dice: “La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino la que se hace de corazón a corazón”. Indica la lideresa cultural que su trabajo es producto esencialmente de la conciencia de clase, de la necesidad de contribuir al cambio desde el conocimiento científico que reposa en los libros y los libros en la biblioteca Guámbitos. No trabaja solo por interés particular economicista, trabaja por conciencia y por amor hacia una comunidad humana salpicada de mil dificultades.

Se demuestra de esta manera el histórico papel, el impacto que juega en todos estos procesos la Red Municipal de Bibliotecas Públicas de Ibagué, en este caso la biblioteca pública Guámbitos con la conducción de Edna Liliana Amaya Cabezas y Hernando Ramírez Moreno. A ellos, nuestras más sinceras felicitaciones.

Ibagué, marzo 31 de 2024  

[i] Nelson Lombana Silva: Natural del municipio de Anzoátegui (Tolima), nació el 12 de julio de 1961, siendo sus padres Joaquín Lombana Méndez y Blanca Lilia Silva. Los estudios primarios los hizo en la escuela urbana de varones y los secundarios en el colegio Carlos Blanco Nassar de Anzoátegui (Tolima), los universitarios en la universidad nacional abierta y a distancia, UNAD, obteniendo el título de comunicador social con énfasis en comunicación comunitaria. Ex concejal de su pueblo natal, actualmente se desempeña como bibliotecario en Villa Restrepo, haciendo parte de la Red Municipal de Bibliotecas Públicas de Ibagué. Ha escrito varios libros y cuentos, hace parte también de la Asociación de Escritores Tolimenses.

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