El pueblo colombiano sigue escribiendo páginas históricas de lucha y resistencia contra el neoliberalismo, el capitalismo y la política antipopular del gobierno de Iván Duque Márquez.
Rompe con la viaje tradición de hacer de las festividades de Navidad y Año Nuevo, tiempo de ocio y de inmovilidad, para asumir posturas de combatividad contra esa cascada de infamia que viene cocinando la gran oligarquía en contubernio con el imperialismo norteamericano.
Así lo determinó el Comando Nacional de Paro, reunido en Bogotá, el pasado 6 y 7 de diciembre. Más de 2000 personas representativas de las distintas organizaciones sindicales, sociales, populares, étnicas y políticas, definieron la hoja de ruta a seguir en esta denodada batalla contra la criminalidad del régimen capitalista que lidera el títere presidente Iván Duque Márquez.
El encuentro sirvió también para ratificar la vocería autorizada del Comando Nacional de Paro para enterlocutar con el gobierno central. Igualmente, fortalecer la unidad de las distintas organizaciones y trazar planes de acción para los días venideros.
Se definió por ejemplo, plantón en Bogotá y seguramente en muchas regiones del país, este 10 de diciembre, en el marco del día internacional de los Derechos Humanos. Al siguiente día, concentración en la plaza de Bolívar en Bogotá, con el fin de adelantar un fuerte cacerolazo rechazando la postura del Congreso de apoyar la lesiva Reforma Tributaria, liderada por el Centro Democrático, con el apoyo incondicional de los partidos Liberal y Conservador, lo mismo que Cambio Radical, esperpento que lidera el fascista Germán Vargas Lleras, entre otros.
También orienta el Comando Nacional de Paro conmemorar las festividades decembrinas, como 24 y 31, con amplio espíritu combativo. Por ejemplo, el 31 quemar años viejos alegóricos a la pútrida clase gobernante y las infames reformas que se cocinan en el Parlamento Colombiano.
Los días 30 y 31 de enero de 2020, encuentro nacional de todos los comités de Paro y las organizaciones sindicales, sociales, populares, étnicas y políticas en Bogotá, con el fin de evaluar y trazar nuevas acciones. Por decisión casi unánime, la lucha contra el capitalismo y el neoliberalismo en Colombia no hace pausa. Al calor de la natilla, los buñuelos y los villancicos, la reflexión política se hace presente en esta oportunidad, se recarga energías para persistir en la lucha callejera. El pueblo ha venido despertando. Ya no come cuento tan fácil como anteriormente. En la reunión familiar tan tradicional por esta época en los hogares colombianos, necesariamente se deben incluir temas sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales. La lucha continúa.
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