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Por Nelson Lombana Silva
El veredicto proferido por el Tribunal Superior de Bogotá, en favor del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, era una especie de crónica anunciada, por cuanto la mafia no se elimina de la noche a la mañana, el poder corrupto de la rancia oligarquía todavía ejerce una presión muy fuerte contra los poderes públicos que caracterizan nuestra nacionalidad. Desafortunadamente, la justicia no es la excepción, porque todavía está a merced del poder turbulento de la mafia transnacionalizada.





