viernes, 15 de enero de 2016

La venta de Isagén es una traición a la patria

La venta de Isagén es una traición a la patria
Por Nelson Lombana Silva

La oligarquía colombiana no tiene sentido de patria, tiene sentido economicista. Por lo tanto, le resulta fácil vender los activos nacionales a las multinacionales y transnacionales, al gran capital privado, sin sonrojarse siquiera.



Entregar las empresas al gran capital internacional, en el marco del modelo neoliberal, es una traición a la patria, es una violación flagrante a la soberanía nacional, es una cuchillada trapera al patrimonio de todos los colombianos y colombianas.


Todo lo hace el presidente Juan Manuel Santos Calderón, según él, “legalmente”, por cuanto se acoge a la ley 50 de 1990 y la ley 100 de 1993, con el embuste más grande, de que los 6.4 billones de pesos irán a la construcción de carreteras de cuarta generación. Supongamos que sea cierto. ¿Esas carreteras de cuarta generación son para el pueblo? Mamola, diría Gaitán.


Esas carreteras son para beneficio directo de la burguesía y el gran imperialismo. Ellos son los directos beneficiados. Serán carreteras que entregaran a esos consorcios internacionales, quienes las explotarán con peajes costos por décadas y décadas. Resulta ingenuo pensar que Santos va a entregarlas al pueblo para que éste las explote en beneficio propio. Sería soñar despiertos.



Como decía el dirigente comunista Alberto Vanegas, las condiciones para un paro nacional están dadas, hay que sincronizar esas condiciones y definir la hora cero. Hay que superar la indiferencia y la cáustica resignación, asumiendo una posición clara y consecuente desde el barrio, la vereda, la junta de acción comunal, las organizaciones sindicales, populares, campesinas e indígenas. Es más, la respuesta no puede circunscribirse a la contestación, debe ser una respuesta política ante todo, discutir en la base la necesidad de destruir las estructuras de este régimen capitalista y sembrar las bases del sistema socialista. No hay que ir con rodeos, hay que ir de frente.


Álvaro Uribe Vélez, hipócrita y maquiavélico a morir, ahora de dientes para afuera se lamenta supuestamente del exabrupto del señor Santos. ¿A quién pretende engañar este vulgar rufián? Este personaje privatizó los bancos Granahorrar, Bancafé, el 51 por ciento de las acciones del Telecom, Ecogas, electrificadoras en tres departamentos. Adicionalmente, ferió el 10 por ciento de las acciones de Ecopetrol.


Para no ir muy lejos: En los últimos 20 años se han privatizado 308 empresas estatales, dice una nota periodística de Telesur. Como diría la canción: “Después de un desengaño qué importa uno más”.


La privatización es la dinámica inherente del neoliberalismo. Por lo tanto, la lucha debe ser por la defensa de lo público, por la paz con justicia social, la democracia y el socialismo.


El comité ejecutivo del Local Ibagué del Partido Comunista Colombiano, reunido el día inmediatamente anterior, rechaza la venta de Isagén, la ola privatizadora y convoca al pueblo ibaguereño a asumir una posición crítica, beligerante, movilizándose para rechazar con vehemencia esta postura de Santos y su patota. A la calle el 24 de enero, participación activa del encuentro subregional de paz del congreso de los pueblos, los días 29 y 30 de enero, cuando se reunirán en Ibagué importantes delegaciones de Tolima, Cundinamarca, Quindío y Boyacá.


De igual manera, el comité ejecutivo llama a toda su militancia a prepararse debidamente para el XXII Congreso de los Comunistas, el Congreso de la Unión Patriótica y las actividades locales y regionales. La unión hace la fuerza.

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