miércoles, 20 de diciembre de 2023

La esclava del señor


 Por Nelson Lombana Silva

La biblia es uno de los libros más machistas que ha habido a lo largo de la historia de la humanidad. Subvalora el papel de las féminas colocándolas en posición de esclavitud, de sirvienta. A la propuesta del ángel Gabriel, María, la esposa de José, le hace decir: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”, (Lucas, versículo 38).

Con esta metida de patas de María, según relato bíblico, la mujer fue condenada a la esclavitud, al vaivén fluctuante del hombre. Esto se impuso tan rígido, tan violento y textual, que la mujer con período menstrual era considerada “impura” y no podía entrar al templo. Durante los sistemas económicos: Esclavista, Feudalista y Capitalista, se aplicó al pie de la letra el texto bíblico. Se impuso el absurdo que la mujer era esclava del señor, del hombre. Por lo tanto, no tenía Derechos, solo Deberes.

Las leyes, de alguna manera influenciadas por el mito religioso, concibieron a la mujer en condición de inferioridad. No tenía Derechos, solo Deberes, todos inspirados en la sumisión. Surgieron dichos hasta hace poco muy dicientes, tales como: “La mujer es de la casa y el hombre de la calle”. “El hombre dice la mujer obedece”. Mi madre decía a mis hermanas que el marido era como el segundo papá que había que obedecer.

Escollos superados



Después de siglos y siglos de esclavitud femenina, la mujer ha logrado liberarse y hacer valorar sus derechos en su condición antropológica de ser humano. Ha logrado mandar al carajo el machismo y el complejo de inferioridad, reconociendo sus Derechos y desde luego, sus Deberes. Hacer valer sus Derechos es fruto de la lucha e incluso del sacrificio, nada se le ha dado gratis, pues el machismo resulta ser una característica del sistema capitalista, el sistema de los antivalores.

Hay diversas organizaciones que hacen valer los derechos de las mujeres. Por ejemplo, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, los movimientos feministas, la personería, etc.

Hoy, hay una nueva realidad que la mujer debe saber con el fin de no dejar vulnerar sus derechos, los cuales son tan sagrados como los del hombre. Toda mujer debe saber esos derechos y las formas concretas de hacerlos respetar y valorar.

Frases como que “porque te quiero de aporreo, te celo, no te dejo salir a la calle, no te dejo maquillar, etc”, son frases vergonzosas del pasado. La mujer es tan libre como el hombre. Los ata el diálogo horizontal y las decisiones concertadas, colectivas. Es la realidad de hoy, no hay otra.

Así, pues, los machistas de vieja data son una especie en vía de extinción, pertenecen al pasado, no tienen ya razón de ser, porque la mujer se ha ido posicionando teniendo en cuenta sus derechos hasta ahora desconocidos, vulnerados e ignorados por el crudo machismo. Es hora de rechazar todo tipo de agresión, ya sea física o psicológica. Este es el siglo de la vida y de la esperanza. 

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