jueves, 12 de junio de 2014

Comienza copa mundial de fútbol 2014

¡Qué viva el fútbol! ¡Que la copa mundo 2014! ¡Que viva Colombia!
Por Nelson Lombana Silva

Desde hoy y hasta el 13 de julio el tema central y obligado en toda conversación será el mundial de fútbol versión 2014, que en esta oportunidad se realizará en Brasil, con la expectativa de los colombianos de regresar a esta cita mundialista 16 años después con mínimas posibilidades, en medio de una campaña publicitaria “demencial”.



Se trata de rescatar la almendra y rechazar categóricamente la campaña alienante y explotadora que hay detrás de un evento capitalista de este talante y que los medios no registran porque de antemano están comprados solo para hablar maravillas y crear ciertamente ilusionismo a granel.


Queremos relievar es el fútbol como deporte. Uno de los inventos más antiguos de la humanidad, concebido para unir y humanizar; acercar los pueblos y recrear la paz y la convivencia ecuménica. Su origen es popular, no es aristocrático como otras disciplinas propias de la alta burguesía.


Una actividad hermosa que el capitalismo ha prostituido como todas las demás actividades y profesiones como proféticamente lo indicó Carlos Marx y lo expresó con qué sutileza junto con Federico Engels en el Manifiesto Comunista escrito en 1848.


Por supuesto, que en Brasil no están las mejores selecciones y menos los mejores jugadores del planeta. Sería ingenuo pensar así. Allí, están las selecciones que la mafia permite y que encarna esa cloaca que se llama Federación Internacional de Fútbol Asociado, (FIFA).


Como solemos decir los colombianos y colombianas con frecuencia: “Todo es rosca”. Así las cosas, no están los mejores jugadores sino los recomendados de esas roscas. Esos jugadores que son brutalmente explotados por una minoría que nada tienen que ver con la concepción que tiene el pueblo del deporte y de este considerado el deporte de multitudes.


Son jugadores alienados. Amaestrados que se tienen que limitar a un libreto sin tener derecho a chistar nada.


Si usted como desprevenido aficionado supiera el mundo proceloso que hay detrás de este bello deporte, quedaría seguramente estupefacto. Existe toda una mafia, legal e ilegal, ensordecedora y deshumanizada. Si los jugadores pudieran decir, cuántas cosas no dirían sobre la infamia que cometen a diario contra ellos empresarios y dizque propietarios de los jugadores como en el feudalismo. No pueden decir nada, de lo contrario son sacados de la rosca.


La tarea de los comunistas es sin lugar a dudas luchar porque todos los deportes sean eso, deportes para humanizar, recrear y engrandecer la personalidad en todos los campos posible. Desprivatizar esta bella actividad y permitir igual oportunidades sin privilegios de ninguna naturaleza.


Los medios de comunicación en su pérfida misión de apartar a la humanidad de la realidad concreta, caracterizada por una terrible crisis estructural e integral, insisten en su actividad alienante insoportable y censurable de hacer creer que hay que apartarnos de esa problemática y esa terrible realidad.


Esa no es la postura la que debemos asumir los que gustamos de este deporte. No podemos perder el horizonte, ni distraernos. Tampoco las maravillas de un buen gol o un pase maestro de una estrella titilante.


La mejor suerte a los obreros, a la materia prima del espectáculo: Los jugadores. Pero también a los árbitros, jueces de línea, entrenadores y público en general. Uno ganará, otro quedará de segundo y así sucesivamente. Lo más importante es no perder de vista que esto no es más que un juego, que el capitalismo – repetimos – ha prostituido y explota cobardemente en todas sus formas y manifestaciones.


Nuestra selección levantada en la miseria, seguramente hará ingentes esfuerzos. Lo único seguro es que si gana será recibida con discurso presidencial, pero si pierde solo recibirá el saludo de los aficionados cuerdos y de sus familiares. El capitalismo es así, por eso la salida es el socialismo.



¡Qué viva el fútbol! ¡Que la copa mundo 2014! ¡Que viva Colombia!

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