El alcalde de la ciudad de Ibagué (Tolima), Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez: Foto: Facebokk |
El alcalde de la ciudad de Ibagué (Tolima), médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, fue proclamado “mejor alcalde de Colombia”, por la prestigiosa firma “Colombia líder”. La ceremonia de premiación se realizó el pasado 11 de diciembre. Del concurso participaron 418 mandatarios municipales, saliendo tres finalistas: El médico Jaramillo, Maurice Armitage, de Cali (Valle) y Wilmar Barbosa de Villavicencio (Meta). Finalmente, el jurado se inclinó por el mandatario ibaguereño. La distinción fue “al mejor alcalde en seguridad vial”.
Al recibir la mención, el mandatario municipal dijo que en Ibagué se venía presentando más muertes por accidentes automovilísticos que por la misma cruda y larvada violencia que vive el país. Dijo, igualmente, que su administración estuvo al servicio del pueblo sin ningún tipo de privilegios. “Aquí no se ha mirado ideologías, sino lo que se ha hecho, me han premiado a mí, pero han premiado al pueblo. Ofrezco este premio a los ibaguereños que en las pasadas administraciones sufrieron mucho y hoy Ibagué se encamina a ser el mejor vividero de Colombia”.
Progresista y trabajador
El doctor Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez tiene una dilatada vida pública. Fue parlamentario y gobernador del Tolima en dos oportunidades. Su padre fue ministro de salud y su señora madre también fue parlamentaria.
Se ha caracterizado por ser una persona de ideas avanzadas y progresistas. Durante su primer período como gobernador nombró a José Nelson Tovar Rojas, alcalde de Coyaima, pasando este dirigente indígena a convertirse en el primer alcalde comunista en Colombia. Durante su segundo mandato, lo nombró secretario departamental de agricultura.
Jaramillo Martínez, de temperamento “volado”, es un trabajador incansable, al decir incluso de sus mismos adversarios, es “una máquina” para el trabajo. También se caracteriza por su honradez y asumir retos y posturas claras. Es un crítico del neoliberalismo e incluso del capitalismo. Siempre ha sido un abanderado incondicional de la paz con justicia social y el medio ambiente. No le ha temblado su voz para rechazar la política minero – energética del gobierno central. Se ha opuesto decididamente a las multinacionales y transnacionales, ha participado activamente de las “marchas carnavales” que se han realizado en Ibagué en rechazo a la política depredadora de los gobiernos oligárquicos.
Su administración municipal se destacó sustancialmente en el tema ambiental, en el agua con el acueducto alterno del cual se venía hablando hace más de treinta años. La construcción de numerosos parques biosaludables, vías consideradas “fantasmas”, llevó la salud, la educación y la cultura a los rincones veredales más apartados de este municipio. Estiró el presupuesto al máximo. Eso se ve reflejado en una obra que seguramente perdurará durante muchas generaciones. Reivindicó con coraje la efeméride del 20 de julio, quitándole ese acento militarista y violento. Abrió nuevas bibliotecas en la ciudad y en los corregimientos.
Gobierno fruto de la unidad y convergencia
El médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, llegó a la alcaldía gracias a una gran convergencia de fuerzas, especialmente de izquierda y sectores democráticos, entre ellas, el Partido Comunista y la Unión Patriótica. Fue una lucha tesonera pues la ciudad estaba tomada por la corrupción, el desgobierno y la desesperanza. El alcalde saliente, Luis H. había desaparecido el dineral que venía para los juegos nacionales, con la complicidad de la mayoría de los medios masivos de comunicación y las demás autoridades fiscalizadoras del erario público. La ciudad estaba manga por hombro. Bien podría decirse que estaba a merced del más fuerte. Jaramillo Martínez en sus cuatro años le dio un gran giro a la ciudad de 500 mil habitantes. Pisó muchos callos, entre ellos, el poder mediático. Así que esta condecoración resulta bastante merecida.
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