Dentro de las principales obras realizadas por el alcalde municipal de la ciudad de Ibagué (Tolima), el médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, se cuenta indudablemente, la proyección de la ciudad a 20 años. Es quizás, la obra más importante este plan de acción pensado a 20 años, es decir, hasta el 2037, porque está planeado, organizado y direccionado el crecimiento de esta ciudad intermedia de 600 mil habitantes.
La ciudad musical no tenía una proyección programaba, venía creciendo desordenadamente, sin ninguna proyección, como se diría popularmente: “A la topa tolondra”. Hoy existe un plan de acción claro y definido. El mandatario al rendir cuentas a la comunidad ibaguereña por novena vez, el pasado 20 de diciembre, al referirse a este tema señaló: “En el Plan de Acción de 20 años, hasta el 2037, están proyectados absolutamente todo lo que tiene que hacerse en estos próximos 20 años”. Agregó: “En este Plan está todo para Ibagué ser una ciudad sostenible, muy especialmente en las inversiones que hay que hacer y cuáles son las prioritarias”.
“La Ibagué que recibimos – dijo el mandatario – no tenía ninguna proyección, hoy la tiene en el Plan de Acción a 20 años”. Dicho Plan de Acción tiene cuatro huellas fundamentales: La huella del cambio climático del medio ambiente, la huella urbana, la huella social y económica y la huella financiera, la sostenibilidad financiera de la ciudad.
Se define claramente cómo, cuándo y con qué crecerá la ciudad durante este período de tiempo. Entre los barrios de El Salado y Picaleña, en un área de 700 hectáreas la ciudad crecerá, señaló. “Ahí es donde debe crecer la nueva ciudad que está creciendo en estos momentos. Por eso, construimos una vía desde la avenida Pedro Tafur hasta el Aeropuerto Perales, con una ciclo ruta de cinco kilómetros, iluminada con energía solar para que en esta forma crezca la nueva ciudad; son 700 hectáreas que están disponibles para conformar un centro administrativo inteligente para la ciudad”.
Dicha proyección descansa sobre condiciones (mandamientos) fundamentales: La primera se refiere a la no depredación del ecosistema. “Esta ha sido una administración que ha luchado en favor del medio ambiente, apoyando la consulta popular que no se pudo dar, legislamos en favor del medio ambiente”, subrayó.
Al recibir la alcaldía, había 60 barrios sin agua, la interrupción del preciado líquido era constante, se venía hablando del acueducto complementario por más de 30 años, era el caballito de batalla de los promeseros de siempre. La administración municipal del doctor Jaramillo resolvió esta aguda problemática, hoy tenemos una ciudad con perspectiva, con proyección. Indudablemente, Ibagué Cambió.
Más obras
Hacer un listado de las obras que desarrolló esta administración es muy difícil. Recordemos que su propuesta la basó en cuatro aspectos centrales: Agua, Cultura Ciudadana, Ciudad Integral y Paz. Orientó a Ibagué a ser una ciudad verde, una ciudad saludable, incluyente, productiva y en paz.
En cumplimiento de estas proyecciones, el médico Jaramillo definió 17 objetivos sobre los cuales trabajó en su cuatrienio. “Si no hacemos algo por hacer de este mundo sostenible, vamos a convertirnos en los nuevos dinosaurios, vamos a desaparecer. Nosotros estamos autodestruyendo. Hay personas y presidentes como el de Estados Unidos (Donald Trump), que no cree en el cambio climático y continúa en una carrera devastadora en donde produce más de 20 toneladas de dióxido de carbono al año. Si quiere volver este país sostenible, Ibagué lo está haciendo ya como ciudad verde”, señaló.
Esta administración también se destacó en el terreno de la salud, la educación, la construcción de parques biosaludables, la compra de terrenos en el Cañón del Combeima para la reforestación y la conservación de las corrientes hídricas, la construcción de polideportivos, canchas de fútbol, arreglo de la malla vial.
Un gran impulso al sector campesino. Llevó el médico a la casa. Construyó numerosas bibliotecas. Al decir de la gente ibaguereña hacía muchos años no se tenía un alcalde tan laborioso, honesto y trabajador.
La mejor prueba fueron las distintas manifestaciones de los sectores de la ciudad al despedirlo como mandatario. Sobre todo una niña campesina que leyó su mensaje en un verdadero mar de lágrimas y los recicladores. Pero también los campesinos, indígenas, los cultores, los deportistas, etc. Según encuesta, Jaramillo se va con una aceptación que supera el 67 por ciento de popularidad. “A lo que se lance hay que estar pilas a votar copiosamente, porque vale la pena”, dijo un ciudadano del común durante la rendición de cuentas.
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