El caricaturista Arlés Herrera, conocido universalmente como el Maestro Calarcá, sacó tiempo de su agitada y fructífera agenda de trabajo para visitar el Cañón del Combeima, en la ciudad de Ibagué (Tolima). Acompañado de un puñado de familiares, el también aguerrido dirigente comunista, se paseó libremente por estos andurriales admirando de primera mano las bellezas naturales del entorno.
Inicialmente recorrió las callejuelas del corregimiento de Villa Restrepo, visitó la biblioteca El Cañón del Combeima ubicada en este corregimiento y saboreó las delicias que ofrecen allí, como el agua de panela con queso, almojábanas y bizcochos o la diversidad de comidas apetitosas que brindan los restaurantes y estaderos.
Haciendo alarde de la principal característica de un revolucionario consecuente de verdad, la sencillez, el maestro Calarcá remontó la profundidad del Cañón para llegar hasta la vereda Juntas y más adelante el Mirador. Bajo un sol espléndido, la comitiva lidera por el caricaturista, natural del municipio de Calarcá (Quindío), compartió paso a paso la exuberante región bañada por el río Combeima. El nevado del Tolima, tímido, no se dejó admirar, permaneciendo oculto entre la niebla espesa durante la gira que se prolongó, prácticamente, todo el día. La comitiva se sumergió en la piscina de agua helada. Al caer la tarde, el maestro regresó a la capital Musical de Colombia, satisfecho del recorrido por este cañón que está en proyecto de ser certificado.
Destacó durante el itinerario la necesidad de fortalecer la lucha ambientalista y política de izquierda, en defensa de nuestra casa (La Tierra), de las garras imperialistas de Estados Unidos y la oligarquía nacional. Esa postura depredadora se debe contrarrestar con una política de reconciliación con la naturaleza, sobreponiéndose a la crisis climática que hoy tiene en ascuas a la humanidad entera. Solo mentes enfermas como la del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puede de dientes para afuera decir que no hay tal crisis y afirmar cínicamente que son inventos fatuos de los comunistas.
Fue un recorrido ameno y descomplicado que le dio brillo a este destino turístico que se encuentra amenazado por la mega minería a cielo abierto. Todo este vasto Cañón se encuentra concesionado en títulos mineros, unos concedidos y otros por conceder. Afortunadamente, la administración del entonces gobernador Luis Carlos Delgado Peñón y ahora del alcalde municipal de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, se han opuesto decididamente a semejante atentado contra la naturaleza. Son enemigos declarados de la mega minería a gran escala y amigos incondicionales de la naturaleza y del medio ambiente.
Diversos programas, precisamente, viene desarrollando el mandatario municipal, en dirección de reforestar la hermosa cuenca hidrográfica que suministra el preciado líquido a los ibaguereños y demás comunidades del llano tolimense. Por el contrario. El actual gobernador Oscar Barreto Quiroga, a pesar de tener pertenencias propias en la zona, se empecina en apoyar la mega minería, que significa la destrucción de la naturaleza, del imponente Cañón del Combeima.
Ante esta política depredadora del gobernador conservador, la comunidad poco a poco viene tomando conciencia ambiental, asumiendo una postura enhiesta en defensa del recurso hídrico. Ya Cajamarca, municipio aledaño, derrotó las ambiciones de la transnacional minera Anglo Gold Ashanti, de una forma clara y contundente. Quiere que su pueblo siga siendo la despensa agrícola del departamento y no un distrito minero, que solo favoreciera las arcas de dicha transnacional, transnacional duramente cuestionada nacional e internacionalmente, entre otras razones, porque estimula la presencia del militarismo agresivo contra el pueblo y el paramilitarismo.
¡Qué orgullo haber tenido por estos parajes al gran caricaturista del semanario VOZ La verdad del pueblo, prestante figura revolucionaria e internacionalista, amante de la paz con justicia social, el medio ambiente y el Socialismo!
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