Representantes de los países del Grupo de Lima. Foto: La Prensa |
La conspiración brutal de Estados Unidos contra la hermana república bolivariana de Venezuela hace parte de la política imperialista de este país, que se ha autoproclamado policía del mundo con derecho a meterse en los asuntos internos de los países y decidir libremente el destino de estos, con la vieja consigna colonialista: “América para los americanos”, adjudicada al presidente James Monroe, pero que al parecer fue obra de John Quincy Adams.
En esta aventura que coloca la paz mundial en entredicho, Estados Unidos tiene sus perros falderos en este continente, los cuales hacen parte del denominado grupo de Lima, el secretario general de la OEA y desde luego, el gobierno colombiano, que como dice el conocido escritor colombiano Renán Vega Cantor, “Colombia es uno de los países más activos en ese lenguaje guerrerista, militarista y bélico contra Venezuela”.
La postura pusilánime de los gobiernos colombianos obedece a la dependencia completa de los pérfidos mandatos de Estados Unidos. Colombia no tiene pulmones propios. Lo mismo le pasaba a nuestra hermana república bolivariana. Romper esa postura y asumir dignidad, patriotismo y soberanía nacional es el costo que viene pagando el pueblo patriota con el demencial bloqueo económico y la asfixiante y permanente presión gringa. “¡Qué difícil es aprender a ser libres!”, indicó el doctor Iván Guillermo Rincón Urdaneta[i]
Legalmente, Colombia le debe más a Venezuela que Venezuela a Colombia. Fue puntal fundamental para concretar el proceso de paz con la guerrilla de las Farc – Ep, tiene en su patria a más de 5 millones de compatriotas trabajando y viviendo dignamente, sin privilegios de ninguna naturaleza. En las condiciones tan difíciles de bloqueo económico, el presidente Nicolás Maduro Moros, ha ofrecido 20.000 becas para que jóvenes estudiantes colombianos adelanten allí, estudios universitarios.
Si Colombia tuviera una clase dirigente con dignidad nacional, como la tiene la clase dirigente venezolana, las relaciones serían de cordialidad, mutua ayuda, solidaridad y fraternidad como lo añoró el libertador Simón Bolívar. “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria…”, señaló.[ii]
Es más, en marzo de 1820, proclamaba: “La intención de mi vida ha sido una: La formación de la República libre e independiente de Colombia entre dos pueblos hermanos”. Seis días antes de morir insistía con vehemencia: “No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión… ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la Patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos, y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.[iii]
El libertador fue antiimperialista. Sostuvo que con Estados Unidos nada en común nos unía, ni el idioma, ni la religión, ni las costumbres. Por eso, propuso la gran patria desde Méjico hasta Chile. “Pareciera que los Estados Unidos estuvieran predestinados por la Divina Providencia a plagar de miseria a los pueblos en nombre de la libertad”, indicó.
Ese pensamiento libertario y unitario fue ignorado producto de la ambición ilimitada de quienes se pusieron al frente del gobierno una vez muerto el libertador el 17 de diciembre de 1830. Solo un dato a manera de ejemplo: “Desde 1828 a 1888, Venezuela afrontó 809 combates de venezolanos contra venezolanos: Guerras civiles”, dice el doctor Iván Guillermo Rincón Urdaneta. Cuadro desolador que le permite sacar la siguiente conclusión: “Este hecho nos enseña que es más difícil aún aprender a ser independientes que hacer la independencia. Sin duda ¡Qué difícil es aprender a ser libres!”.[iv]
Estos nobles ideales del libertador durmieron el sueño de los justos hasta la década de los 90s del siglo XX, cuando surge de los cuarteles la carismática y consecuente figura del comandante Hugo Chávez Frías, quien desempolva estos nobles ideales de Bolívar y comienza a materializarlos en la práctica con el acompañamiento permanente del pueblo venezolano.
Con Chávez vuelven las ideas de Bolívar
Vuelve a brillar en el continente americano las ideas del Libertador. La espada retorna al campo de batalla, ya no a derrotar a España porque ya está derrotada, se trata de derrotar a los Estados Unidos, su imperio inhumano y salvaje que hoy siembra terror en casi todo el mundo. Chávez enarbola banderas claras: Soberanía Nacional, Patriotismo, Justicia Social y Unidad Latinoamericana.
En el marco de estos principios inicia un proceso revolucionario de singular valor, proceso que apunta a potenciar y defender los recursos naturales del Tío Sam que se los venía robando descaradamente con la complicidad miserable de la clase gobernante. Además, formar políticamente al pueblo para que sea él el verdadero gestor de la historia y de los cambios. No es un proceso fácil, pero tampoco imposible. El gran gesto de Chávez de mirar a los Estados Unidos de tú a tú, generó en éste honda indignación. Esa indignación se ha manifestado en decisiones infames como son las que ha venido tomando. Entre otras: Declarar bloqueo económico, pretender aislar la república de Venezuela, desatar guerra mediática, apoyar la delincuencia, golpe de Estado e invasión militar al estilo 70s.
Venezuela es una potencia petrolífera. Es el primer país a nivel mundial con las mayores reservas petrolíferas. Según la empresa estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA), la certificación señala que el volumen de reserva es equivalente a 297 mil millones de barriles, de los cuales 220 mil millones hacen parte de la franja del Orinoco. Podría decirse que este país tiene petróleo suficiente para los siguientes 400 años, mientras Colombia no alcanza a 20, aproximadamente.
Esa es la preocupación de Estados Unidos. Quiere ese petróleo para sus intereses imperiales. Por eso le ha declarado la guerra al gobierno democrático y popular de Venezuela que ayer lideró el comandante Chávez y hoy lo hace Nicolás Maduro Moros.
Hoy el gobierno y el pueblo tienen una concepción distinta del petróleo. Debe significar desarrollo y bienestar al pueblo, tal como lo soñó el libertador Bolívar al proponer la independencia y defender la soberanía nacional. Esa iniciativa se viene desarrollando poco a poco con avances y retrocesos. El pueblo ha ido entendiendo el verdadero significado de la soberanía nacional y la independencia. “Hoy en Venezuela hemos comprendido y practicado que el petróleo es una palanca de desarrollo que debe volcar sus beneficios y ganancias hacia la superación de los niveles de vida del pueblo”, dice el doctor Iván Guillermo Rincón Urdaneta.
Agrega: “El petróleo debe traducirse en más y mejor educación, más y mejor salud, más y mejor empleo, más y mejor desarrollo humano y más y mejor tecnología. Pero para lograrlo, el Estado no puede ser un convidado de piedra, dejando los recursos a merced de las grandes transnacionales que los depredan sin mayor visión estratégica”.[v]
Desde 1999, los recursos por concepto del denominado “oro negro”, la hermana república bolivariana, los ha invertido en lo social, principalmente. Entre este año y 2009, el Estado invirtió 330 mil millones de dólares en programas sociales, por ejemplo. Es decir, 5 veces más de lo que se venía invirtiendo en la década anterior. Erradicó el analfabetismo, construyó nuevas escuelas, colegios y universidades. Abrió nuevos puestos de salud, hospitales, clínicas y policlínicas.
Se activaron las distintas misiones a partir de 2003. La pobreza se disminuyó del 50 por ciento en 1998, a 26 por ciento en 2016. Se estima que en la actualidad 14 millones de venezolanos tienen acceso a alimentación de buena calidad y a precios solidarios. Se producido la inclusión del pueblo hasta entonces marginado, ahora tiene derecho a opinar y decidir sobre el destino de la Patria.
En la arena internacional, esta república bolivariana lideró procesos integracionistas como: Alianza Bolivariana para Nuestra América (ALBA); Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), etc. Todas propuestas alternativas encaminadas a unir la Gran Patria con el único propósito de generar bienestar al pueblo latinoamericano. Esas son las razones por las cuales Estados Unidos pretende invadir militarmente la patria del libertador. No hay razones distintas. Por eso, ante esta agresividad hay que llamar a la unidad y la movilización en solidaridad con esta república. Usted y yo estamos comprometidos a rechazar un crimen de lesa humanidad como lo es el bloqueo económica y propuesta de invadir militarmente. Los gringos no pasarán.
[i] RINCÓN URDANETA, Iván Guillermo. Bolívar, héroe, genio y pensamiento universal. Editorial Kimpres SAS. Bogotá, Colombia 2016. Página consultada 184.
[ii] Ibíd. Página consultada 173.
[iii] Ibíd. Página consultada 167.
[iv] Ibíd. Página consultada 184.
[v] Ibíd. Página consultada 187.
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