Cristian Camilo Toro Martínez, 16 años de edad, fue asesinado el sábado 5 de marzo, hacia las 11:45 de la noche en la calle 40 con carrera 5º, de la ciudad de Ibagué (Tolima) a manos de dos sujetos que sin mediar palabra le propinaron dos puñaladas, según señala su progenitor Orlando Toro, militante del Partido Comunista Colombiano.
Según versión de su padre, Cristian Camilo había salido a celebrarle los cumpleaños a su novia, encontrando trágicamente la muerte a manos de dos tipos, hermanos, quienes fueron capturados minutos después de cometer el crimen por la policía.
Orlando Toro, define a su hijo como un joven trabajador que no quiso estudiar, dedicándose tempranamente al trabajo, exactamente a la confección con su señora madre. Era jugador de fútbol y gozaba de gran aprecio entre los vecinos de su barrio.
Su cuerpo fue entregado por la Fiscalía anoche, después de una ardua y penosa tramitología, siendo trasladado a la funeraria los Olivos, a continuación de la Registraduría, donde se lleva a cabo la ceremonia de velación. Aún no se ha definido la fecha y hora del funeral.
El Partido Comunista Colombiano, Local Ibagué, expresa al camarada Orlando Toro, a su esposa y demás familiares las más sentidas manifestaciones de pesar e indignación por este absurdo asesinato de un joven que comenzaba a vivir, a trajinar los avatares de la corta vida humana.
Desafortunadamente, esta tragedia es el pan diario en un país descompuesto por obra y gracia de una clase dirigente oligarca, inhumana y salvaje, que en defensa de sus mezquinos intereses, sacrifica cobardemente la seguridad del pueblo colombiano. La miseria, la corrupción, la inseguridad, el “sálvese quien pueda”, son la constante en el régimen capitalista que domina y estrangula a Colombia.
¿Cuál futuro tiene el país cuando su clase dirigente no se interesa por la seguridad del pueblo y en especial de la juventud? Matar un joven es matar una flor en primavera, una esperanza, una sonrisa; es truncar un sueño prematuramente.
La lógica biológica es que los hijos entierren a sus padres. En Colombia no sucede así. Son los padres los que a diario están enterrando a sus hijos. Esta violencia cruda debe parar, el terrorismo de Estado debe cesar. La gran esperanza es el proceso de diálogo que hoy se desarrolla en la Habana (Cuba) entre las Farc – Ep y el Gobierno Santos. Proceso que viene siendo atacado por la derecha y la extrema derecha con ímpetu, pues para ellos la guerra es un negocio próspero, mientras para el pueblo son dolor, tristeza y lágrimas.
No más violencia, que venga la paz, pero con justicia social. Que no se vuelvan a presentar estos crímenes tan horripilantes. Que reine la armonía y la sana convivencia. Paz en la tumba de Cristian Camilo Torres Martínez.
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