jueves, 10 de septiembre de 2015

La universidad del Tolima y su futuro

Por Nelson Lombana Silva

La universidad del Tolima, nuestra alma mater, define hoy mañana una consulta para mirar quien se proyecta como rector para el período 2015 – 2018, es una especie de sondeo que se hace a los docentes, estudiantes y egresados de la primera universidad del departamento de Tolima. Por lo tanto, no es cualquier cosa lo que hoy se defina allí.



Como es común en este régimen antidemocrático todo indica escoger entre lo mismo y lo mismo. Es casi como decir: Con cara gano yo y usted pierde con sello. Así las cosas, quienes tienen el derecho y el deber de participar de esta consulta deben prodigarse a fondo para tratar de encontrar entre lo mismo y lo mismo alguna diferencia que en un momento dado pueda ser importante en el rumbo y contenido de nuestra universidad.


Decía el maestro Carlos Gaviria Díaz que el sistema más complicado es el sistema democrático por cuanto le corresponde al individuo asumir responsabilidades en la toma de decisiones. Asumir una posición o tomar una decisión no tiene nada de fácil, pero hay que tomarla. La posición no puede ser la de dejar que otros decidan por nosotros y en este caso cruzarnos de brazos. Hay que actuar.


La crisis universitaria es enorme en el marco del neoliberalismo y ambos candidatos a ser rector de esta universidad son en términos generales neoliberales. Como diría Lenin: ¿Qué hacer? Hilar delgado y tratar de encontrar contradicciones y posiciones que seguramente las hay.


El doctor José Herman Muñoz Ñungo, actual rector, aspira a su reelección, mientras su contrincante el doctor Germán Rubio aspira a destronarlo. Es la lucha por el poder. Al decir de algunos docentes, el actual rector disparó la burocracia y el endeudamiento de la U. es inmenso. Sin embargo, ese mismo docente dijo más o menos que la definición estaba en la misma dinámica cuando le tocó a la izquierda votar por Santos, aspirando solo al tema de la paz y el desarrollo de los diálogos de la Habana entre las Farc – Ep y este gobernante neoliberal y pro imperialista. La decisión en esa oportunidad fue dura pero audaz y fundamental en este proceso que avanza a pesar del poco interés del gobierno nacional y la clase dominante.


El rector actual es del municipio de Venadillo (Tolima), la patria chica del gobernador Luis Carlos Delgado Peñón, tiene en el fondo un lejano espíritu liberal, mientras que el doctor Rubio al parecer está prohijado por la sombra oscura y nefasta del señor Oscar Barreto Quiroga, conservador ortodoxo de no muy buena reputación. Además, el doctor Rubio fue militar, por lo tanto, al parecer sus propuestas tienen un profundo tufillo militarista, como quien dice: La problemática de la universidad se resuelve a partir de la sinrazón de la fuerza bruta.


Se habla por ejemplo en voz baja y no tan baja, que entre las problemáticas sentidas en la comunidad universitaria, se encuentra el menudeo y consumo de alucinógenos, al parecer cada vez más abiertamente. Algunos que simpatizan con el actuar rector, sostienen que la respuesta del doctor Rubio es la militarización del alma mater. Todos sabemos que el problema de la drogadicción no se resuelve con militarización o represión, ante todo hay que darle un trato médico y lúdico, para ayudar a salir a los enfermos (adictos) de esta calamitosa situación, que dicho sea de paso, estimula de una u otra manera el Estado capitalista. 


Sabemos que el doctor Oscar Barreto Quiroga no le giró un peso a la universidad del Tolima, en cambio sí, mantuvo muy cerca de las universidades privadas. ¿Ahora, qué viene a reclamar? ¿Será que se imagina que los estudiantes, docentes o egresados no saben esta cruda realidad?


De todas maneras, lo central es trabajar porque la universidad del Tolima no sea privatizada, sea democrática, ofreciendo cobertura y calidad, por cuanto se trata de garantizar el libre pensamiento sin el miedo de ser amenazada la persona. Todos sabemos que hay una fuerte presión por hacer desaparecer la educación pública en Colombia, con el único fin de que el pueblo no tenga acceso a la educación superior y en consecuencia el país siga siendo pario e imbécil como diría Jorge Eliécer Gaitán. Además, entrar la universidad a la dinámica dramática de la mercancía, es decir, de la privatización.


Si bien es cierto el dicho de las abuelas de que “es mejor malo conocido que bueno por conocer”, la última palabra en esta consulta universitaria la tiene usted como elector. Si pudiese aflorar un consejo este sería: Votar con la razón y no con la emoción. Milimétricamente determinar qué le conviene más a nuestra universidad del Tolima. Además, debe existir el compromiso del elector de elegir y estar pendiente que las propuestas se materialicen. Es decir, así como se ayuda a subir, en un momento determinado se debe ayudar a bajar, cuando no se cumple con lo propuesto en campaña. Hacer uso de la democracia. Pero, ¿Cuál democracia en Colombia? He ahí el principal problema.




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